Obispo argentino acusado de abusos homosexuales, pierde litigio contra medio católico

ACN
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En mayo de 2021, el obispo Gustavo Zanchetta, que vive en la residencia del Papa, trabaja en el Vaticano y está encausado por abusos sexuales en Argentina, amenazó a InfoVaticana con una querella, pidiendo 300.000 euros y queriendo saber también quién era Specola.

Finalmente, el prelado argentino cumplió su amenaza e interpuso la querella contra InfoVaticana.

Hoy ha sido notificado a InfoVaticana un Auto del Juzgado de Instrucción Nº34 de Madrid en el que se desestima la demanda puesta por el obispo argentino.en

«El querellante, Obispo emérito de la Nueva Orán, Argentina, dirige la querella contra el medio de comunicación referido, atribuyendo a los autores D. Carlos Esteban y a quien escribe con el seudónimo de SPECOLA, por injurias y calumnias en sus publicaciones», se lee en el escrito.

En el auto se dice que el prelado “es un personaje público” que, como señala el Tribunal Supremo, “está obligado a soportar un mayor riesgo de que sus derechos resulten afectados por opiniones o informaciones de interés general”.

“Del Obispo Zanchetta se ha escrito en numerosos medios de comunicación, no sólo en la prensa digital, sino en la generalista, y no sólo en la nacional, sino en la prensa extranjera, y precisamente lo que recogen los autores querellados en sus artículos son informaciones y análisis de otros medios extranjeros, de los italianos y argentinos, principalmente”, continúa el escrito judicial.

“En una sociedad democrática, la prensa libre es uno de sus pilares fundamentales, y en ese sentido, entiendo que, las publicaciones del medio querellado, están amparadas por la libertad de expresión, derecho recogido en el artículo 20 de la Constitución Española”, dice el auto.

De este modo, el juez deja claro en la parte dispositiva del auto que «se desestima la querella interpuesta, acordando su inadmisión a trámite».

El pasado mes de mayo tuvo lugar en el Juzgado de 1ª Instancia nº68 de Madrid, el acto de conciliación instado por el prelado frente a InfoVaticana y Gabriel Ariza, ex director de la web. Al negarse InfoVaticana a cumplir las inaceptables pretensiones del obispo, fue cuando Zanchetta dio un paso más e interpuso la querella criminal contra InfoVaticana, la cual el juzgado acaba de desestimar.

El caso Zanchetta

El prelado argentino acusó a nuestra web de injurias y calumnias contra su persona, donde éstas cobran “mayor relevancia y particularidad”, debido a que la página está destinada a un “público objetivo muy particular y determinado como es la comunidad católica”.

Gustavo Zanchetta, encausado en Argentina en un juicio de abusos sexuales, es un caso difícil de entender. Este joven prelado ―es emérito con sólo 57 años― fue uno de los primeros nombramientos episcopales de Francisco, en verano de 2013, cuatro meses después de ser elegido Papa. Ambos se conocían porque coincidieron en la Conferencia Episcopal Argentina.

Le nombró obispo de Orán, en la provincia de Salta y, cuatro años después, en 2017, pidió la renuncia, que fue aceptada pretextando una grave enfermedad de la que nunca más se supo y, sin despedirse siquiera de sus fieles o sus sacerdotes, buscó primero refugio en el obispado de Entrerríos y voló luego a Madrid, acogido a la hospitalidad de su arzobispo, el cardenal Carlos Osoro.

Poco después, el Tribuno de Salta, un periódico local argentino, daba la noticia de que la verdadera causa de su fuga precipitada había sido una gestión desastrosa, abuso de poder y acusaciones de acoso homosexual.

La reacción del Vaticano había sido, previamente, albergar a Zanchetta en la propia residencia papal, la Casa Santa Marta, y crear ‘ex novo’ para él un cómodo puesto de ‘asesor’ en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), puntal del entramado financiero vaticano.

Cuando estalló el escándalo, el entonces portavoz de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, convocó a la prensa para decir que a) Zanchetta había sido suspendido de sus funciones en la APSA, b) que el Vaticano solo conocía el asunto del ‘malestar’ de sus sacerdotes y los abusos de poder (reconociendo así que le dejaron colar la mentira de la enfermedad, por cierto), y c) que de los abusos sexuales se acababan de enterar por las noticias de la prensa.

En una entrevista posterior concedida por Francisco a la periodista y escritora mexicana Valentina Alazraki, el Pontífice insistió en la presunción de inocencia y dijo haber quedado convencido por la explicación que le había dado el emérito sobre las fotos obscenas, alegando que le había ‘hackeado’ el móvil.

