El trauma infantil puede tener efectos duraderos en una persona y provocar graves consecuencias emocionales y mentales en la edad adulta, según expuso la psicóloga Diana Mashkova.
La experta explicó que el trauma psicológico ocurre cuando un niño experimenta fuertes choques emocionales que minan su sensación de seguridad. En el futuro, esto puede conducir a trastornos de ansiedad, neurosis y otros problemas psicológicos.
Según el experto, los padres modernos a menudo se preocupan de si están educando correctamente a sus hijos. Sin embargo, los niños son tan frágiles, y si los adultos les muestran amor y cuidado, aunque a veces se sientan cansados o irritados, esto no es crítico.
Entre los factores clave que pueden provocar un trauma psicológico grave a un niño, Mashkova destacó el castigo mediante el silencio. Frases como “No te hablaré hasta que te disculpes” o “Ya no eres mi hijo” pueden hacer que un niño tema perder a uno de sus padres. En casos extremos, esto conduce a ansiedad, problemas de autoestima y miedo al rechazo.
La crítica constante y la devaluación crean un sentimiento de inutilidad en el niño.
Comentarios como: “Eres un perdedor, nunca llegarás a nada” o “Estás gordo, deja de comer” pueden generar baja autoestima, un deseo de complacer a los demás y una incapacidad para afrontar las dificultades sin apoyo externo.
La psicóloga añadió que el descuido emocional por parte de los padres genera en el niño un sentimiento de inutilidad.
Si los adultos están constantemente preocupados por sí mismos y, en respuesta a las peticiones de un niño, escuchan frases como «No me molestes» o «Resuélvelo tú mismo«, el niño puede crecer y convertirse en una persona que ignore sus propias necesidades y experimente dificultades en las relaciones cercanas.
El especialista señaló por separado que el divorcio de los padres se convierte en una prueba seria para el niño, especialmente si los adultos lo involucran en sus conflictos. Los insultos de un padre al otro obligan al niño a ocultar sus sentimientos y a elegir a qué padre amar. Esto puede conducir posteriormente a sentimientos de culpa, problemas de identidad propia y dificultades para establecer límites personales.
Las adicciones de los padres (alcoholismo, drogadicción) crean una atmósfera tóxica en la familia en la que el niño queda desatendido. En tales condiciones, es más probable que experimente ansiedad, tendencia a relaciones codependientes y dificultades en la comunicación.
Mashkova enfatizó que la violencia física en la infancia aumenta la probabilidad de que el niño se convierta en un agresor o acepte el papel de víctima en la edad adulta. Estos niños suelen experimentar niveles elevados de ansiedad e incluso una tendencia hacia conductas ilegales.
El experto calificó el abuso sexual como uno de los traumas infantiles más devastadores. Según ella, puede conducir a trastornos mentales graves como depresión, baja autoestima, pérdida de confianza, adicciones e incluso pensamientos suicidas.
Las investigaciones muestran que las experiencias negativas en la infancia tienen un impacto especialmente fuerte en las niñas, pero también tienen graves consecuencias para los niños. Las personas que han experimentado traumas en la infancia tienen más probabilidades de sufrir problemas de relación y de salud mental.
Mashkova recomendó que los padres adopten un enfoque consciente de la crianza, creen un entorno seguro, hablen abiertamente con sus hijos sobre sus sentimientos y, si es necesario, busquen ayuda de especialistas.
Por ANTÓN PARFEEV.
MIÉRCOLES 19 DE MARZO DE 2025.
AIF.