“Que e señor nos bendiga con la paz” se titula el mensaje de la Conferencia del episcopado mexicano (CEM) que apenas pasados unos cuantos días de este año 2022 quieren alentar a los fieles católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad a comprometerse con la construcción de la paz en México. Lo hacen con una fórmula muy antigua: “El Señor los bendiga y los proteja, haga resplandecer su rostro sobre ustedes, y les conceda la paz”. Explican que más que un buen augurio es una súplica a Dios para que done prosperidad y paz.
Este domingo 30 de enero, en todas las iglesias y parroquias del país se leerá este mensaje de la Iglesia por una paz que es también una bendición y una palabra de consuelo y cercanía para quienes sufren, como escriben los obispos, “a causa de distintas formas de violencia que parece no se puede frenar”, pero también ánimo para quienes desean trabajar por la paz.
La paz: un valor insustituible
“Una palabra de aliento a quienes viven comprometidos con la construcción de la paz y a quienes son responsables del entramado institucional que permite que la paz sea posible para todos; un llamado a la conciencia de todos los que causan sufrimiento y muerte, para invitarlos al arrepentimiento y conversión de vida y una exhortación a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que en las distintas etapas y circunstancias de la vida no olviden que el mínimo gesto en favor de una paz digna y duradera es valioso e insustituible”, subraya el episcopado.
Dos décadas de gravísima violencia
Además de reconfirmar el compromiso de la Iglesia en México para sumarse a todo esfuerzo por la consecución y construcción de la paz, el documento firmado por monseñor Rogelio Cabrera López arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM y por monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario General de la CEM recuerda que los obispos “nunca se cansarán” de invocar la paz tal como lo han hecho, en tantas ocasiones, en las últimas dos décadas. En especial, la invitación a releer la Exhortación Pastoral “Que En Cristo Nuestra Paz México Tenga Vida Digna” de 2010, ya que siguen “lamentablemente” vigentes y persisten “gravísimas circunstancias de violencia e inseguridad” en diferentes estados y ciudades del país.
Herramientas de paz que indica Francisco
Enmarcados en el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, donde una de las seis opciones pastorales es la construcción de la paz, el episcopado mexicano, en su “opción por una Iglesia comprometida con la paz y las causas sociales” se inspiran en mensaje del Papa Francisco para la celebración de la 55ª Jornada mundial de la Paz con el tema “Educación, trabajo, diálogo entre generaciones: herramientas para construir una paz duradera”. De este texto, los obispos resaltan las herramientas indicadas por el Papa pueden ser aplicadas al México de hoy.
“La importancia crucial de que no falte en las escuelas la educación en la paz, para que todos los niños y jóvenes sepan que un México en paz es posible. La oportunidad para todos los hombres y mujeres en edad de trabajar de conseguir un empleo digno y bien remunerado es fundamental para mantener la paz en nuestra Patria. El diálogo entre los jóvenes y los abuelos es la mejor escuela para la paz, por lo que exhortamos a los padres de familia a fomentar este diálogo, que además fortalece a las familias”.
La encrucijada del mundo
La CEM sostiene que este momento histórico de la humanidad es crucial pues todos los seres humanos “nos encontramos en una encrucijada”, y México, como todas las naciones, tiene que orientar y emprender su camino hacia una vida en paz, con salud y sustentabilidad. De allí, la invitación de los obispos a “participar, aportar y colaborar todos, como personas, comunidades e instituciones responsables” ser “artesanos de paz”.
El mensaje, antes de proponer una oración por la paz en México, concluye con las palabras del Papa Francisco: “Que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz. Y que siempre los preceda y acompañe la bendición del Dios de la paz.”
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