Demos gracias a Dios por este año que termina, para ello contemplemos el pasado con madurez y gratitud, reconozcamos nuestros logros y aprendamos de nuestros errores. Recibamos también el año 2022 con mucha alegría y esperanza, con fe y ánimo, con responsabilidad y creatividad. Hagamos el compromiso de ser buenos hijos, mejores personas y ciudadanos conscientes.
1.«NINGUNA MENTIRA VIENE DE LA VERDAD» 1ª Jn 2,21
Vivimos en una sociedad donde la más mínima insinuación de una doctrina correcta, de una postulación de principios o de una comunicación de valores suena a imposición, daños a la moral de terceros o manipulación de conciencias; por lo cual, no es posible entablar un dialogo sano y objetivo con los diversos actores sociales en torno al tema de la verdad. Pero san Juan, sin hacer un análisis epistemológico profundo, postula un principio filosófico contundente: “ninguna mentira viene de la verdad”. Parafraseando este principio también se podría afirmar “ningún mal viene del bien”, “de la nada, nada es”. Dando por asentado que la naturaleza de una cosa define su tendencia, sus efectos o sus consecuencias, como diría Jesús: «Por sus frutos los conoceréis» Mt 12,33. La verdad es lo que es, de modo real y objetivo. Es la adecuación del pensamiento a la cosa que existe. Vivimos en un país que se va construyendo a base mentiras, de datos falsos y de errores estructurales. Necesitamos la luz de la verdad que es Cristo, para que muestre al hombre “el verdadero hombre” GS # 22.
2.«CANTEMOS AL SEÑOR UN CANTO NUEVO» Sal 95,1
Estamos terminando un año de trabajo civil y pastoral, marcado por una situación de confinamiento debido a la Pandemia del Covid 19, en muchos sentidos y ámbitos de la sociedad. Esto nos ha llevado a ser, estar, pensar y actuar de otra manera, a plantearnos nuevas estrategias pastorales para poder atender a la feligresía. Nos hemos capacitado en el uso de herramientas tecnológicas y del internet, para «cantar un nuevo cántico» a Dios. Hemos revalorizado la vida, la salud, la familia y el trabajo; hoy las vemos de otra manera y las vivimos de otra forma. Estamos vivos y por ello queremos cantar alabanzas a Dios, estamos sanos (unos no tanto) y por ello damos gloria a Dios. Por todas las bendiciones que hemos recibido, a pesar de la adversidad, queremos entonar un «cántico nuevo al Señor» Sal 95,1. Que este cántico nazca desde lo más profundo de nuestro ser, en reconocimiento a la bondad de Dios nuestro Creador y como un agradecimiento humano. Cantemos al Señor por sus maravillas, por su misericordia y por su amor. Seamos agradecidos por este año que se va y recibamos con alegría y esperanza el año nuevo que llega. Y que sea nuevo no sólo por el número sino por las actitudes nuevas y los compromisos que llevaremos a cabo en él.
3.«LA PALABRA ES LA LUZ VERDADERA» cf. Jn 1,9
Hoy como ayer, Cristo se presenta en su Palabra, como luz verdadera, que ilumina y da vida a todo hombre que viene a este mundo. Necesitamos siempre de una luz que ilumine nuestro caminar, que disipe las tinieblas del error y la mentira, que alumbre la existencia humana. Esa luz es la verdad, tanto en la ciencia como en la Moral, la ética y la religión. Esa verdad es Cristo, Palabra de Dios hecha carne. La luz es símbolo de vida, de gracia y de verdad. Cristo se presenta como Luz del mundo y la sal de la tierra (cf. Mt 5,13-14). Cristo es el camino, la verdad y la vida; y nadie va a al Padre sino es a través de Él (cf. Jn 14,6). No rechacemos esta Palabra (cf. Jn 1,11), aceptémosla en nuestro corazón para que pueda germinar y dar frutos. Dejemos que la Palabra de Dios, que es creadora y liberadora, se encarne en nuestro corazón y pactemos con ella una Nueva Alianza. Que la Palabra de Dios sea un faro de luz, una lámpara para nuestros pasos, una luz en nuestro sendero (Cf. Sal 119,105). Que este año nuevo nos traiga más luz y esa luz nos lleve a la verdad de la vida, del mundo y de Dios. Abramos nuestro corazón y nuestra mente a su Palabra.