Nunca dudó Juan Pablo II de elogiar la evangelización de América

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España está de fiesta. En 2022 se han cumplido 40 años de la primera de las visitas apostólicas del Papa San Juan Pablo II a la Península Ibérica. Un dato contundente es que el papa polaco viajó cinco veces a la tierra de los Reyes Católicos1982198419891993 2003. En todas las visitas tuvo palabras elogiosas sobre la labor evangelizadora de España en América. En todos ellas, conviene destacar, el motivo principal fue la predicación del Evangelio.

Los planteamientos generales de los viajes

En 1982 afirmó en la ceremonia de bienvenida: “La comunión en el amor de Cristo, la imagen televisada y las ondas de la radio serán nuestros vínculos constantes en estos días. Manteniendo siempre ese carácter exclusivamente religioso-pastoral que tiene mi viaje, y que lo coloca por encima de propósitos políticos o de parte. Un carácter que, estoy seguro, todos deseáis justamente preservar, y os pido preservéis, colaborando eficazmente en tal dirección” (Discurso en el Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas, 31 de octubre de 1982).

En 1984, recordó: “Durante mi precedente visita a esta ciudad de Zaragoza [6 de noviembre de 1982] me referí a una cita inminente, a la que la Iglesia no podía faltar: la conmemoración del V centenario del descubrimiento y de la evangelización de América. Precisamente el comienzo de la preparación espiritual de dicho acontecimiento hace que esté encaminando mis pasos hacia la República Dominicana, donde se inició la evangelización del Nuevo Mundo” (Discurso en el Aeropuerto de Zaragoza, del 10 de octubre de 1984).

En 1989, sostuvo: “Al iniciar mi tercera visita pastoral a España no puedo silenciar mi gozo, porque vengo a Santiago de Compostela para encontrarme con jóvenes católicos de todo el mundo [por la IV Jornada Mundial de la Juventud]. Desde los más lejanos lugares, de todos los continentes, se dan cita fraternal junto al venerado sepulcro del Apóstol, para vivir unas jornadas intensas bajo el signo común de la fe cristiana” (Discurso en el Aeropuerto Labacolla de Santiago de Compostela, 19 de agosto de 1989).

En 1993, recordó: “El Señor, dueño de la historia y de nuestros destinos, ha querido que el XLV Congreso Eucarístico Internacional tenga lugar en la antigua e ilustre sede Hispalense, permitiéndome así poder encontrar nuevamente al amado pueblo sevillano y a tantas otras personas de numerosos lugares de España y de la Iglesia universal. Me llena de gozo visitar otra vez esta tierra, cuyas gentes se distinguen por la nobleza de espíritu, por su cultura y que ha dado tantas muestras de aquilatada fe y amor a Dios, de veneración filial a la Santísima Virgen y de fidelidad a la Iglesia” (Discurso en el Aeropuerto Internacional San Pablo de Sevilla, 12 de junio de 1993).

Finalmente, en 2003 afirmó: “Mañana [4 de mayo de 2003] tendré la dicha de canonizar a cinco hijos de esta tierra. Ellos supieron acoger la invitación de Jesucristo: ‘Seréis mis testigos’ proclamándolo con su vida y con su muerte. En este momento histórico ellos son luz en nuestro camino para vivir con valentía la fe, para alentar el amor al prójimo y para proseguir con esperanza la construcción de una sociedad basada en la serena convivencia y en la elevación moral y humana de cada ciudadano” (Discurso en el Aeropuerto Internacional Madrid-Barajas, 3 de mayo de 2003).

El elogio de la evangelización

Dijimos arriba que, en todas las visitas apostólicas, San Juan Pablo II tuvo palabras elogiosas sobre la labor evangelizadora de España en América. En este sentido, recordemos algunos textos.

En 1982 afirmó: “Vengo a encontrarme con una comunidad cristiana que se remonta a la época apostólica… que descubrió y evangelizó América… gracias sobre todo a esa simpar actividad evangelizadora, la porción más numerosa de la Iglesia de Cristo habla hoy y reza a Dios en español”.

En 1984 destacó que “fue España la que abrió la comunicación entre Occidente y el Continente americano y la que, en gran parte, llevó al mismo la luz de la fe en Cristo, junto con Portugal, al que también desde aquí envío mi cordial saludo. En efecto, de Palos de la Frontera partieron las primeras carabelas, de vuestros lares salieron los primeros evangelizadores, a los que tantos otros han seguido hasta nuestros días. Desde los primeros momentos fueron gentes de España entera”. Y agregó: “He venido por ello a esta ciudad [Zaragoza], a postrarme ante la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, para dar gracias a Dios por esa gesta y por la contribución esencial de los hombres y mujeres de España en una sin par obra de evangelización”.

