ANÁLISIS:

El nombramiento de Armando Matteo (cuya fotografía anexamos) despertó inmediatamente interrogantes en los corrillos del Vaticano.

Tal designación, de este lunes, se produce después de que la Congregación para la Doctrina de la Fe diera a la luz, con el beneplácito papal, según el texto, un Documento en el que reitera la imposibilidad de la Iglesia a bendecir las llamadas «bodas» gay o ‘uniones del mismo sexo’, en razón de que contrarían la naturaleza y la Creación misma, como queda de manifiesto desde el primer momento en las Sagradas Escrituras, cuando se lee que Dios creó a un varón y a una mujer y les dio la encomienda de «creced y multiplicaos».

El Documento ha provocado una ola de rechazo en lo que en el propio Vaticano se ha dado en llamar «el Lobby Gay» dentro de la Iglesia.

Algunos obispos, así como clérigos, sobre todo de Europa, se han manifestado abiertamente en contra del sostenimiento de la milenaria posición de la Iglesia, refrendada en forma reiterada en textos de San Pablo.

Ahora, con el nombramiento hecho este lunes, en los corrillos vaticanos se ha especulado si es acaso el primer paso para una próxima, forzada salida del actual titular de la Congregación, monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer.

En los medios vaticanos se estima que el hoy nombrado «subsecretario adjunto» se ha mostrado partidario de las corrientes feministas, de confrontación dentro de la Iglesia, que pretenden difundir una visión dialéctica, de poder, en el seno de la Iglesia, entre hombres y mujeres.

En efecto, en la Iglesia hay una corriente con una visión fincada en una postura marxista que pretende abolir lo que ella denomina como postura «patriarcal»: es decir, de una Iglesia que habría sido dirigida con una especie de visión «machista», y frente a la cual se quiere contraponer en estos momentos una pretendida «Teología Femenina». Y es dentro de esta corriente revolucionaria en la que pareciera ubicarse o quedar ubicado por los vaticanólogos, el ahora nombrado «subsecretario adjunto»: Armando Matteo. En noviembre del año 2013, por ejemplo, se publicó lo que Matteo piensa:

«Armando Matteo, profesor de Teología en la Pontificia Universidad Urbaniana y que ha estudiado esta cuestión en el ensayo La fuga de las mujeres de cuarenta años. La difícil relación de las mujeres con la Iglesia, piensa que la reflexión que propone Francisco no empieza de cero. “Desde la época de Juan XXIII, la parte más grande del trabajo ya se ha hecho, pero se trata de un trabajo ‘negativo’: quitar del imaginario colectivo todos los elementos de subordinación o inferioridad que se atribuían a la mujer. Lo que queda es un trabajo más positivo, que es sobre el que insiste el Papa”.

«En la elaboración de esta nueva teología, añade, debe estar presente una pregunta: ¿cómo sería un cristianismo que no afronta solo desde la perspectiva masculina conceptos como la fe, la comunidad, el ejercicio del poder, la oración o la moral sexual? Para ello hay que superar la imagen que difunde la Iglesia hoy de forma mayoritaria, “demasiado masculina, a veces casi episcopal, y por tanto potencialmente lejana de la realidad, también de aquella eclesial, que está formada por más mujeres que hombres”. (Vida Nueva).

Seguiremos informando.