La relación entre Zanchetta, Javier Belda y el cardenal Osoro

Fue el número 2 de la Secretaría de Estado del Vaticano, Edgar Peña Parra, quien le pidió al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que acogiera a Zanchetta en su casa. Osoro aceptó y Zanchetta se vino a España. Estuvo viviendo en el palacio episcopal siete meses hasta que desde Roma le consiguieron la ciudadanía vaticana y se fue a Roma para estar protegido de los escándalos que le salpicaba. Crearon para él un cómodo puesto de ‘asesor’ en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), puntal del entramado financiero vaticano.

Edgar Peña Parra fue el encargado de conectar a Zanchetta con el sacerdote español Javier Belda para que fuera su abogado. Belda viajó con Zanchetta a Argentina cuando el obispo tuvo que ir a declarar. Las autoridades argentinas no pudieron detenerle ya que en ese momento Zanchetta viajó en calidad de diplomático del Vaticano.

El polémico Javier Belda, sobre quien pesa una denuncia por falsedad documental, fraude a Hacienda pública e intrusismo laboral ,fue el abogado que acompañó a Zanchetta a declarar en Argentina. Belda fue más tarde nombrado por Osoro encargado de investigar lo que ocurría con las Fundaciones de la archidiócesis de Madrid. Para ello, montó un despacho de abogados junto con Aitor Canales, abogado particular de Osoro.

Recientemente Infovaticana publicó que durante la estancia de Zanchetta en Madrid le hizo una petición a Osoro: traer a un amigo suyo de Argentina, Mauro Nicolás Herrero Gamboa. Osoro aceptó la petición y le dio casa y trabajo. El arzobispo de Madrid ordenó al gerente de la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio que lo contratasen. En abril de 2017 se le contrató en dicha fundación para que trabajase directamente para el arzobispado mientras que su despacho lo tenía en Fusara. En octubre del 2019 se le despide de la fundación y le contratan directamente desde el arzobispado. Además, durante este periodo se le facilitó un préstamos para sus estudios.

El encargado de ejecutar esta operación fue el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo por orden de Osoro. Finalmente, cuando aparecen las informaciones sobre posibles abusos por parte del obispo argentino, la archidiócesis decide prescindir de él. Infovaticana ha podido confirmar con la archidiócesis de Madrid que, efectivamente Mauro Nicolás Herrero Gamboa trabajó en el Arzobispado “atendiendo el día a día de hermandades y cofradías con un contrato temporal y que, una vez que este venció, no se renovó”.

Les ofrecemos el auto por el que se desestima la querella de Gustavo Zanchetta:

 

Orden de captura contra exobispo Gustavo Zanchetta, «hijo espiritual» del Papa Francisco

El religioso fue denunciado por seminaristas por «abuso sexual» y «abuso de poder». El Papa Francisco lo recibió en El Vaticano tras las primeras denuncias. Interpol en alerta.
21-11-2019 23:57

La fiscal penal de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de Orán (Salta), María Soledad Filtrín Cuezzo, solicitó formalmente a Interpol la captura del ex obispo Gustavo Oscar Zanchetta, denunciado por dos víctimas por abuso sexual. Zanchetta, que obispo de Orán y es considerado un «hijo espiritual» del Papa Francisco, está imputado por abuso sexual agravado en perjuicio de dos jóvenes, que lo denunciaron.

La fiscal, que declaró al religioso «en rebeldía» sostuvo que el imputado no respondió a reiterados llamados telefónicos ni correos electrónicos, a pesar de que esos intentos de contacto por parte de la Fiscalía fueron hechos al número telefónico y la dirección electrónica aportados voluntariamente por el sacerdote en agosto pasado, para ser notificado de cualquier acto procesal. Lo curioso es que Zanchetta presentó como su domicilio el estado Vaticano.

El Papa lo hizo establecerse en El Vaticano

papa francisco

La salida de Zanchetta de Argentina fue autorizada por el juez de Garantías de Segunda Nominación, Claudio Alejandro Parisi, que lo habilitó para volver a Ciudad del Vaticano, donde fijó residencia por invitación del Papa Francisco. «Hubo una acusación y yo inmediatamente lo hice venir a él acá con la persona que lo acusaba y explicarla», explicó el pontífice en mayo de este año.

La fiscal Filtrín Cuezzo pidió juicio contra el religioso en julio. En el pedido incluyó los elementos probatorios recolectados durante la investigación y los resultados de las pericias psiquiátricas y psicológicas realizadas por profesionales del Centro de Investigaciones Fiscales (CIF).

