- Nombramiento del Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano
- Nombramiento del Secretario de la Congregación para el Clero
Nombramiento del Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano
El Santo Padre ha nombrado a Su Excelencia Monseñor Fernando Vérgez Alzaga, LC, Obispo Titular de Villamagna di Proconsolare, actualmente Secretario General de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, otorgándole al mismo tiempo el título personal de Arzobispo. El nombramiento será efectivo a partir del 1 de octubre de 2021.
Nombramiento del Secretario de la Congregación para el Clero
El Santo Padre ha nombrado al Rev. Andrés Gabriel Ferrada Moreira, hasta ahora Oficial de la misma Congregación, como Secretario de la Congregación para el Clero, asignándole la sede titular de Tiburnia. El nombramiento será efectivo a partir del 1 de octubre de 2021.
Curriculum vitae
SE Mons. Andrés Gabriel Ferrada Moreira nació en Santiago de Chile el 10 de junio de 1969. Fue ordenado sacerdote de la Arquidiócesis Metropolitana de Santiago de Chile el 3 de julio de 1999. Se doctoró en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana en 2006. Ha ocupado diversos cargos pastorales en la Diócesis, entre ellos el de Director de Estudios y Prefecto de Teología del Pontificio Seminario Mayor de los Santos Ángeles Custodios (Santiago de Chile). Desde 2018 hasta ahora ha sido Oficial de la Congregación para el Clero.
HASTA AQUÌ EL BOLETÍN OFICIAL DE LA SANTA SEDE DE ESTE MIÉRCOLES.
LA «AGENCIA CATÓLICA DE NOTICIAS» AÑADE UN DATO SIGNIFICATIVO SOBRE EL SACERDOTE FERRADA MOREIRA, QUE NO SE HIZO PÚBLICO POR PARTE DEL VATICANO, PERO SÌ RESALTADO POR ILSISMOGRAFO.
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EL HOY DESIGNADO FUE UNA DE LAS VÍCTIMAS DEL FAMOSO PADRE KARADIMA.
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KARADIMA HABÍA SIDO RESPALDADO POR EL PAPA FRANCISCO.
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‘Todos sabían lo que sucedía’: Un sobreviviente de abuso eclesiástico encara al papa
- 24 de abril de 2018.
NUEVA YORK — La primera vez que entrevisté a Juan Carlos Cruz, hace ocho años, seguía tan avergonzado por lo que le había sucedido que dudó sobre si compartir públicamente su nombre. Cuando era joven en Chile fue abusado sexualmente por Fernando Karadima, uno de los sacerdotes de mayor prominencia en ese país. El Vaticano halló al clérigo culpable de pederastia y lo retiró del cargo.
Ahora Cruz y otras dos víctimas de Karadima pasarán una semana en el Vaticano para reunirse con el papa Francisco, quien reconoció de manera extraordinaria haber cometido “graves equivocaciones” en su manejo de los casos de abuso sexual eclesiástico en Chile. Francisco ha defendido por mucho tiempo al obispo Juan Barros, a quien las víctimas de Karadima acusan de haber sido testigo y de haber encubierto los crímenes del sacerdote.
Los comentarios del pontífice acerca de que eran “calumnias” lo que sugerían estas personas desataron furor internacional y llevaron al papa a ordenar una investigación sobre las denuncias. Al recibir los resultados ofreció una disculpa pública a tres de las víctimas: Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo.
Antes de que viajara al Vaticano, hablé con Cruz, quien ahora vive en Filadelfia. Las respuestas fueron ligeramente editadas y abreviadas.
¿Aceptas la disculpa del papa Francisco?
No creo que se trata de una actividad de relaciones públicas. Espero con ansias hablar con él con sinceridad y escuchar lo que tiene que decir. Me han dicho que quiere que sea completamente honesto con él.
¿Qué es lo que quieres recalcarle?
Más que nada el dolor y el sufrimiento de tantas personas y de algunas que han sufrido mucho más que yo. He sufrido mucho, pero tengo amigos que se suicidaron. Tengo que asegurarme de que nuestro caso no sea tratado como algo aislado. Se siente como la mochila con el mayor peso que alguna vez has tenido que cargar.
Durante años has sido visto como un opositor de la Iglesia católica, especialmente en Chile, donde tú y tus amigos acusaron a obispos de encubrimiento. Sin embargo, ¿no te sumaste a la comunidad católica de Karadima en Santiago porque querías ingresar al sacerdocio?
Cuando me uní tenía 15, 16 años. Mi padre acababa de morir y estaba tan vulnerable… era un buen chico; quería cambiar el mundo. Desde que era niño quería ser sacerdote. Quería morir como mártir en África si eso significaba que iba a acercar a la gente a Dios. Tenía todos esos sueños.
