* En una carta, el Papa emérito recapitula el hilo rojo de la reflexión que llevó a cabo en su tesis de teología -presentada más de diez años antes del Concilio Vaticano II- que se centró en la dualidad de la Iglesia, institución y verdad espiritual.
Benedicto XVI envió una carta firmada con fecha 7 de octubre de 2022 al padre Dave Pivonka, presidente de la Universidad Franciscana de Steubenville (Estados Unidos) que organiza un simposio sobre la eclesiología del pontífice emérito del 20 al 21 de octubre. Fue leído en la apertura del coloquio por el padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación Ratzinger. El papa número 265, de 95 años, ahora muy esporádicamente habla.
La naturaleza dual de la iglesia
A partir de la separación entre las dos Jerusalén -terrena y celestial- en la Ciudad de Dios de San Agustín , explica que la eclesiología -disciplina teológica que estudia la vida de la Iglesia- había sido “tratada esencialmente en términos institucionales”, posición que describió como «un error fatal».
Sin embargo, subraya, en Alemania surgió entonces una corriente que enfatizaba más su “dimensión espiritual”. Este desarrollo, prosigue, fue tenido en cuenta por la Santa Sede, al instituir Pío XII el principio de la Iglesia como “cuerpo místico de Cristo” en su encíclica Mystici Corporis en 1943.
El Papa emérito explica que es en esta corriente en la que se sitúa su tesis, iniciada en la década de 1950, encontrando una aplicación inesperada –“en enero de 1946 nadie pensaba en un concilio ecuménico”– en el Concilio Vaticano II, en en el que participó como experto. Este evento, aunque generó «muchas dudas», resultó ser «no sólo útil, sino necesario», subraya.
El Papa 265 reconoce que al abordar de manera «radical» las nuevas cuestiones de la teología de las religiones o el vínculo entre fe y racionalidad, el Vaticano II «amenazó primero con desestabilizar y sacudir a la Iglesia, más que con darle nueva claridad a su misión «. ”.
Sin embargo, Benedicto XVI cree que ahora “está emergiendo lentamente la fuerza positiva del Concilio” con la conciencia de la “necesidad de reformular la cuestión de la naturaleza y la misión de la Iglesia”. Para él, el Vaticano II corrigió una concepción que pasaba «al lado del realismo de la fe y de sus instituciones», y convirtió el lugar que ocupa la Iglesia en el mundo, en «el problema central».
Un pontífice muy debilitado
Aunque con 95 años y muy debilitado, Benedicto XVI sigue recibiendo visitas. Según su entorno, sólo habla con un hilo de voz muy reducido pero ha conservado una lucidez intelectual plena. Su longevidad como Papa emérito, más de nueve años y medio, superó la duración de su pontificado.
El 27 de agosto, el Papa emérito se había reunido, como acostumbra, con los nuevos cardenales creados por Francisco al final del consistorio. Sin embargo, su estado de salud no le permitía hablar con ellos.
CIUDAD DEL VATICANO.
VIERNES 21 DE OCTUBRE DE 2022.