Nombrado por Jorge Bergoglio obispo de Orán en 2013, Zanchetta (actualmente de 55 años) se alejó de su diócesis en 2016 por presuntos problemas de salud, y en 2017 el Papa lo nombró «asesor» de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), un cargo hasta entonces inexistente que administra más de cinco mil propiedades del Vaticano en el mundo.

A fines del año siguiente, la prensa reveló que el prelado era acusado por seminaristas de violencia sexual y otros diez abusos de poder, así como mala gestión financiera. Tres de sus vicarios generales y dos monseñores hicieron una denuncia interna formal ante la nunciatura, insistiendo en «actitudes extrañas» de Zanchetta con los seminaristas como «vigilarlos de noche paseando por sus habitaciones a altas horas con una linterna, o pedir que le hagan masajes, o meterse en sus habitaciones y sentarse en sus camas, o incitarlos a tomar bebidas alcohólicas, o ciertas preferencias por algunos más agraciados».

«Medidas» para proteger a los seminaristas

gustavo zanchetta roma

En enero de 2019 el vocero del Vaticano, Alessandro Gisotti, dijo que las acusaciones contra Zanchetta llegaron al Vaticano meses después de su nombramiento en la APSA, y que había en su contra acusaciones de «autoritarismo«, mientras su renuncia en Orán se debía a su «dificultad» para manejar la relación con el clero diocesano. Para entonces, ya había sido abierta la investigación a la que refirió Francisco en una entrevista con el canal mexicano Televisa.

El Vaticano había negado esa versión. Tras las denuncias, Francisco decidió que Zanchetta se abstuviera de ejercer como sacerdote, aunque esto no le impidió unirse al retiro espiritual con Francisco  y otros cardenales celebrado en en Ariccia (Italia) a mediados de marzo de este año. Recientemente además el ex vicario general de la diócesis de Orán, Juan José Manzano, contó que la Santa Sede conocía la conducta inapropiada de Zanchetta desde 2015.

«Unos documentos muestran que el rector del seminario de Orán estaba tan preocupado por el comportamiento de Zanchetta que le dijo al embajador del Vaticano en una denuncia formal que se necesitaban ‘medidas urgentes’ para proteger a sus estudiantes del primer curso, ya que las clases introductorias se llevaban a cabo en la residencia de Zanchetta», dice un informe de la agencia Associated Press.

El ex obispo de Orán, Gustavo Oscar Zanchetta.

“La decisión del papa de permitir que Zanchetta renunciara discretamente, y posteriormente ascenderlo a la posición número 2 en una de las oficinas más delicadas del Vaticano, ha generado nuevas interrogantes sobre si Francisco se hizo de la vista gorda ante las denuncias de comportamiento inapropiado de sus aliados o rechazó las acusaciones en su contra como ataques ideológicos”, dijo el informe de AP.

El sacerdote Juan José Manzano, exvicario general, dijo que Bergoglio había sido confesor de Zanchetta y lo trataba como su «hijo espiritual». «Todo esto podría explicar por qué Francisco lo asignó a Orán a pesar de las acusaciones sobre supuestos abusos de poder cuando Zanchetta estuvo al frente de asuntos económicos en la diócesis de Quilmes», dijo en una entrevista.

La fiscal Filtrín Cuezzo investigó el hecho denunciado el 6 de febrero pasado por un joven, que dio cuenta de «episodios de contenido sexual sufridos en su perjuicio, por parte de quien ejercía las funciones de obispo de la Diócesis de Orán», a partir de 2017, en el edificio del seminario Juan XXIII, y un domicilio particular. Sumó, además, la denuncia de un segundo seminarista, que el 13 de febrero dijo haber sufrido episodios de significación sexual y conductas inapropiadas, en esa misma sede, en 2016.

D.S.

Un obispo cercano al Papa, procesado en Argentina por abusos sexuales

Gustavo Zanchetta, a quien Francisco nombró alto cargo del Vaticano cuando ya pesaban sobre él acusaciones, espera juicio
Gustavo Zanchetta, en primer plano, con su abogado y la jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora.
Gustavo Zanchetta, en primer plano, con su abogado y la jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora.PODER JUDICIAL DE SALTA

Gustavo Zanchetta, exobispo de Orán (en el norte de Argentina) y muy cercano al Papa, está a un paso de ir a juicio oral por presunto abuso sexual contra dos seminaristas. El prelado, que abandonó de forma imprevista su diócesis a mitad de 2017 y fue recolocado por Francisco en uno de los órganos clave del Vaticano, ha regresado al país sudamericano para declarar ante la Justicia. Este miércoles se presentó ante la juez que le notificó el tribunal ante el que deberá responder y le dio diez días para recurrir.

