«Orar y trabajar por la paz», comunicado dominical de la arquidiócesis de Xalapa

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Hemos creído que, al rezar por la paz, ésta se impondría por sí misma. La paz es un don de Dios, pero también es el resultado de acuerdos, negociaciones y la búsqueda de soluciones a los motivos que ocasionan la violencia sistemática, la falta de justicia y la cultura de la muerte que se nos quiere imponer a toda costa en todos los niveles de la vida social.

Debemos conocer todos que el miércoles 6 de septiembre, los ministros que integran la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvieron otorgar el amparo y protección de la justicia a la asociación civil denominada Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), a fin de que pueda ejercer de forma plena su objeto social. El cual, implica entre otras cosas, la promoción y defensa del aborto, así como el acompañamiento legal a las personas que quieran realizarlo de manera consentida. La normalización de la cultura de la muerte, a través de la despenalización del aborto, nos convierte en una sociedad en la que se destruye el bien común; así mismo pulveriza las bases racionales del estado de derecho y viola los derechos humanos y su aplicación.

La paz y la defensa de la vida es el resultado de todo un encadenamiento de voluntades y circunstancias de las personas en favor de la justicia y de todos los arcos de la vida humana. La paz es fruto de la responsabilidad de cada ciudadano que está comprometido con su dignidad y realización personal. La oración por la paz y la defensa de la vida son necesarias en todo creyente, pero no debe impedir que todos estamos atentos y presentes en el corazón de todas las problemáticas y las decisiones que marcan el presente y el futuro de nuestra nación mexicana. Todos, por ser ciudadanos con plenos derechos, somos responsables de hacer realidad la paz y defender la vida siempre. La oración por la paz y la defensa de la vida nos dan la base del desarrollo integral.

Pbro. Juan Beristain de los Santos

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