* Comentario insulso ante un intento de asesinato
El Vaticano se ha negado a identificar a Donald Trump después de que éste fuera baleado en un intento de asesinato el sábado.
Un comunicado emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede el domingo omitió intencionalmente el nombre de Trump.
«La Santa Sede expresa su preocupación por la violencia de anoche que hiere a las personas y a la democracia, causando sufrimiento y muerte», anunció.
«Se une a la oración de los obispos estadounidenses por América, por las víctimas y por la paz en el país para que los motivos de los violentos nunca prevalezcan», añadió.
La declaración no fue enviada a los periodistas ni incluida en los boletines diarios del Vaticano.
El Papa Francisco no se refirió al intento de asesinato en su discurso del Ángelus del domingo.
El Papa, en cambio, rezó por “todas las poblaciones oprimidas por el horror de la guerra”.
«Por favor, no olvidemos a los atormentados Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar», añadió.
Los católicos fieles, incluidas figuras prominentes y sacerdotes, criticaron al Vaticano en las redes sociales.
«El Vaticano de Bergoglio ni siquiera se atreve a nombrar al presidente Donald Trump, ni a su esposa Melania, que es católica, ni a sus hijos», tuiteó el popular autor y diácono católico Nick Donnelly .
«Esta omisión del presidente Trump y su familia está llena de desprecio. El Vaticano de Bergoglio es globalista, no católico», añadió el diácono Donnelly.
El comentarista católico y celebridad de los medios Raymond Arroyo señaló cómo «el Vaticano en su primer comentario oficial sobre el intento de asesinato del expresidente Trump… evita asiduamente mencionar el nombre de Donald Trump».
«Una oportunidad perdida para traer sanación y gracia a este caos», escribió Arroyo, añadiendo sarcásticamente el mantra de inclusión tantas veces repetido por el Papa Francisco: «Todos. Todos. Todos».
«Dado que el Papa Francisco se junta con todo tipo de marxistas españoles y latinoamericanos que odian a los yanquis, tal vez fue un alivio que nunca mencionara al Sr. Trump en su fría declaración sobre el fallido asesinato de anoche», tuiteó el historiador y autor Tom Gallagher .
«Si los obispos estadounidenses, muchos de ellos no conocidos por su simpatía hacia Trump, pueden orar por él después de este atentado contra su vida; y si el Primer Ministro del Reino Unido, que no es un alma gemela política, puede expresar su preocupación, se podría esperar que el Vaticano al menos mencionara su nombre», escribió el sacerdote británico P. Mark Elliott Smith en X.
«No fue un acto de violencia, fue un intento de asesinato contra un ex presidente. Esta omisión es grave», lamentó el sacerdote estadounidense Paul John Kalchik .
Es costumbre que los Papas aprovechen la audiencia pública de los días de semana o el Ángelus del domingo para llamar la atención sobre acontecimientos internacionales importantes.
En una declaración del 23 de noviembre de 1963 tras el asesinato de John F. Kennedy, el Papa Pablo VI dijo que estaba «profundamente entristecido por un crimen tan vil, por el luto que aflige a un país grande y civilizado» y «por el sufrimiento que golpea a la señora Kennedy, a los niños y a su familia».
Durante una audiencia general el 5 de junio de 1968, tras el asesinato de Robert Kennedy, Pablo VI expresó su pesar por el incidente, diciendo: «deploramos esta manifestación de violencia y terror y oramos por la vida y la salud de los hombres que sufren al servicio del servicio público de su país».
Tras la muerte de Kennedy, el 6 de junio, Pablo VI, en su discurso del Ángelus, dijo: «Haríamos bien en recordar sus acciones en favor de los pobres, de los desposeídos, de los segregados, de la necesidad de progreso urgente, en una palabra, de la justicia social».
Por JULES GOMES.
Jules Gomes (BA, BD, MTh, PhD) tiene un doctorado en estudios bíblicos de la Universidad de Cambridge. Actualmente es periodista acreditado por el Vaticano y reside en Roma. Es autor de cinco libros y varios artículos académicos. El Dr. Gomes impartió clases en seminarios y universidades católicas y protestantes y fue teólogo canónico y director artístico de la Catedral de Liverpool.
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