En su mensaje de Navidad, Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán, advierte de la manipulación que en este tiempo puede ser propicia para manipular el significado de estas fechas señalando a comunismo o liberalismo de ofrecer felicidad aparente, espejismos, “que nunca hacen realidad lo ofrecido.
Apuntando hacia lo que podría ser lo que hoy se vive en México, la Navidad es un tiempo en donde la felicidad puede desearse a borbotones arropada en “fiestas y oropeles, de comidas e intercambios, pero esa felicidad que deseamos no se logra con las simples palabras”, señala el prelado quien advierte de las ideologías políticas que pretenden apropiarse de la Navidad ofreciendo “espejismos” en lugar de la verdadera felicidad al arrancar de la esencia de la Navidad al mismo Dios por quien cobra sentido.
Al advertir del comunismo, Ascencio García expresó que este sistema fracasó por haber remarcado “la pobreza extrema de la inmensa mayoría y la riqueza acaparada por unos cuantos” afirmando que la demagogia es el principal instrumento de manipulación de las multitudes. Por otro lado, criticó al liberalismo como un sistema cuyo fracaso está arraigado por el “marcado individualismo, donde lo que importa es lo propio de cada uno y se es indiferente ante lo que les pueda acontecer a los demás”.
Ambos sistemas, considera, niegan a Dios y cuando Él falta, entonces también todas las garantías del ser humano. En una velada referencia al clima político que vive México advierte no desvirtuar el espíritu de la Navidad y no dar la espalda a Dios bajo argumentos demagógicos llamando a impedir polarizaciones: “Evitemos las divisiones, evitemos vernos unos a otros como adversarios, evitemos mostrarnos como buenos señalando las faltas de los demás… no podemos desear felicidad a los demás si vivimos como si Dios no existiera”.
Al finalizar, Cristóbal Ascencio felicitó a todos los fieles de la diócesis de Apatzingán y a todos quienes leen su mensaje ante este momento que nos recuerda el nacimiento del Hijo de Dios quien nos ha llevado a vivir la fraternidad.