* Un ex empleado del Vaticano fue detenido, acusado de bienes robados, extorsión y fraude. Desde ese día se encuentra en prisión en el Vaticano.
* Habría revendido un documento supuestamente del Vaticano, pero no existen pruebas de que haya sido del Vaticano mismo: no aparece rastro alguno del manuscrito en cuestión en los archivos del Vaticano.
Como en las historias clásicas de intrigas y secretos vaticanos, hay un antiguo manuscrito que ha desaparecido y reaparecido, quizás procedente de una colección privada, quizás robado del Vaticano y luego objeto de una negociación que acabó con una detención en flagrante delito, según la acusación, y con un caso judicial cuyos contornos aún están por aclarar.
Sucedió que el pasado 27 de mayo, Alfio Maria Daniele Pergolizzi, ex empleado de la Fabbrica di San Pietro (había sido jefe de comunicación de la institución entre 1995 y 2011), fue al Vaticano en compañía de un amigo, para reunirse con el cardenal Mauro Gambetti, actual arcipreste de la Basílica de San Pedro, vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano, así como presidente de la Fabbrica di San Pietro.
Tema de la conversación: la venta de un antiguo manuscrito del siglo XVII, una especie de ficha técnica relativa al oro necesario para decorar el famoso dosel, obra de Gian Lorenzo Bernini, en posesión de Pergolizzi, que interesaba a Gambetti en la compra.
La trampa bien orquestada: El documento, que data de 1633, no es obra de Bernini sino de su séquito (consta de 36 hojas que contienen también 49 dibujos). Entonces se produjo el intercambio. El manuscrito fue entregado al cardenal, quien puso en manos de Pergolizzi un cheque por valor de 120 mil euros.
Al salir del despacho de Gambetti, acompañados por la archivera jefe de la Fábrica de San Pietro, Simona Turriziani (que había actuado de intermediaria entre el antiguo «funcionario de la oficina técnica» y el cardenal), Pergolizzi y su amigo, que habría tenido que visitar en los museos vaticanos, fueron detenidos en la Piazza Santa Marta – detrás de la basílica y frente a la residencia del Papa Francisco – por unos gendarmes vaticanos que les pidieron que los siguieran para aclarar algunas cosas.
Eran alrededor de las 12. Pergolizzi fue interrogado inmediatamente, siendo Turriziani y su amigo como «personas informadas de los hechos».
Estos últimos fueron puestos en libertad mientras que Pergolizzi fue detenido. Entre los delitos impugnados: extorsión, estafa, recepción de bienes robados. En esencia, toda la operación fue un montaje, una trampa para supuestamente recuperar la posesión de un documento que, según el cardenal, pertenecía a la Fabbrica di San Pietro.
En espera de juicio, Pergolizzi se encuentra detenido en el Vaticano desde el 27 de mayo. Ahora su familia está preocupada y recuerda que al otro lado del Tíber sigue vigente el código penal Zanardelli, que no es exactamente un modelo de garantismo.
Tanto el famoso manuscrito como el cheque se encuentran ahora en manos del Vaticano. Las autoridades italianas, alertadas, llevaron a cabo, con la ayuda de los Carabinieri, la incautación de algunos de los bienes del acusado almacenados en un almacén.
¿Por qué detenerlo más y no dejarlo en libertad en espera de juicio? ¿En base a qué elementos?», se preguntan ahora los amigos del exfuncionario.
La acusación se basa en el siguiente supuesto: que el documento en cuestión, robado entonces del archivo histórico de la Fabbrica di San Pietro por Pergolizzi o por alguien que le ayudó en la operación, fue luego intentado revenderlo al propio Vaticano: de ahí el fraude y la recepción de bienes robados.
AQUÍ ESTÁ EL MISTERIO: NO PERTENECÍA AL VATICANO.
Sin embargo, según la defensa, el manuscrito de la época de Bernini no se encontró en el archivo de las propiedades de la Fabbrica.
Incluso así lo afirma una estudiosa (que conoce a Pergolizzi), Maria Grazia D’Amelio, profesora de Historia de la Arquitectura en la Universidad de Tor Vergata, en Roma, que ha dedicado años de estudio al dosel de San Pedro.
Tanto es así que en 2021 publicó un volumen que contiene el famoso documento que, en realidad, nunca había tenido en sus manos: había podido verlo escaneado, recibido de Pergolizzi.
Hasta este punto no habría nada que interfiera con las tesis de la fiscalía. Pero la profesora D’Amelio afirma que nunca ha visto rastro alguno de este manuscrito en los archivos de la Fabbrica, que visitó en varias ocasiones.
El propio Pergolizzi, para salir de prisión, dijo que había recibido el manuscrito de un monseñor, Vittorino Canciani, ex canónigo de San Pietro (donde había sido llamado por Juan Pablo II), fallecido hace algún tiempo.
El manuscrito procedía de una colección privada y luego acabó en manos del canónigo de San Pietro, ¿y de él al ex empleado de la Fabbrica di San Pietro?
[…]
Por FRANCISCO PELOSO
CIUDAD DEL VATICANO.
JUEVES 6 DE JUNIO DE 2024.
DAGOSPIA/DOMANI.
extracto.