Las noticias sobre la nueva ola de represión contra los sacerdotes en Nicaragua, muchos detenidos en los últimos días, al menos cinco, en particular en la diócesis de Estelí, de la que mons. Rolando Álvarez – encarcelado desde hace 417 días – es administrador apostólico, no parecen preocupar mucho al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua.
Ayer domingo, en la catedral de la capital nicaragüense, el purpurado eligió como único tema de su enseñanza episcopal la presencia del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y en el Sínodo que se celebra en Roma, un tema de gran importancia, pero dentro de lo cual habría tenido que explicar – o tal vez denunciar – que el único delegado sinodal de los católicos de Nicaragua ante la asamblea sinodal, mons. René Sándigo Jirón, obispo de León…no está en el Vaticano para participar en las Congregaciones y círculos más pequeños.
Cabe recordar inmediatamente que Mons. Sándigo en la iglesia nicaragüense es una figura polémica y controvertida. Inmediatamente después de su nombramiento (2019) se habló mucho de sus supuestas simpatías por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. En ese momento las críticas tocaron directamente al Papa Francisco, pór el nombramiento.
Por ahora, a cinco días de la apertura del XVI Sínodo de los Obispos, este padre sinodal está ausente, pero nadie dice nada. De hecho, se hace todo lo posible para silenciar la cuestión.
Sin embargo, la ausencia de este prelado es muy significativa en el nutrido grupo de casi 80 latinoamericanos, entre ellos 58 delegados episcopales que representan a 22 episcopados.
Muchos esperaban ayer domingo que el Card. Leopoldo Brenes dijera algo al «fiel y santo Pueblo de Dios» sobre esta importante ausencia. En particular sobre el motivo de este silencio.
Por otro lado, el cardenal, cada vez más cauto a la hora de hablar de la dictadura, no ha dicho ni una sola palabra sobre la ola de detenciones que ha afectado al menos a otros cinco sacerdotes. Ya hay más de 10 en prisión, de los cuales 5 han sido condenados a 10 años de prisión.
En la actualidad hay varias decenas de monjas y sacerdotes deportados, obligados a huir para evitar la muerte, la tortura o la prisión. Hay 20 sacerdotes declarados apatridas, entre ellos mons. Álvarez.
Curiosamente, el cardenal Brenes, en su homilía de ayer, en lugar de defender a los sacerdotes nicaragüenses, prefirió hablar del Sínodo sobre la sinodalidad y atacar a la prensa, hasta el punto de subrayar que, en su opinión, hay demasiados periodistas que escriben lo que quieren y sin críticos al Papa: «Pero el Sínodo es obra del Espíritu Santo», afirma el cardenal. Brenes, añadiendo luego que «en el Sínodo todos deben dejarse guiar por el Espíritu y nunca hacer lo que otros grupos quieren (…) ya que ser dócil es importante».
El cardenal Brenes, en estos años de grave crisis político-institucional y socioeconómica, siempre ha tenido un comportamiento indescifrable y opaco, muchas veces con el objetivo de restar importancia y evitar represalias por parte del dictador, según su entorno que salió en su defensa.
Una conducta encomiable pero doblar la espalda u ocultar la verdad es otra cosa.
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2023.