En 1989 señaló: “España ha tenido siempre una vocación universal, católica. Preclaro símbolo de esa vocación es Santiago de Compostela, la ciudad que, por la fuerza de la memoria apostólica, atrae a distintos pueblos para que encuentren la unidad en una misma fe. El nombre de Santiago corrobora la presencia de España en la historia de las tierras de América. Por esto, al visitar España por segunda vez [1984], encomendé a la Virgen del Pilar en Zaragoza la ya próxima celebración centenaria del descubrimiento y evangelización de América. En más de una ocasión he tenido la oportunidad de reconocer la gesta misionera sin par de España en el Nuevo Mundo”.

En 1993 predicó: “El lema del Congreso Eucarístico es bien elocuente: “Christus, lumen gentium”, “Cristo, luz de los pueblos”. Ningún marco más adecuado que el de la península ibérica para proclamar al mundo que el amor de Cristo en la Eucaristía, memorial de su sacrificio redentor, es el faro que ilumina la vida y la historia de generaciones, de pueblos, de continentes. Ahí están para testimoniarlo esa pléyade de misioneros españoles que, habiendo acogido el mandato de Jesucristo “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda creatura” (Mc 16, 15), abrieron nuevos y dilatados horizontes para la fe cristiana”.

Por último, en 2003 concluyó: “Nos encontramos en el corazón de Madrid, cerca de grandes museos, bibliotecas y otros centros de cultura fundada en la fe cristiana, que España, parte de Europa, ha sabido luego ofrecer a la América con su evangelización y después a otras partes del mundo. El lugar evoca, pues, la vocación de los católicos españoles a ser constructores de Europa y solidarios con el resto del mundo. España evangelizada, España evangelizadora, ese es el camino. España evangelizada y evangelizadora, ese es el camino. No descuidéis nunca esa misión que hizo noble a vuestro país en el pasado y es el reto intrépido para el futuro”.

Las ideas clave

Mucho y bueno podría glosarse a partir de cada una de las citas precedentes. Me interesa, ahora, destacar algunas ideas centrales.

En primer lugar –y conviene resaltarlo todavía más hoy en que pareciera, resultado de una ilusión, que la misión de la Iglesia es ser una ONG a favor de la preservación de la Pachamama–, en la predicación de San Juan Pablo II queda en claro el multisecular y auténtico fin de la Iglesia: la evangelización de los hombres y de los pueblos. Basta recordar los nombres de varios de sus documentos para corroborarlo: Redemptor hominisRedemptoris MaterRedemptoris Custos, etcétera. Uno de los núcleos constantes del magisterio del papa Wojtyla ha sido confesar que Cristo es el Redentor de los hombres y de los pueblos.

En segundo lugar, el nexo que establece San Juan Pablo II entre España y la obra evangelizadora. Gracias a España “la porción más numerosa de la Iglesia de Cristo habla hoy y reza a Dios en español”; desde los lares de España, “salieron los primeros evangelizadores” hacia América… la descubierta, conquistada y evangelizada por Castilla, no –agrego de mi parte– la esquilmada por el Reino Unido de Gran Bretaña, por cierto. España es la madre de “esa pléyade de misioneros españoles que, habiendo acogido el mandato de Jesucristo ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda creatura’ (Mc 16, 15), abrieron nuevos y dilatados horizontes para la fe cristiana”. España, fundada en la fe cristiana, “ha sabido luego ofrecer[la] a la América con su evangelización y después a otras partes del mundo”. España ha sido protagonista principal en esa gesta evangelizadora cuya madre es la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad.

«Toda la cultura»

Para acabar. Me interesa rescatar unas palabras que pronunció San Juan Pablo II en la Argentina, mi patria, y que, de alguna manera, podrían afirmarse también de otras naciones hispanoamericanas: “Toda la cultura que España promocionó en América estuvo impregnada de principios y sentimientos cristianos, dando lugar a un estilo de vida inspirado en ideales de justicia, de fraternidad y de amor. Todo ello tuvo muchas y felices realizaciones en la actividad teológica, jurídica, educativa y de promoción social. El hombre del Norte argentino bebió en esas fuentes espirituales e incluso los diversos sucesos históricos del país naciente, estimularon a no pocos de vuestros próceres a poner en las manos de Dios y de la Virgen el destino que entonces se mostraba incierto para vuestro pueblo” (Discurso en San Miguel de Tucumán, 8 de abril de 1987).

Que Dios bendiga y su Madre Inmaculada proteja a España, a Hispanoamérica y, en particular, a la Argentina. España evangelizadora es nuestra Madre Patria y, como dijera el fraile Francisco de Paula Castañeda, “por Castilla somos gente”.

por Germán Masserdotti

Opinión

Martes 27 diciembre de 2022.

ReL.

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