Los migrantes en todo el mundo viven cada día situaciones de miedo, incertidumbre e incomodidades, y se ven obligados a huir de sus hogares por diferentes motivos y razones, explicó el Papa Francisco.
Durante la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, Jorge Mario Bergoglio llamó a rezar por los millones de migrantes e hizo una comparación con Jesús, María y José en la fuga a Egipto, ya que viven situaciones complicadas.
De acuerdo con la ONU, en la actualidad, el número de personas que vive en un país distinto del que nacieron es mayor que nunca: 272 millones en 2019, unos 51 millones más que en el año 2010. Los migrantes internacionales comprenden 3.5 por ciento de la población mundial, cifra que continúa ascendiendo.
En México, el albergue Belén, ubicado en la ciudad de Tapachula, Chiapas, considerado uno de los dos lugares más conocidos por los de migrantes de Centroamérica y Haití, que pernoctan temporáneamente en su paso rumbo a Estados Unidos, volverá a abrir sus puertas luego de que fue cerrado el pasado 18 de marzo.
Ahora, con la apertura de las fronteras de Guatemala, tanto las terrestres como las áreas, los migrantes podrán pasar por territorio el mexicano, ante lo cual, requerirán del apoyo que se les pueda brindar en los albergues.
El obispo de Tapachula, Jaime Calderón, explicó que la migración en la frontera sur se vuelve más compleja por las situaciones que se presentan ante la pandemia del covid-19; y agregó que después de que Guatemala abrió sus fronteras se hizo notar la presencia de migrantes en busca de apoyo.
Ante la posibilidad de que más indocumentados decidan pasar por territorio mexicano, el obispo solicitó a los tres niveles de gobierno que procuren no bajar la guardia y garanticen el bienestar de los “hermanos migrantes”.
El albergue Belén ahora se prepara para abrir con diferentes medidas sanitarias, misma situación que se presentará en otras partes del país en donde las redes de apoyo brindan alimento, un baño y un espacio para que descansen los migrantes.
Dentro de los grupos de migrantes, aparecen familias completas con cuadros complicados de salud, embarazadas, niños y personas de la tercera edad que luchan por un mejor nivel de vida ante los problemas que enfrentan en sus lugares de origen; y sin duda, todos tienen derecho a una vida feliz.
Con información de Milenio/Jaime Zambrano