¿Por qué los abandonaste?
El abuso fue masivo. Este hombre, el padre Karadima, estuvo abusando de niños y jóvenes de 1958 hasta 2010 o 2011. Yo estuve ahí ocho años, en ese ambiente, bajo su hechizo.
¡Hechizo! Tengo entendido que era alguien muy poderoso en la Iglesia chilena y que varios de sus discípulos se convirtieron en obispos. Pero lo haces parecer como que era más que un sacerdote cualquiera.
Le llamaban Santito. Probablemente sí habría sido santificado si la gente no hubiera roto el silencio sobre el abuso. Las personas guardaban las cosas que les daba porque todos esperábamos que iba a ser santificado. Si te daba un libro y lo firmaba, lo guardabas cual reliquia.
Has insistido en que el obispo Juan Barros Madrid y otros en Chile cuyo mentor fue Karadima estaban al tanto del abuso sexual. ¿Cómo sabes que ellos sabían?
Eran testigos de cuando Karadima besaba a alguien en los labios o le metía la lengua a la boca. O cuando estábamos en la habitación de Karadima y él decía: “Ahora todos para fuera”, todos sabían lo que sucedía después de esto. Pero nadie decía nada al respecto.
¿Qué tan difícil ha sido tu decisión, la de Jimmy y de José Andrés de presentar la demanda civil y hacer público el caso?
Recuerdo la primera vez que nos reunimos con el abogado, Juan Pablo Hermosilla. Yo solo sabía que era un abogado famoso que peleó contra Augusto Pinochet. Me dijo: “Quiero que estés muy seguro de lo que estás haciendo porque eres homosexual y te van a caer encima como no te imaginas”. Y eso es exactamente lo que sucedió. Llegó a tal punto que [el cardenal chileno Francisco Javier] Errázuriz alguna vez dijo que quizá me gustaba esa atención y no estaba seguro entonces de si yo era realmente una víctima. Resultó que ser gay era la menor de mis penas porque la manera en la que nos trataron fue horripilante.
¿Y el cardenal Errázuriz es uno de los nueve que el papa Francisco eligió para ser parte de su consejo de asesores?
Así es. Eso es lo que le quiero preguntar al papa: ¿cómo puede tener a George Pell [cardenal australiano acusado de abuso sexual] y a Francisco Errázuriz en su consejo? Estoy seguro que hay otros cardenales que son buenas personas; hay unos 120 de donde escoger.
Me da la impresión de que estás enojado con el papa. ¿Es así?
Ha habido momentos en los que sí lo estuve. No quiero estar enojado con él y entiendo que la gente se equivoca. Pero este es el hombre mejor informado del mundo y ahí está la interrogante: ¿por qué no actuó más rápido o entendió más rápido la situación, en vez de poner a todos a sufrir tanto?
¿Es verdad que el papa Francisco los invitó a los tres a quedarse con él en Casa Santa Marta [su residencia]?
Estaré ahí una semana. Probablemente a tres puertas de la suya. Quiere reunirse individualmente con cada uno de nosotros y despejó su agenda del domingo [29 de abril] para reunirse conmigo. Pero este encuentro, por más que me honre, no será nada si no resulta en acciones concretas. Y despedir a algunos obispos tampoco va a ser suficiente.
Parece que esperas que el papa Francisco despida al obispo Barros por no reportar el abuso de Karadima.
Bueno, eso supongo.
¿Y si no lo hace?
Será algo muy malo. Será realmente decepcionante; la mayor decepción que he tenido.
¿Crees que aún hay una parte de ti que quiere que el papa sea un pastor para ti? ¿El que el padre Karadima no fue?
Probablemente. Porque tengo una imagen del papa que, no importa qué tan destrozada quede, es el papa. Espero que todos obtengamos algo de sanación de esto, para nuestro bien.
EL SACERDOTE HOY DESIGNADO COMO «SECRETARIO» DE LA CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, HABÌA IUNCLUSO FIRMADO UNA CARTA.
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“Cisma” en la Unión Sacerdotal controlada por Karadima.
18.08.2010
Diez sacerdotes hicieron público su distanciamiento de la Unión Sacerdotal que controla el sacerdote Fernando Karadima, en una declaración que CIPER entrega en exclusiva y que otorga “verosimilitud” a las acusaciones de abuso sexual en su contra. La decisión de los sacerdotes, todos a cargo de parroquias de asistencia masiva de la capital, le pone urgencia a la visita pastoral que realiza el vicario Fernando Vives a la iglesia El Bosque y a la revisión de las cuentas de la misma. Los orígenes y destino de los dineros con que se pagó a posibles testigos complican al obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, cabeza de la Unión Sacerdotal.
