- El estudio de la evolución de las temperaturas y las emisiones de dióxido de carbono durante los últimos 160 años, muestra que no existe esa correlación detrás del catastrofismo del IPCC.
- Y confirma también la comparación con las cálidas temperaturas de épocas anteriores.
El castillo de los pronósticos catastróficos del VI Informe del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el organismo de la ONU que se interesa por el cambio climático) divulgado recientemente por la prensa y la televisión, está destinado a colapsar por completo a partir de unas pocas reflexiones sin fundamento cientìfico. De hecho, se basa en la afirmación de que el calentamiento global de nuestro planeta está determinado por la actividad humana, en particular por la liberación de los llamados gases de efecto invernadero, en particular dióxido de carbono, a la atmósfera.
Es bien conocido y demostrable que no existe correlación entre el aumento del dióxido de carbono y la temperatura desde la revolución industrial, es decir, desde aproximadamente 1880 hasta la actualidad. Mientras que por un lado hay un aumento constante de dióxido de carbono en la atmósfera, por otro lado la temperatura fluctúa de forma autónoma con fases crecientes y decrecientes, como es bien sabido.
También es importante informar sobre los datos de una publicación de Augusta Vittoria Cerutti, miembro del Comité Glaciológico Italiano, publicada en las actas de la conferencia sobre el clima organizada en 2012 en la Universidad G. d’Annunzio de Chieti. El autor, de hecho, informa sobre las mediciones de temperatura registradas en la estación meteorológica del hospicio Gran San Bernardo a una altitud de m. 2448 en el Valle de Aosta, activo desde el 14 de septiembre de 1817:
«Estudiando esta preciosa serie de datos nos damos cuenta de que en los últimos 160 años se han sucedido 11 fases de signo opuesto, con variaciones considerables de temperatura. La cosa se hace aún más evidente si se combinan los datos meteorológicos con los de las variaciones de los glaciares, que son los mejores indicadores del comportamiento climático. Se observa que el período más frío es el de los veinte años 1837-1856 con una temperatura media de -1,92. Es el último episodio de la Pequeña Edad de Hielo que implica una expansión muy notable de todos los glaciares de los Alpes.Después de 1857, las temperaturas en el Gran San Bernardo ya no bajan a niveles tan mínimos. Sin embargo, se registraron expansiones significativas de glaciares en 1883, 1913 y 1962.
Los dos primeros tienen lugar al comienzo de la era industrial cuando la concentración de dióxido de carbono aún estaba poco acentuada. Sin embargo, para el tercero, que comienza a principios de la década de 1960 y dura 28 años, nos encontramos ahora en medio de la era industrial y el efecto invernadero debería ser muy intenso. ¿Cómo explicar esta fase fría que provoca la expansión de todos los glaciares de los Alpes provocando una extensión de las lenguas del valle de varios cientos de metros? (Por ejemplo: m.764 para Lex Blanche, m-470 para Brenva, en territorio italiano; m. 500 para Bosson, m.350 para Argentiere, en territorio francés; m. 400 para Trient, en Suiza territorio) «.
Es bastante evidente que estas oscilaciones documentadas de las fases climáticas no están correlacionadas con el aumento constante de dióxido de carbono. Por lo tanto, la afirmación del IPCC de que el aumento de dióxido de carbono hace que la temperatura aumente es errónea. El castillo catastrófico se derrumba miserablemente. Sabemos muy bien que la principal causa de las variaciones climáticas es el sol (Nicola Scafetta docet), y no deben pasarse por alto otras fuentes como la tectónica de placas.
Finalmente, los desastres destacados por el IPCC (aumento del nivel del mar, aumento de eventos extremos, etc.) ¿como es que nunca sucedieron en el pasado (por ejemplo, período cálido romano, período cálido medieval) cuando la temperatura de nuestro planeta era superior a algunos grados en comparación con la actualidad. ?
Estas simples consideraciones son suficientes para desafiar la política catastrófica del IPCC.
Por UBERTO CRESCENDI
ROMA, Italia.
Viernes 3 septiembre de 2021.
lanuovabq.
