El corredor anglo-romano puede regresar a Londres con su familia sin siquiera un brazalete electrónico. La medida de inacción cancelada –
El corredor anglo-romano Gianluigi Torzi está libre nuevamente, según la decisión de los jueces del Tribunal de Revisión de Roma. Con la misma disposición anulada la sentencia de fugitivo en su contra, el artífice de la venta del famoso edificio del 60 de Sloane Avenue (Londres) puede regresar a Gran Bretaña sin las restricciones (brazalete electrónico incluido) previstas por la ley en espera de la extradición definitiva.
Aunque aún no se conocen las motivaciones de los jueces, parece claro que este es un punto importante marcado por la defensa, a saber, sus abogados Ambra Giovene y Marco Franco. En efecto, fueron ellos quienes apelaron a la Revisión en el momento de la detención, porque, entre otras cosas, habían denunciado que estaban viciados por violaciones al derecho de la defensa . “El fiscal de la investigación no había remitido toda la documentación sobre nuestro cliente al juez de instrucción -dice Franco- vulnerando nuestro derecho específico”. Posteriormente, el Tribunal Supremo le había dado la razón y devolvió los documentos a los jueces de la Revisión, que ahora han tomado una decisión.
El edificio origen del juicio.
La fiscal María Teresa Gerace recusó a Torzi por el delito de autoblanqueo precisamente en relación con la operación (concursal) de venta del prestigioso inmueble. En esencia, el bróker habría destinado parte de los 15 millones, producto de la venta, a dos transacciones: una inversión financiera en unas sociedades (incluida Mediaset Spa) y la liquidación de una deuda contraída previamente. Ambas transacciones, realizadas con empresas ficticias, le habrían reportado ingresos ilegales y beneficios fiscales, según la reconstrucción del Ministerio Público que adjuntó facturas y mensajes de texto intercambiados entre el corredor y los contadores como prueba del delito.
La historia tiene un capítulo sustancial en el Vaticano, donde la actividad de los promotores de justicia Alessandro Diddi y Giampiero Milano provocó la renuncia del cardenal Giovanni Angelo Becciu y su mano derecha Alberto Perlasca, quienes decidieron la inversión financiera en el palacio por financiándolo con donaciones de los peniques de San Pedro.
Por Ilaria Sacchettoni.
(corriere.it)