México infanticida

Editorial ACN Nº136

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No cabe duda. México se desangra al punto del paroxismo e irracionalidad. Todos los días, los homicidios son parte de la nota policiaca y roja que se hacen comunes. La muerte ya no nos conmueve ni estremece y, por el contrario, grupos criminales y hacedores del mal inventan métodos cada vez más infamantes para denigrar pulverizar la existencia de las víctimas como muestra del poder y del terror para decir que ellos tienen en sus manos la ley y la justicia ilícitas.

Algunos estudios indican que en el sexenio de López Obrador se cometía un homicidio cada 15 minutos. Es un desastre que ahora tiene, por ejemplo, ciudades asoladas y arrodilladas. No obstante el optimismo oficialista, hay regiones enteras del país que, en resumidas cuentas, están bajo un sistema fallido de gobierno. De la mano van impunidad y corrupción. Por más que se quiera decir que este país es transformado, la realidad es que hay una descomposición preocupante a niveles escandalosos, incluso contra los más indefensos, débiles, quienes, por sí mismos, no tienen posibilidad alguna de defensa propia.

Pensábamos que lo habíamos visto todo con el aborto y su despenalización; sin embargo, las luces rojas se encendieron esta semana cuando el grupo oficialista en el Congreso de la Ciudad de México pretende impulsar una iniciativa que podría legalizar lo irracional e inaudito: Tolerar el aborto hasta los límites del embarazo, es decir, hasta los nueves meses de gestación. La iniciativa, en suma, propone derogar el tipo penal del aborto de los artículos 144, 145, 146 y 147 del Código Penal de la Ciudad de México. Esto, en consecuencia, tendría una especie de liberación sin importar, en consecuencia, el tiempo gestacional ni otros elementos para configurar el tipo específico de aborto.

La argucia jurídica, según quienes impulsan esta nefasta propuesta, quiere garantizar los derechos de salud de las mujeres y así lo consideran: “Por primera vez en nuestro país, se va a considerar el aborto como lo que es, un servicio de salud. Serán las leyes y políticas en salud las que fijen las bases para la prestación del servicio. Por fin, se va a dejar de hablar de aborto en la Ciudad de México, como un delito”.

Más aún, bajo estas falacias, la iniciativa afirma ser “histórica” debido a que la tolerancia del aborto hasta las doce semanas de gestación, “ya se considera insuficiente” porque una mujer sin acceso al aborto seguro, tendría “un daño grave a su salud física, mental y sexual”.

Estudios jurídicos y reflexiones filosóficas determinan con claridad que la vida humana ES desde el momento de la concepción e inicio también de cualquier tutela jurídica. Pero en esta época de los transhumanismos, la relativización de todos los absolutos compromete conceptos fundamentales como la vida y la existencia. Por encima de la racionalidad, se propone el horror disfrazado de derecho y de libre decisión; sobajada la dignidad para exaltar los caprichos y decisiones relativistas para decir que un ser humano es prescindible. ¿Qué nos habrá de diferenciar entre esta elección de derechos y la eugenesia nazi que descartaba a los incapaces por ser nocivos a la “salud” del Estado? Esto no es lo peor. Este país está en un punto de quiebre en el que su futuro se ve muy oscuro, incierto y desesperanzador. Sólo los imbéciles, necios y zalameros son capaces de decir que vivimos en un paraíso.

Hoy apuntamos hacia algo que está engendrando nuestra misma destrucción como sociedad: Que un niño o niña, con todas las características de un ser individual y distinto, sujeto de derechos y libertades, aún en las últimas semanas de maduración en el claustro materno, sea asesinado o asesinada legalmente. Esos necios y necias están embotados en un frenesí de sangre inocente que, en el aséptico ambiente de un quirófano, consumará lo que ellos quieren que este país sea: México infanticida.

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