Libero Milone, el revisor general de la Santa Sede al que expulsaron cuando empezó a encontrar ‘pufos’ millonarios en las cuentas, acusa a la Santa Sede de causarle perjuicios millonarios.
Solo dos años después de haber sido contratado para revisar las cuentas de la Santa Sede, Libero Milone, contable de amplia y prestigiosa carrera, fue ignominiosamente expulsado de su cargo. Por la camarilla vaticana que veía amenazados sus chanchullos diversos, denuncia el auditor.
“Engañaron al Papa, fabricaron información falsa según la cual yo había espiado a cardenales y cometido otros crímenes de los que nunca hubo ni documentación, ni pruebas y arruinaron mi carrera y mi buen nombre para siempre: al margen de la violencia y el maltrato que sufrí de parte de la Gendarmería vaticana cuando me interrogó y allanó mi oficina durante más de diez horas ese 19 de junio, nunca más pude volver a trabajar y mi reputación quedó dañada”, afirma ante un pequeño grupo de periodistas, según informa en La Nación argentina la periodista Elisabetta Piqué. “¿Y por qué? Sólo porque hice de manera correcta mi trabajo, que, según el mandato del Papa, era el de hacer limpieza en las finanzas del Vaticano, pero eso fue imposible porque me lo impidieron”.
Este miércoles está previsto que sus abogados apelen la sentencia de enero pasado del tribunal del Vaticano, que rechazó un pedido de indemnización por daños a la Santa Sede de más de 9 millones de euros. Se trata de una causa civil presentada por Milone después de cinco años de haber intentado una mediación con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, no sólo por ese escandaloso despido, sino también, porque esa expulsión, que implicó también a su segundo, Ferruccio Panicco, terminó anticipando su muerte por un cáncer de próstata.
Milone, de 75 años, mostró un video grabado por Panicco pocos días antes de morir en el que denuncia cómo el Vaticano, que también lo trató en forma violenta y lo obligó a renunciar, nunca le devolvió la documentación médica secuestrada que guardaba en su oficina sobre su enfermedad, esto demoró su tratamiento y aceleró su final.
Pediría a los responsables de todo esto que intervengan para un resarcimiento porque ha habido daños, que son claramente evidentes y que nunca han sido reparados. Les pido a todos, a su eminencia el cardenal Parolin, pero también a Su Santidad, el papa Francisco, que puedan poner fin a esta injusticia hacia mí, hacia el doctor Milone y hacia nuestras familias”, clama.
“Nos echaron porque cumplimos nuestro mandato de hacer limpieza, nos expulsaron. Fuimos identificados como enemigos porque hicimos las cosas bien”, comentó Milone, a quien el cardenal Becciu quien anunció el 19 de junio de 2017 que “el Papa había perdido la confianza” en él. Y que fue el ex poderoso comandante de la Gendarmería, Domenico Giani Giani, quien de forma violenta le pidió que confesara, le anunció que había una investigación penal en su contra por espionaje y peculado, lo amenazó con un arresto si no firmaba una carta de renuncia con una fecha equivocada y que allanó la oficina secuestrándole celular, IPad y todas sus pertenencias.
“Curiosamente, al día siguiente, cuando recuperé mi celular, recibí una llamada del cardenal Parolin preguntándome qué había pasado”, recuerda Milone, convencido de que la “vieja guardia” le tendió una trampa, inventando pruebas y acusaciones falsas para deshacerse de él, “un intruso” y que, al Papa, lo engañaron. “Al Santo Padre nunca le contaron la verdadera historia, creo que él actuó de buena fe al ver un documento inventado que me incriminaba. Pero yo nunca espié a nadie, sino que confundieron lo que es una auditoría con espionaje”, aseguró. “Le escribí siete veces al Papa pidiéndole que me recibiera, para poderle explicar, pero evidentemente jamás le hicieron llegar mis cartas. De poder verlo, le advertiría al Papa que con su objetivo de limpieza está pasando lo opuesto y si quiero que todo esto se sepa es para ayudar al bien de la Iglesia católica, cuyas finanzas no están para nada bien”, agregó.
Por CARLOS ESTEBAN.
MARTES 2 DE JULIO DE 2024.
INFO VATICANA