Nunca le sucedió a un Pontífice: luego se reanudó la sesión. Hace un tiempo les dijo a los chicos: «Apaguen sus celulares y miremos a los ojos«.
No fue suficiente el maletín negro que se llevaba solo en los viajes, o el pago del hotel como cualquier otro sacerdote, o finalmente el saludo con un apretón de manos a los guardias suizos de gala. El Papa no es nuevo en romper los protocolos, pero esta vez lo no programado es realmente inusual: al final de la audiencia general del miércoles, Francisco se vio obligado a interrumpir sus saludos con los fieles debido a una repentina llamada telefónica. Pero ya sabes, con este Pontífice ya nos hemos acostumbrado.
Estamos al final de la audiencia en la Sala Pablo VI cuando su mayordomo Piergiorgio Zanetti se acerca a Francesco y le pasa el teléfono. El Papa se va unos minutos y luego vuelve a saludar a los fieles con sonrisas y bendiciones. Muchos se han preguntado quién era la persona tan importante (o quizás muy normal) hasta el punto de interrumpir los saludos papales. ¿Y por qué es tan urgente?
La noticia, por tanto, no es tanto la película no programada sacada de medio mundo, como el amarillo sobre quién estaba al otro lado del teléfono. Incluso hay quienes, en las redes sociales, publican la captura de pantalla ampliada con el teléfono y el nombre de Mons. Edgar Peña Parra, suplente de la secretaría de Estado elegido por Francisco en lugar del cardenal Angelo Becciu. Pero en las redes sociales los rumores se persiguen entre sí: ¿tal vez fue Biden o un jefe de estado? ¿O quizás el Papa quiso indagar sobre el estado de salud del cardenal Burke, quien – contrariamente a la vacunación – contrajo Covid hace apenas dos días?
En cualquier caso, la noticia -inmortalizada por las televisiones de todo el mundo- ha despertado la curiosidad de los fieles y más allá. Casi como si el Papa quisiera que la gente supiera sobre la llamada telefónica. Pero el Vaticano, cuando se le preguntó sobre el programa fuera del programa, se limitó a decir que se trataba de una llamada telefónica privada y que, por lo tanto, no se puede comunicar nada al respecto. Curiosamente, hace algún tiempo el Papa regañó a los jóvenes por el uso intensivo de los teléfonos inteligentes: «Apaguen sus celulares, miremos a los ojos». Lo cierto es que, aunque a mediados de agosto -y Bergoglio aún recuperándose de una operación de colón a principios de julio- su agenda ya ha vuelto a la de un líder que gobierna una Iglesia católica mundial con mil compromisos, problemas y urgencias.
Durante la audiencia habitual de los miércoles, Bergoglio expresó todo su pesar por el asesinato del padre Maire, el clérigo asesinado el lunes en Vendée por un refugiado ruanés con problemas psiquiátricos que había sido acogido por su comunidad. «Con mucho dolor – dijo – me enteré del asesinato del padre Olivier Maire. Expreso mi más sentido pésame a la comunidad religiosa monfortiana de Saintlaurent-sur-Sèvre, en Vendée, a su familia ya todos los católicos de Francia. Les aseguro mi participación y mi cercanía espiritual ». El hombre ruandés fue recibido por Francisco en 2016 como parte del jubileo de las personas socialmente excluidas.
El Papa luego criticó a los predicadores fundamentalistas de la época de San Pablo. «La ley nos lleva a Jesús. Pero alguien me puede decir – dijo Bergoglio – padre, ¿significa esto que si rezo el Credo no tengo que observar los mandamientos?». No, los mandamientos son de actualidad en el sentido de que son pedagogos, te llevan al encuentro con Jesús … era el problema de los misioneros fundamentalistas mezclados entre los gálatas para confundirlos ». Ayer se celebró la primera audiencia el miércoles tras la entrada en vigor del certificado sanitario. Debido al calor extremo, la audiencia se llevó a cabo en interiores. Pero los fieles no tuvieron que mostrar el Pase Verde. De momento, de hecho, el Vaticano ha optado por seguir con las atenciones habituales: medir la temperatura en la entrada y el distanciamiento.
ilgionale.it
12 agosto 2021
