No va ser uno sino tres grupos armados los que impondrán a candidatos en las elecciones de 2021 en municipios de la región Montaña y Centro del estado, respondió el obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, al dirigente del Colectivo de Desaparecidos «Siempre Vivos», José Díaz Navarro.
Como se recordará, el activista alertó hace una semana que la presencia y dominio del grupo delictivo denominado «Los Ardillos va a definir muchas presidencias».
Las demarcaciones geográficas, donde dicha célula criminal tendría influencia a nivel electoral, son: Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo, Mochitlán, Quechultenango, Atlixtac, Acatepec, Apango y Tixtla que «ya es 100% territorio de Los Ardillos».
Entrevistado al término de la misa que ofició en la catedral «Asunción de María», en Chilpancingo, el prelado católico dijo que no sólo va ser este el que va a inmiscuirse en las elecciones, sino también la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) cuya base de operaciones se encuentra en Rincón de Chautla, y los de la «Paz y la Justicia» afincado en San Jerónimo Palantla, ambas comunidades ubicadas en la zona indígena de Chilapa.
Además, sostuvo, la elección podría estar controlada por el autodenominado grupo criminal de «Los Tlacos», quienes operan en los municipios de Heliodoro Castillo, enclavado en la Sierra de Guerrero, y en Chichihualco, de donde desplazó al «El Cártel del Sur».
No obstante, Rangel Mendoza dijo que es normal la imposición de candidatos a cargos de elección popular por parte de grupos delictivos en Guerrero, pero insistió en que esto seguirá provocando confrontaciones entre ellos y dejará una estela de aspirantes ejecutados.
«Si en las elecciones de hace tres años en Guerrero hubo 28 políticos asesinados, hoy que son unas elecciones más importantes -desde el gobernador, las autoridades federales, estatales y municipales-, se prevé un clima de confrontación»,
alertó.
Con información de Bajo Palabra/Juan Blanco
