* ¡María, Maestra del sacrificio escondido y silencioso! -Vedla, casi siempre oculta, colaborar con el Hijo: sabe y calla. (Camino, 509)
La Virgen Dolorosa. Cuando la contemples, ve su Corazón: es una Madre con dos hijos, frente a frente: Él… y tú. (Camino, 506)
¡Qué humildad, la de mi Madre Santa María!
– No la veréis entre las palmas de Jerusalén, ni –fuera de las primicias de Caná- a la hora de los grandes milagros.
– Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, «juxta crucem Jesu» –junto a la cruz de Jesús, su Madre. (Camino, 507)
A la hora del desprecio de la Cruz, la Virgen está allá, cerca de su Hijo, decidida a correr su misma suerte.
– Perdamos el miedo a conducirnos como cristianos responsables, cuando no resulta cómodo en el ambiente donde nos desenvolvemos: Ella nos ayudará. (Surco, 977)
Por SAN JOSEMARÍA.