La Santa Sede, a través del Dicasterio para los Obispos, ha ordenado una visita apostólica a la diócesis de Fréjus-Toulon que comenzará el lunes 13 de febrero de 2023.
Esta visita será realizada por Mons. Antoine Hérouard, Arzobispo Metropolitano de Dijon, asistido por Mons. Joël Mercier, ex Secretario del Dicasterio para el Clero. «Esta visita apostólica brindará la oportunidad de profundizar y continuar el trabajo realizado por el cardenal Aveline durante su visita fraterna. Así, esto permitirá tener una visión más amplia y clara de la situación en la que se encuentra la diócesis de Fréjus-Toulon y afinar el marco de las decisiones tomadas por su obispo, Mons. Dominique Rey, a partir de junio de 2022», apunta el obispado francés en un comunicado.
Desde Francia, fuentes próximas al obispo señalan a este medio que Mons. Joël Mercier, ex Secretario del Dicasterio para el Clero trabaja desde hace años contra Monseñor Rey, siendo su gran enemigo en la curia.
La diócesis añade que «para esto se escuchará a un gran número de clérigos y laicos responsables. Quienes deseen dar testimonio escrito a los visitantes pueden hacerlo en esta dirección: [email protected]».
Así mismo, desde el obispado subrayan que «acogemos esta noticia en un ambiente de confianza. Invitamos a todos los fieles y clérigos de la diócesis de Fréjus-Toulon a llevar en la oración esta visita, para que dé los frutos esperados por el bien de nuestra diócesis».
La diócesis de Fréjus-Toulon, en el punto de mira de Roma
Esta diócesis francesa es conocida por ser una de las más conservadoras de Francia y su obispo, Mons. Dominique Rey, es de buena doctrina y siempre se ha mostrado cercano a grupos y movimientos tradicionalistas. Desde el pasado mes de mayo del año 2022, la diócesis de Fréjus-Toulon, ha sido vigilada con lupa desde Roma.
El escándalo con el monasterio de Brignoles
El monasterios Brignoles es una comunidad monástica internacional de habla inglesa en la Diócesis de Fréjus-Toulon, Francia, que vive una vida tradicional de oración, trabajo y estudio según la antigua Regla de San Benito y celebra la Sagrada Liturgia según las formas más antiguas de los ritos romano y monástico.
Este monasterio benedictino hizo público un comunicado en donde relata que un obispo mayor (no se sabe quien) ordenó sin consentimiento a varios monjes de esta comunidad. Tras un periodo de oración y reflexión en discreción, otro obispo mayor, de quien no ha trascendido su nombre, se ofreció para realizar las ordenaciones en un lugar fuera de Francia según la forma extraordinaria de la rito romano. A su regreso al monasterio informaron al obispo Rey. La respuesta del obispado fue a través del Canciller. Recibieron la declaración de suspensión de las órdenes recibidas.
Como respuesta a esto, en junio del 2022 la Cancillería de la diócesis comunicó que «por la revelación espontánea de Alcuin Reid e Ildephonse Swithinbank de sus ordenaciones recibidas ilícitamente (ya que sin cartas dimisorias de su Ordinario), de la declaración de suspenso que siguió, y por su obstinación en la desobediencia (negativa a reunirse con Monseñor Rey o revelar el nombre del obispo que los ordenó a pesar de varias medidas cautelares), considerando que la pena de suspensión afecta ahora a todos los miembros definitivamente incorporados a la asociación pública de fieles «Monastère Saint-Benoît», incluida la sede que se encuentra bajo la jurisdicción del diócesis de Fréjus-Toulon, Monseñor Rey decidió suprimir esta asociación pública por decreto del 10 de junio de 2022 y retirar el permiso para establecer un oratorio que le había sido concedido».
Suspensión de las ordenaciones sacerdotales
A comienzos del mes de junio llegó un importante varapalo desde Roma. El Papa había ordenado suspender las ordenaciones sacerdotales de esta diócesis que estaban previstas para finales de mes.
Según pudo saber Infovaticana, desde hace tiempo las relaciones entre Monseñor Rey y Roma eran delicadas, porque su seminario es demasiado tradicional (tiene vocaciones) y porque él ha recibido a muchas comunidades (demasiadas a juicio de Roma), sin contar su simpatía por la misa tradicional.
Al conocer la noticia, el obispo Rey dijo que «acogemos esta petición con dolor y confianza, conscientes de la prueba que representa sobre todo para quienes estaban a punto de recibir la ordenación. Tendremos en el corazón llevarlos en la oración y seguir acompañándolos en su camino. Animo a cada uno de ustedes a orar también por nuestra diócesis, mientras esperamos que la situación se aclare por el bien de todos».
A finales del mes de junio el obispo Rey escribió una carta a raíz de los acontecimientos tan recientes y seguidos que sacudieron la vida de la diócesis francesa. El obispo francés reconoció que está siendo para los seminaristas «un momento de dolor y seriedad, aceptado en la fe la cruz que se les pide llevar. A ellos, pero también a sus hermanos en el Seminario, tanto si acaban de incorporarse como si llevan allí varios años, quiero repetirles que pueden contar con mi acción y mi vigilancia en beneficio de su formación, así como mis oraciones».
Dominique Rey reconoció que «es el origen de las vocaciones y la pluralidad de caminos formativos lo que puede haber suscitado interrogantes en Roma y no cuestiones morales», aclaró el obispo en alusión a la gran presencia de grupos tradicionalistas en el seminario.
Diócesis sumida en la incertidumbre
Durante el mes de septiembre, la diócesis francesa intervenida por la Santa Sede, informó de un encuentro que mantuvo el obispo con cerca de 150 sacerdotes de la diócesis de Fréjus-Toulon. Los sacerdotes se reunieron con el obispo Dominique Rey para discutir con él los acontecimientos que han sacudido a la diócesis en los últimos meses.
El obispo, lejos de huir de la polémica, explicó a sus sacerdotes las decisiones que llegaron impuestas por parte del Dicasterio de Obispos.
Por un lado, exigieron al obispo el establecimiento de un inventario de las comunidades presentes en la Diócesis con visitantes que pueden tener diferentes perspectivas (canónica, pastoral, espiritual). Además, desde Roma exigieron la suspensión de la recepción de nuevas comunidades.
Por otro lado, la Congregación obligó a Rey a cumplir con el Motu Proprio Traditionis Custodes, con el que se restringe el uso del Misal Tradicional, y se decretó que la recepción de nuevos sacerdotes estará sujeta en adelante a la decisión del Consejo Presbiteral.
En ese encuentro, algunos sacerdotes tomaron la palabra para dirigir sus mensajes y preguntas directamente al obispo Rey: un intercambio con total franqueza. Mientras algunos expresaron “desmotivación” o “desánimo”, muchos dieron su apoyo al obispo y expresaron su deseo de avanzar juntos. “Es la unidad la que prima para todo lo que esperan los fieles de esta diócesis, en torno a Monseñor y con el compromiso de cada uno”, insistió uno de los sacerdotes presentes.
Mientras tanto, Dominique Rey, obispo de la diócesis desde hace más de 20 años y al que todavía le quedan cinco más para presentar la renuncia, sigue intentando insuflar ánimos al clero y laicos de la diócesis ante las reiteradas embestidas. A pesar de la inexistencia de problemas morales o dogmáticos, Roma sigue centrando sus esfuerzos en vigilar esta diócesis y como si hubiera un ‘exceso de curas’ la diócesis de Fréjus-Toulon sigue sin poder ordenar a sus sacerdotes en este contexto de falta de vocaciones.
Por Javier Arias.
Infovaticana.