No dejan de aparecer cifras alternativas a las oficiales sobre la pandemia que azota a México.
La más escandalosa, porque es también una cifra oficial, se refiere a la información de defunciones que dio la Secretaría de Salud el sábado pasado, referida a los meses marzo-junio de 2020.
La Secretaría encontró que, comparadas con el año anterior, había un excedente de 71 mil muertes (números redondos) atribuibles al covid, pues esta es la única causa conocida que podría explicar ese salto.
Hasta entonces, sin embargo, la cifra de muertes acumuladas atribuidas al covid era de 26 mil. Había un subregistro de 2.7 veces entre una cifra y otra.
Usado ese factor de subregistro para medir las cifras de defunciones de hoy, intenté mostrar ayer en mi columna que el número de muertos reales no es de 44 mil, como se reportó el 27 de julio, sino de 118 mil (siempre números redondos).
En el número de muertes excedentes de la Secretaría de Salud reportado el sábado faltaban las cifras de 12 estados de la república, donde viven 40 millones de mexicanos. Era, pues, una cifra incompleta y baja.
El matemático Raúl Rojas hizo el cálculo de cuántas muertes excedentes podría haber en ese enorme grupo de 40 millones. Su conclusión es que, para fines de junio, no estaríamos hablando de 71 mil defunciones excedentes sino de 104 mil. El factor de subregistro correspondiente sería de 3.18 respecto de las cifras oficiales de muerte por covid.
Trayendo a tiempo presente esas proporciones, Rojas llegó a la conclusión, ayer, en su artículo de El Universal, que al 25 de julio “ya teníamos cerca de 165 mil fallecidos por el covid en todo el país”.
Entiendo que Rojas, al igual que todos los que miden con alguna seriedad lo que está pasando, no pretende dar una cifra exacta, sino, más bien, establecer un rango, mostrar la distancia escandalosa que hay entre las muertes por covid reconocidas por la autoridad y el verdadero número de muertes causadas por la pandemia.
La distancia es enorme, como se ve; suficiente para decir que todo este tiempo las autoridades han caminado a tientas respecto del tamaño del problema. Como dice el propio Rojas, solo han cubierto en sus cuentas “poco más de 25 por ciento de los casos reales”.
Con información de Milenio/Héctor Aguilar Camín