“La reproducción asistida con el método de fecundación in vitro es una experimentación humana, un tipo particular de ‘producción’ que constituye un abuso de la vida”: escribió el presidente de los obispos polacos, mons. Stanisław Gądecki en una carta enviada recientemente al presidente de Polonia, Andrzej Duda.
El prelado, apelando a la conciencia del Presidente Duda – y, escribe, «es precisamente la conciencia lo que distingue a un político de un estadista» – pide al Jefe de Estado que no refrenda la ley que prevé la financiación pública (con alrededor de 100.000 euros al año) de intervenciones in vitro.
La asignación estaba prevista en la reciente resolución del Parlamento adoptada tras las elecciones políticas del 15 de octubre.
Monseñor Gądecki, citando las enseñanzas de Pío XII, los documentos de la Congregación (actualmente Dicasterio) para la Doctrina de la Fe y el magisterio de Juan Pablo II, observa que en el caso de la fecundación in vitro «según los criterios de la eugenesia selección, incluso los embriones transferidos a los órganos reproductores femeninos», y recuerda los derechos del niño «que puede recibir la vida tras un acto conyugal de sus padres, y no como resultado de procedimientos tecnológicos realizados por terceros».
«La concepción in vitro no es la única forma de concebir un niño que suscita serias dudas morales», escribe el prelado, añadiendo que «todos percibimos como incorrecto que la concepción de un niño se produzca tras un acto de violencia».
Mons. Gadecki, confirmando el principio constitucional de autonomía e independencia mutua entre la Iglesia y el Estado, subraya que si Duda no firma la nueva ley, se necesitaría un «valentía» especial, ya que «la evaluación negativa de los procedimientos in vitro puede provocar ataques de los políticos». , e incluso el ostracismo de algunos círculos científicos”.
El presidente de los obispos polacos, sin embargo, subraya que los procedimientos in vitro «no son un método para tratar la infertilidad» y espera que la financiación esperada se destine a un programa nacional «destinado a una verdadera cura de la infertilidad».
VARSOVIA, POLONIA.
SIR.