La reapertura de actividades en diferentes ámbitos que estamos viviendo de forma paulatina, es la oportunidad para demostrar algo del aprendizaje que nos está dejando esta pandemia.
No debemos olvidar que, aunque el número de hospitalizaciones va a la baja en nuestro estado, tristemente el número de defunciones va en aumento en el país.
El camino que hemos recorrido ha sido duro y nos ha dejado diferentes reflexiones sobre los cuidados que debemos mantener en nuestros hogares y centros de trabajo.
No demos paso a la irresponsabilidad, sigamos esforzándonos para salir adelante. Vivámoslo como un verdadero acto de caridad para con quienes no han podido, todavía, salir con tranquilidad de sus hogares para disfrutar a sus familias.
La batalla no ha terminado, pero estoy seguro que con la dedicación y el esfuerzo de cada uno podremos salir adelante, viviendo la vida nueva que el Señor nos tiene preparada.
Esto significará que, en este año, las fiestas que tradicionalmente celebramos por el aniversario de la independencia de nuestro País, sean vividas de una manera diferente.
No podremos celebrar de forma presencial los grandes festejos a los que estamos acostumbrados, pero si podremos seguirlos desde nuestros hogares de forma virtual.
Aprovechemos esta oportunidad, como familia, para agradecer a Dios el vivir en un país libre y, al mismo tiempo, celebremos la bendición de estar con nuestros seres queridos.
Al respecto, ha dicho el Papa Francisco: “Todo el amor que Dios tiene en sí, toda la belleza que Dios tiene en sí, toda la verdad que Dios tiene en sí, la entrega a la familia. Una familia es verdaderamente familia cuando es capaz de abrir los brazos y recibir todo ese amor”(Discurso a las familias, mayo 2018)
La familia siempre será la célula que anima y enriquece la vida de toda sociedad. La familia es la fuerza de México y del mundo entero.
Celebremos a México con el firme compromiso de no dar marcha atrás en el camino que hemos avanzado, con la promesa de unirnos como la gran familia que somos y dar lo mejor de nosotros mismos para lograr el bienestar tan anhelado en nuestra Nación.
Les invito a que este próximo 16 de septiembre, nos unamos, de manera especial, en oración por cada uno de los mexicanos. Pidiendo a nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe, nos siga auxiliando con su intercesión para que todos podamos vivir el mandamiento supremo del amor y busquemos la unión de este pueblo que, a pesar de las adversidades, no se deja vencer, saliendo victorioso en todo momento.
Que Dios bendiga a México, que Él bendiga a todos los mexicanos.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