Diez sacerdotes hicieron público su distanciamiento de la Unión Sacerdotal que controla el sacerdote Fernando Karadima, en una declaración que CIPER entrega en exclusiva y que otorga “verosimilitud” a las acusaciones de abuso sexual en su contra. La decisión de los sacerdotes, todos a cargo de parroquias de asistencia masiva de la capital, le pone urgencia a la visita pastoral que realiza el vicario Fernando Vives a la iglesia El Bosque y a la revisión de las cuentas de la misma. Los orígenes y destino de los dineros con que se pagó a posibles testigos complican al obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, cabeza de la Unión Sacerdotal.
Diez sacerdotes integrantes de la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús, entidad afincada en la parroquia de El Bosque, decidieron hacer público su distanciamiento de la comunidad que sigue liderando Fernando Karadima. En una declaración, entregada a CIPER en la mañana del 18 de agosto, los diez sacerdotes afirman que estiman «verosímiles» las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre este prelado.
La declaración por la que estos sacerdotes explicitaron su separación de la Unión Sacerdotal, la primera oficial desde que irrumpiera el escándalo que envuelve al líder de la parroquia El Bosque, dice:
“Queremos hacer público nuestro distanciamiento de los encuentros de la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús a razón de los hechos que se han conocido en los últimos meses y que nos parecen verosímiles”.
“Estamos y hemos estado totalmente abiertos a colaborar con la justicia civil y canónica y en plena comunión con la autoridad de nuestra iglesia de Santiago y con la Santa Sede y el Santo Padre, el Papa”.
El comunicado lo suscriben los sacerdotes Eugenio de la Fuente Lora, Sebastián Vial Cruz, Sergio Della Maggiora Silva, Andrés Ferrada Moreira, Fernando Ferrada Moreira, Sergio Cobo Montalvo, Francisco Walker Vicuña, Samuel Arancibia Lomberger, Javier Barros Bascuñan y Jorge Barros Bascuñan.
Los firmantes pertenecen a parroquias de asistencia masiva en distintos puntos de Santiago: Eugenio de la Fuente es párroco de la iglesia La Medalla Milagrosa de Quinta Normal; Sebastián Vial Cruz, en la parroquia María Magdalena de Puente Alto; Sergio Della Maggiora Silva, en la parroquia de Colina; Andrés Ferrada Moreira, es encargado académico del Seminario Mayor; y su hermano Fernando, es párroco en la Iglesia Jesús Carpintero de Renca.
El sacerdote Sergio Cobo está a cargo de la parroquia San Carlos Borroneo de La Reina; y el padre Francisco Walker Vicuña es vicario judicial de la Arquidiócesis de Santiago; Samuel Arancibia Lomberger es párroco en la iglesia Santa María de Las Condes. Los dos últimos firmantes son los hermanos Javier y Jorge Barros Bascuñan. El primero se desempeña en la parroquia Santa Marta, mientras que el segundo es párroco de la iglesia de La Pincoya.
Todos ellos pertenecen a la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús, una asociación clerical fundada en 1928 que tiene como fin “la formación de un vínculo espiritual, en oración y caridad entre los miembros de ella”. Hasta comienzos de año la integraban medio centenar de sacerdotes y cinco obispos, todos formados espiritualmente por Karadima en la parroquia El Bosque.
Este grupo se reunía todos los lunes, el día libre de los sacerdotes. Karadima, quien llegó a la iglesia El Bosque en 1952 siendo su vicario por 25 años y su párroco por otros 23, ha sido el guía espiritual de todos ellos.
Los lunes, tras participar en una misa, tenía lugar la reunión de camaradería que siempre terminaba con una cena. Sólo un reducido grupo de laicos, los más cercanos a la comunidad, integrantes de la Acción Católica de El Bosque, también formada por Karadima, tenían acceso a esa actividad. Todos los sacerdotes con los que ha hablado CIPER indican que un código tácito les señalaba que era una cita a la que no se podía faltar.
Los lazos entre los miembros de la Unión Sacerdotal y la Acción Católica se profundizaban con paseos al campo de Panquehue de Gonzalo Bulnes o al campo de Requinoa, de Juan Pablo Dörr. “Y los fines de semana largos a veces nos íbamos a la casa de los Matte en Zapallar”, dice uno de los participantes, estrechamente ligado al grupo de Karadima.
En esas reuniones se hablaba de espiritualidad, de la Virgen, del camino a la santidad y se rezaba el rosario.
Con esas actividades y la reunión de los lunes, además de la confesión, Karadima mantenía el control sobre un enorme grupo de sacerdotes en los que él había despertado la vocación.
