* El Vaticano está tratando de sofocar la última tempestad por la desaparición en 1983 de la hija adolescente de un empleado del Vaticano.
El Vaticano trató de sofocar el miércoles la última tormenta sobre la desaparición en 1983 de la hija adolescente de un empleado del Vaticano, luego de que una emisora italiana reclamara una nueva primicia en la investigación que la familia desestimó de inmediato.
El misterio de la desaparición de Emanuela Orlandi, de 15 años, ha horrorizado e intrigado a los italianos durante cuatro décadas y ha despertado un renovado interés tras la emisión el año pasado del documental de Netflix » Vatican Girl».
Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983 después de dejar el apartamento de su familia en la Ciudad del Vaticano para ir a una lección de música en Roma. A lo largo de los años, las teorías han relacionado su desaparición con todo, desde el complot para matar a San Juan Pablo II hasta un escándalo financiero que involucra al banco del Vaticano y al inframundo criminal de Roma.
Este año, tanto el Vaticano como la fiscalía de Roma reabrieron sus investigaciones sobre el caso sin resolver. El Parlamento italiano también está a punto de abrir una comisión de investigación bicameral con la esperanza de resolver finalmente uno de los misterios perdurables del Vaticano y cerrar la relación con la familia Orlandi.
En medio de un interés renovado en el caso, el canal de televisión italiano La7 afirmó esta semana un avance exclusivo en la investigación. La emisora citó un intercambio de cartas de décadas de antigüedad que hacía referencia a un caso aparente de un tío de Orlandi que hacía insinuaciones sexuales no deseadas hacia una de las hermanas de Emanuela en 1978. La sugerencia era que el tío, que murió desde entonces, podría haber estado involucrado en la desaparición de Emanuela. .
A las pocas horas de la transmisión, los miembros de la familia Orlandi y su abogada, Laura Sgro, organizaron una conferencia de prensa para desestimar la historia y denunciar a La7 por haber identificado públicamente a la hermana como presunta víctima de conducta sexual inapropiada.
La hermana, que nunca le había dicho a su familia sobre el comportamiento del tío, dijo a los periodistas que los supuestos avances no eran más que comentarios verbales hechos cuando tenía 21 años. Dijo que nunca llegaron a nada y se detuvieron inmediatamente después de dejar en claro su desinterés.
La hermana dijo que le había dicho a su entonces novio y al director espiritual de la familia en ese momento, y también a los investigadores en 1983, pero consideró que todo el episodio era insignificante. Los investigadores interrogaron al tío en ese momento, pero lo descartaron como posible sospechoso de la desaparición de Emanuela porque estaba a 200 kilómetros (123 millas) de Roma con su familia el día que desapareció la adolescente.
En un comunicado el miércoles, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que los fiscales del Vaticano habían entregado a los fiscales italianos la documentación que habían obtenido durante su investigación. Dijo que la Santa Sede esperaba encontrar la verdad, “y que se exploren todas las hipótesis de investigación”.
Respondió a las sugerencias de la familia Orlandi de que el consejero espiritual podría haber violado el secreto de confesión al revelar la historia de la hermana en el intercambio de cartas al que hace referencia La7. Bruni dijo que la “correspondencia en cuestión indica expresamente que no hubo violación del secreto sacramental de la Confesión”.
El desarrollo marcó solo el último espasmo de titulares y recriminaciones que han estallado desde que se reabrieron las investigaciones, evidencia de la enorme influencia que el misterio de Orlandi aún tiene en Italia .
Por NICOLE WINFIELD.
CIUDAD DEL VATICANO.
AP.
