Obispos de México por una solución migratoria ante las protestas en Los Ángeles

Guillermo Gazanini Espinoza

La Dimensión Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado en el que expresa su profunda preocupación por la complicada situación que se ha generado en Los Ángeles, California, debido a las recientes revueltas relacionadas con la migración indocumentada. Suscrito por Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Héctor M. Pérez Villareal, obispo auxiliar de México y secretario general  y Eugenio Lira Rugarcía, obispo de Matamoros Reynosa y responsable de la Pastoral de Movilidad Humana, el texto destaca el dolor ante los hechos y hace un llamado a la reflexión y la acción conjunta.

En el  «Comunicado ante la situación en Los Ángeles, California», la CEM reconoce la preocupación generados por estas acciones. Citando al arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, los obispos subrayan que si bien es legítimo el deseo de comunidades seguras, no se debe caer en la generalización que asocia migración con criminalidad. “No todos los migrantes indocumentados son delincuentes”, apunta el texto, “es más, la gran mayoría contribuyen al bien de las comunidades”.

La CEM enfatiza la necesidad de distinguir entre los migrantes que buscan una vida digna y aquellos que cometen actos delictivos, evitando estigmas que puedan llevar a errores y decisiones injustas citando referencías bíblicas como la del Levítico 19,34, para recordar la obligación de tratar a los forasteros con dignidad.

Las revueltas en Los Ángeles comenzaron en los últimos días tras incidentes violentos vinculados a la saturación de recursos y la percepción de inseguridad. Estas protestas han sido alimentadas por un debate nacional en Estados Unidos sobre la inmigración, exacerbado por el contexto diplomático reciente, como el discurso del Papa León XIV al cuerpo diplomático en Santa Sede el 16 de mayo de 2025, que abogó por políticas migratorias más humanas.

Las redadas han sido particularmente intensas en zonas habitadas mayoritariamente por comunidades latinas. Organizaciones de derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias, separación de familias y un clima de miedo que se ha extendido a otras ciudades como San Francisco, California y Austin, Texas.

Estas acciones provocaron una rápida respuesta por parte de activistas, ciudadanos, líderes comunitarios y religiosos quienes han organizado marchas pacíficas, vigilias y protestas frente a edificios gubernamentales para exigir un alto a lo que consideran una política migratoria deshumanizante. La administración federal, por su parte, ha defendido las redadas como parte de su estrategia para mantener la «seguridad nacional», aunque ha sido ampliamente criticada por no distinguir entre migrantes sin antecedentes y aquellos con historial delictivo.

La CEM propone un sistema de inmigración que facilite la regularización sin recurrir a medidas que compliquen la vida de los migrantes, y pide comprensión y solidaridad en estos momentos difíciles y exhorta a una reforma migratoria integral, justa y humana. “La solución a la migración indocumentada requiere múltiples acciones conjuntas”, señalan, y advierten sobre las consecuencias de políticas mal diseñadas que terminan “complicando la vida de todos”.

Citando al Papa León XIV, recuerda que ningún Estado puede eludir su deber moral de proteger la dignidad de las personas, sean ciudadanos o inmigrantes. Asimismo, se hace un llamado a todos los creyentes y personas de buena voluntad para actuar con humanidad, promover la unidad y construir un mundo más justo concluyendo con un llamado a construir un mundo mejor, bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe.

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