La presentación de Zanchetta deja sin efecto la orden de captura internacional solicitada días atrás por la fiscalía después de que el imputado evitase responder las llamadas y correos electrónicos enviados. El sacerdote sigue en libertad a la espera del juicio y su defensa dio por sentado ante la prensa que no se le retirará la documentación y podrá regresar este jueves al Vaticano.

Zanchetta, de 55 años, está acusado de «abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso» en perjuicio de dos víctimas, un delito castigado con penas de entre tres y diez años de cárcel y que el sacerdote niega. Fuentes del caso explican que se trata de una acusación por tocamientos realizados a dos seminaristas, avalada por alrededor de una veintena de testigos -seminaristas que cursaban los estudios para el sacerdocio en esa época-, que fueron citados por la fiscalía.

El abogado del obispo, el español Javier Belda Iniesta, señaló tras la vista donde se le tomaron las huellas a Zanchetta que su defendido «se declara inocente». «Y yo como abogado suyo considero que lo es», dijo en rueda de prensa. El letrado anticipó que solicitarán a la Justicia la anulación del juicio, aunque insistió que «el principal interés es que salga la verdad a la luz». Hasta la fecha, algunos movimientos en defensa de un prelado que compartía en Roma residencia con Francisco contradicen esa versión.

La última vez que Zanchetta viajó a Argentina, el pasado junio, logró evitar su retención gracias a un documento expedido por la Santa Sede y firmado por el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra, en el que se pedía su regreso para incorporarse a su puesto en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), un órgano clave que administra las propiedades inmobiliarias y financieras del Vaticano en todo el mundo. El documento, cuya existencia sacó a la luz El Tribuno de Salta y ha podido comprobar este periódico de fuentes de la investigación, hacía referencia a un encargo que, según había anunciado la propia santa Sede seis meses antes, el obispo ya no desempeñaba.

El imputado fue obispo en Orán, en el norte de la provincia de Salta, entre 2013 y 2017. Fue denunciado en 2016, pero la acusación no se hizo pública hasta dos años después, cuando ya había renunciado a su cargo alegando motivos de salud. Su salida intempestiva sorprendió a toda la comunidad y ni siquiera se realizó la habitual misa de despedida. Los procedimientos de renuncia suelen demorar meses, pero el Vaticano aceptó la suya en tres días. El religioso pasó primero a la provincia argentina de Corrientes, después a Madrid, hasta que a finales de 2017 Francisco lo llevó al Vaticano.

El escándalo saltó el pasado diciembre, cuando El Tribuno de Salta publicó que cinco sacerdotes de Orán habían denunciado al obispo ante la Nunciatura de la Santa Sede en Buenos Aires por presuntos abusos sexuales. Al mismo tiempo, reveló que los acusadores habían sido trasladados de inmediato a otros destinos pastorales. El Obispado de Orán difundió un comunicado en el que aclaraba que «los cambios de destino se debieron a la búsqueda de una mejor atención de los fieles» y que se ponía a disposición para resolver «cualquier situación de abuso».

Cinco casos en Salta en un año

Salta está en el noroeste de Argentina, la región más católica de Argentina: el 76% profesa esta fe, frente al 62% nacional, según la segunda Encuesta nacional sobre creencias y actitudes religiosas. Los habitantes de Salta siguen entre la incredulidad y la indignación la aparición de nuevos presuntos casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica. En el último año se han difundido cinco denuncias y se espera que el número crezca en los próximos meses. «Es sorprendente porque se tiró de un hilo que no termina más. Me llegan denuncias todo el tiempo», admite Silvia Noviasky, la periodista que destapó el caso de Zanchetta, entre otros.

