Activistas ideológicos como el cardenal Timothy Radcliffe buscan cualquier resquicio semántico en el documento final del ex sínodo para seguir con sus agendas sexuales y feministas como hasta ahora, comenta el obispo suizo Marian Eleganti: «La cosecha sinodal de los sínodos anteriores es escasa».
El Sínodo de la Juventud (2018) se esfumó literalmente. La enorme cantidad de trabajo preparatorio fue inútil, al igual que la carta postsinodal: «Nunca volví a oír ni a leer nada al respecto».
El Sínodo amazónico (2019) fue una decepción, lo que no impidió que los obispos individuales de Amazonia pusieran en práctica su propia visión.
El ex sínodo (2021-2024) perdió competencia en sus temas controvertidos, que fueron remitidos repetidamente a una comisión para su estudio (hasta el verano de 2025). Monseñor Eleganti tampoco ve cambios aquí: «Estamos dando vueltas en círculo y volviendo a empezar».
Y, «¿Cuándo terminará la tragedia de desatar repetidamente paquetes que ya han sido atados?», se pregunta monseñor Eleganti, que no espera que esto ocurra en un futuro previsible.
Sobre el tema de la «Fiducia Supplicans», monseñor Eleganti escribe que se trata de una caída en desgracia (también) sinodal, ya que no había ningún mandato sinodal para ello.
«El cardenal Fernández se ha adelantado y Francisco le ha cubierto».
LUNES 4 DE NOVIEMBRE DE 2024.
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