«Me acordé de Jesús en la cruz, todos hablaban mal de Él y después de muerto todos lo glorificaban»: el zapatero de Ratzinger

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* En una autobiografía, el sciuscià peruano de Borgo Pio cuenta la historia de su amistad con Benedicto XVI.

El zapatero de Benedicto XVI se convierte en escritor. 

Antonio Arellano, el sciuscià peruano que en Borgo Pio, a tiro de piedra del Vaticano, repara zapatos de gente corriente pero también de cardenales y prelados, fue también zapatero de Joseph Ratzinger cuando aún no era Papa. Ahora el sciuscià, originario de Trujillo, ha publicado un libro autobiográfico ‘El zapatero del Papa’ que será presentado el 5 de julio en la galería de arte Poli en Borgo Vittorio, a tiro de piedra del Vaticano.

En el volumen, Arellano también relata sus encuentros con Benedicto XVI, quien fue su cliente incluso antes de ser elegido para el trono de Pedro. Entre las páginas, el zapatero de Ratzinger también cuenta cómo se acercó a la fe en la vejez, luego de un dramático accidente que le sucedió a su esposa, ocurrido en Perú en 2001, que terminó con el auto tirado por un puente en el río Trujillo. La mujer permaneció en coma durante días pero las oraciones del marido zapatero «ganaron» y la esposa se recuperó.

El día que Ratzinger fue elegido Papa, el amigo zapatero decidió preparar un par de zapatos rojos para su amigo Pontífice. Regalo apreciado por Benedicto XVI que luego los lució. El Papa, en señal de agradecimiento, recibió entonces en audiencia al zapatero y, yendo a su encuentro, cuenta el autor-zapatero, dijo:

‘Aquí está mi zapatero’. 

Tiempo después en la tienda de los Arellano «llegó un colaborador de Ratzinger a pedir un nuevo par de zapatos que usaría para la beatificación de Juan Pablo II». Posteriormente, también llegó el pedido de zapatillas de Ratzinger.

El sciuscià Arellano también conoció a Ratzinger como Papa emérito. Para la ocasión, se presentó con un par de zapatos negros de regalo:

«Ratzinger los tomó y comentó: ‘Qué suaves son'». 

El sciuscià de Benedicto XVI, en cuyo volumen es autor, también se detiene en la impactante renuncia:

«En mi opinión, la renuncia de Ratzinger al papado fue la decisión correcta porque no era correcto que tuviera que morir para dejar de ser Papa».

Arellano dice que “los comentarios desagradables después de su decisión fueron una fuente de dolor. Unos decían que no salía entre la gente, otros decían que era muy callado… Me acordé de Jesús en la cruz y todos hablaban mal de él, luego, después de muerto, todos lo glorificaban».

Joseph Ratzinger calza los zapatos que le regaló su amigo sciuscià hasta en el descanso eterno.

SÁBADO 1 DE JULIO DE 2023.

ADNKRONOS.

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