EL PAÍS

El Vaticano insiste en cobijar a un obispo cercano al Papa acusado de abusos sexuales en Argentina

Gustavo Zanchetta está pendiente de juicio y tiene abierta una investigación canónica, pero ha sido readmitido en la inmobiliaria de la Santa Sede “porque su servicio no interfiere en el caso”
El Papa Francisco recibe en el Vaticano al obispo argentino Gustavo Zanchetta, en junio de 2015.
El Papa Francisco recibe en el Vaticano al obispo argentino Gustavo Zanchetta, en junio de 2015.DIÓCESIS DE ORÁN

La política en la prevención y sanciones en el tema de abusos sexuales en el Vaticano sigue siendo difícil de descifrar. Más allá de la puesta en escena de hace un año, con la gran cumbre para fijar las bases de la protección a menores, de los grandes documentos papales emitidos y de algunos castigos ejemplarizantes, determinados casos siguen sembrando dudas sobre el convencimiento de la Santa Sede en esta lucha. Gustavo Zanchetta, exobispo de Orán (en el norte de Argentina), hombre cercano al Papa, es un claro ejemplo. A la espera de un proceso canónico tutelado por la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) y de un juicio dilatado en el tiempo por la pandemia en su país, cuya fiscalía reclamó que se le retirase el pasaporte por el riesgo de fuga, ha sido readmitido por la Santa Sede en uno de los órganos financieramente más importantes.

La decisión ha causado sorpresa incluso dentro del Vaticano, donde en algunas áreas, como la propia CDF, a veces es difícil comprender el modelo general que se aplica. “El caso pinta mal”, señalan en este entorno. Zanchetta, de 56 años, está acusado de “abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso” en perjuicio de dos víctimas, un delito castigado con penas de entre tres y 10 años de cárcel y que el sacerdote niega. Fuentes del caso, que destapó el Tribuno de Salta, explican que se trata de una acusación por tocamientos realizados a dos seminaristas, avalada por alrededor de una veintena de testigos -seminaristas que cursaban los estudios para el sacerdocio en esa época-, que fueron citados por la fiscalía. Pero el Vaticano, según explicó su portavoz a este periódico, considera que “su servicio no interfiere de ninguna manera con la investigación en curso”.

El imputado, que según la dirección que aportó a la fiscalía argentina vive todavía en Santa Marta, la misma residencia que el Papa, fue subsecretario de la Conferencia Episcopal en Argentina cuando esta era presidida por el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio. También fue obispo en Orán, en el norte de la provincia de Salta, entre 2013 y 2017. Fue denunciado en 2016, pero la acusación no se hizo pública hasta dos años después, cuando ya había renunciado a su cargo alegando motivos de salud. Su salida intempestiva sorprendió a toda la comunidad y ni siquiera se realizó la habitual misa de despedida. Los procedimientos de renuncia suelen demorar meses, pero el Vaticano aceptó la suya en tres días.

El religioso, a quien también salpica una investigación económica por la que se registró el obispado de Orán el 7 de noviembre de 2019 por supuesta estafa y administración fraudulenta, pasó primero a la provincia argentina de Corrientes, después a Madrid, hasta que a finales de 2017 Francisco lo llevó al Vaticano. El Papa, al comienzo, no quiso admitir el tipo de acusaciones que se le imputaban. Aseguró que se trataba de asuntos de mala relación con sus subordinados. Luego leyó la investigación y consideró oportuno que se abriese un proceso canónico, que trasladó a la CDF. Fue entonces cuando, según la versión oficial, Zanchetta fue apartado de su puesto como asesor. En cualquier caso, ha sido readmitido y se encuentra de nuevo en la oficina. Un hecho que ha decepcionado profundamente a las víctimas, que ahora confían ya solo en la justicia civil.

El prelado había regresado al país sudamericano para declarar ante la Justicia, que en un primer momento solicitó que permaneciese en Argentina. La petición de retirada del pasaporte fue contestada por el Vaticano hace justo un año con un documento expedido por la Santa Sede y firmado por el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra, en el que se pedía su regreso para incorporarse a su puesto en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). El certificado, cuya existencia sacó a la luz El Tribuno de Salta, se refería a un hecho falso entonces: Zanchetta había sido apartado en ese momento del APSA. Un año después, sin embargo, ha vuelto a ser admitido.

La presunción de inocencia aplicada a este obispo, a pesar de tener dos causas abiertas en Argentina y testigos que avalan las acusaciones, contrasta enormemente con otros casos recientes en los que implicado en otro tipo de supuestos delitos han sido apartados inmediatamente de sus puestos. El Papa despidió hace pocos meses a cinco empleados de la secretaría de Estado por su presunta implicación en uno de los últimos escándalos financiación que atraviesa la institución. La instrucción previa al proceso ni siquiera ha terminado, pero el Pontífice consideró oportuno enseñarles la puerta. Lo mismo hizo con el jefe de la Gendarmeria, Domenico Giani, que presentó su dimisión por la filtración de una serie de documentos de la misma investigación sin recibir ante ello ninguna objeción por parte del Papa.

 

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