Luego de las revelaciones de los obispos del Estado de Guerrero, México, de haber entrado en contacto con los grupos criminales para lograr una tregua, el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, declaró a medios de comunicación que, gracias a su mediación, se impidió un choque entre Los Ardillos y Los Tlacos por el control de rutas de autotransporte en Taxco.
El miércoles de ceniza 14 de febrero, los grupos delincuenciales habrían iniciado un duro enfrentamiento. Rangel Mendoza dijo que los líderes alcanzaron un acuerdo por el control de las placas para el transporte público. “En el fondo el pleito era por las rutas… van a dar nuevas placas, como 135, y se las estaban peleando los dos grupos. Creo que llegaron a un acuerdo de eso”, dijo el emérito al revelar también que en las últimas horas se reunió a comer con otro líder delincuencial sin revelar si identidad. Rangel Mendoza señaló también que, en este proceso electoral, ya se estarían dando los acuerdos entre candidatos y grupos delincuenciales: “Yo estoy seguro de que la mayoría de los políticos o presidentes municipales hoy día en Guerrero están pagando esa cuota y el apoyo que se les dio”, señaló.
Por otro lado, el padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas “Minerva Bello”, a través de un comunicado, aclaró tres puntos acerca de la intervención de los obispos guerrerenses en diversas regiones y de manera particular sobre la tregua alcanzada.
“No hay que desvirtuar los esfuerzos de la Iglesia y del Estado por pacificar a las regiones del estado…” dijo el presbítero quien enfatizo que los cuatro obispos “no fracasaron, lograron abrir canales de comunicación que aun se mantienen vigentes”.
Señaló que la tregua alcanzada el martes 13 “fue iniciativa de un grupo y el otro aceptó”; el acuerdo no fue alcanzado por mediación estatal y del cual se espera “neutralidad”.