De hecho, en la declaración que hizo ante el fiscal Xavier Armendáriz, que investiga las denuncias de abusos, Karadima dijo: “Pido se considere que mi palabra valga, pues tengo tanta gente que ha pasado por acá, serán 500 mil jóvenes desde los años 50 que trabajo con ellos”. Y para finalizar, acotó: “Quisiera agregar que en mi trabajo pastoral he logrado conducir unas 50 vocaciones religiosas, entre ellas cinco obispos”.
El alejamiento público de los sacerdotes ocurre cuando está pronta a terminar la visita pastoral del vicario de la Zona Cordillera, Fernando Vives, a la parroquia El Bosque. Por orden del cardenal Francisco Javier Errázuriz, Vives está visitando las cuatro parroquias del decanato de Tobalaba. Durante las últimas semanas ha tomado el pulso a la parroquia El Bosque, hablando con los fieles y conociendo sus percepciones. También se ha interiorizado de la situación económica de la parroquia: de los pagos a los empleados y de las cuentas del templo. En especial, de la cuantía y el destino del aporte del uno por ciento que hacen los fieles.
Vives también indaga el destino de otros recursos, como el aporte de los fieles durante las misas. Fuentes que han declarado en los procesos –judicial y eclesiástico– aseguran que en esa parroquia se juntaban cada domingo más de cuatro millones de pesos de contribuciones en las eucaristías.
Un importante testigo del caso, identificado como F.G.B., dice haber visto qué hacía Karadima una vez terminada su misa en El Bosque, la más concurrida de todas. “Vi que vaciaba las bolsas de la colecta de su misa. Se juntaba bastante dinero. Y lo vi arrojar monedas y billetes al aire, diciendo y pensar que toda esta plata es mía”.
Cuando Vives finalice su visita deberá entregar un informe al Cardenal Francisco Javier Errázuriz y realizar recomendaciones. La declaración pública de los 10 sacerdotes refuerza la urgencia de cerrar pronto esa visita. Algunos religiosos consultados por CIPER creen que es muy probable que la recomendación sea que se ordene intervenir la parroquia El Bosque.
LAS PROPIEDADES
El “cisma” en la Unión Sacerdotal se origina en un hecho también relevante en el contexto de las denuncias por abusos sexuales que afectan tanto a Karadima como al vicario de la Iglesia El Bosque, Diego Ossa: Las numerosas propiedades que posee esta entidad y que fueron reveladas por CIPER el pasado 13 de agosto en reportaje “Los secretos del imperio financiero que controla el sacerdote Fernando Karadima”.
Hasta ahora se han identificado al menos seis propiedades en la comuna de Providencia –principalmente departamentos en los alrededores de la parroquia el Bosque– adquiridos por la Unión Sacerdotal por un momento cercano a los 600 millones de pesos.
-Esto es gravísimo y nos hemos enterado por CIPER de esta verdadera empresa de corretaje de propiedades. Déjeme decirle que a nosotros, nunca, jamás, se nos informó ni de la compra ni de la administración ni los objetivos que tenían estos bienes. Jamás –afirmó otro sacerdote alejado de de la Unión Sacerdotal pero que ha buscado otros caminos para mostrar su desacuerdo.
La misma fuente indica que en los estatutos de dicha entidad no hay ninguna mención que permita el manejo de propiedades o de otras inversiones.
Un tema que inquieta al Arzobispado de Santiago es el origen poco claro de los dineros que permitieron esas compras. ¿Provienen de donaciones hechas a la parroquia o a la Unión Sacerdotal? No está claro. Menos aún cuando en el arzobispado tienen identificada a la parroquia de El Bosque con el mismo RUT de la Unión.
“Al aparecer se han confundido los dineros de la parroquia con los de la Unión Sacerdotal”, señala una fuente de la iglesia de Santiago que prefiere mantener reserva. Si esto resulta cierto, la situación sería particularmente grave para Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago, vice gran canciller de la Universidad Católica y director de la mentada Unión Sacerdotal en los últimos 20 años.
Y ello porque una de las aristas más críticas de la investigación a cargo de Armendáriz es el origen de los millones que se pagaron a posibles testigos y víctimas de los abusos que se le atribuyen a Karadima y a Ossa.
En el proceso ya están acreditados pagos a tres empleados de la parroquia y a una posible víctima. Todos esos millones fueron desembolsados después de septiembre pasado, cuando la investigación eclesiástica cobró nuevos bríos bajo la conducción del sacerdote Hans Kast, ex integrante de la Unión Sacerdotal.
Si se comprueba que los recursos que se utilizaron en esos pagos provienen de dineros que controla la Unión Sacerdotal, el obispo Andrés Arteaga deberá responder en su calidad de cabeza de esa entidad.