El 8 de diciembre, el entonces prefecto del Dicasterio para la Vida Religiosa, el activista homosexual João Braz de Aviz, y la entonces secretaria y ahora «prefecta», Sor Simona Brambilla, sustituyeron al cardenal Santos Abril, de 89 años, por el obispo José Antonio Satué, de Teruel, España, como nuevo «delegado pontificio» del Instituto del Verbo Encarnado (IVE).
Antiguo técnico de televisión, Satué es conocido como el «obispo Telefunken». Nunca se le ha conocido por sus conocimientos de derecho canónico, que de todos modos no son respetados por el Vaticano.
Según InfoVaticana.com (13 de enero), el nombramiento de Satué responde a la estrategia de Francisco de promover a prelados de bajo perfil intelectual.
Monseñor Satué, que ya está desempeñando un desafortunado papel como juez en el caso de José María Martínez, miembro del Opus Dei acusado falsamente de «abusos» (caso Gaztelueta), será de facto el Superior General del IVE.
Cambiará los estatutos del instituto y trabajará con la secularizada sor Clara Echarte, delegada papal para las hermanas del IVE.
Entre las medidas impuestas por el Vaticano desde el pasado diciembre figura la prohibición de aceptar nuevas candidatas y de admitir nuevos miembros en el noviciado durante un periodo de tres (!) años.
Como era de esperar, el Vaticano ya ha «descubierto» que existe una «gran debilidad en la formación» [como si la formación preocupara al Vaticano], que, según le gusta creer al Vaticano, es uno de los factores que determinan el elevado número de miembros que abandonan el Instituto, que ha perdido cerca del 40% de sus miembros desde su creación.
El Vaticano también se queja de que los superiores y miembros del IVE no cooperaron lo suficiente con el anterior comisario papal en el caso del esclarecimiento de las acusaciones de abusos contra el fundador, el padre Carlo Miguel Buela, que falleció antes de ser juzgado canónicamente por la Santa Sede.
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CIUDAD DEL VATICANO.
JUEVES 16 DE ENERO DE 2025.
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