* «Si la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos está preocupada por los costos humanitarios de la aplicación de la ley migratoria, que hablen de los niños que han sido víctimas de tráfico sexual debido a la frontera abierta de Joe Biden», dijo el vicepresidente JD Vance.
El vicepresidente JD Vance denunció este fin de semana la naturaleza hipócrita de la postura a favor de la apertura de fronteras de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y fue elogiado por el obispo emérito Joseph Strickland por hacerlo.
Durante una entrevista que se emitió en “Face the Nation” de CBS este domingo, Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019, rechazó una declaración publicada por el presidente de la USCCB, el arzobispo Timothy Broglio, que acusó a la administración Trump de aplicar políticas de inmigración “profundamente preocupantes”.
«Como católico practicante, eso realmente me rompió el corazón», le dijo Vance a una hostil Margaret Brennan, quien lo interrumpió repetidamente con puntos de vista liberales .
“La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos necesita mirarse un poco al espejo y reconocer que cuando reciben más de 100 millones de dólares para ayudar a reasentar a inmigrantes ilegales, ¿están preocupados por cuestiones humanitarias o están realmente preocupados por sus resultados finales?”
Vance continuó señalando que “si la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos está preocupada por los costos humanitarios de la aplicación de las leyes de inmigración, que hablen de los niños que han sido víctimas de tráfico sexual debido a la frontera abierta de Joe Biden; que hablen de personas como Laken Riley, que fueron brutalmente asesinadas [por un inmigrante ilegal]”.
Los comentarios de Vance llevaron a la USCCB a emitir una declaración de seguimiento el domingo. El grupo defendió sus esfuerzos como una «obra de misericordia» y afirmó que «todas las personas» a las que ayuda a reasentarse son «investigadas».
Vance le había dicho a Brennan que “sabemos que hay casos de personas que supuestamente fueron investigadas adecuadamente y luego literalmente estaban planeando ataques terroristas en nuestro país. Así que, claramente, no todos estos ciudadanos extranjeros han sido investigados adecuadamente”.
También dijo que “sólo porque [EE.UU.] fue fundado por inmigrantes no significa que 240 años después tengamos que tener la política de inmigración más tonta del mundo”.
Vance fue elogiado por sus comentarios por el ex obispo de Tyler, Texas, Mons. Joseph Strickland. En una publicación en X el domingo, Su Excelencia defendió a Vance por ser “audaz” al hablar en defensa de políticas de sentido común.
Esto es muy importante, caracterizar el evangelio como un llamado a una nación a permitir el caos es verdaderamente absurdo. Sí, damos la bienvenida al inmigrante, pero es el derecho y el deber de una nación regular la inmigración. La política ha interferido con el cumplimiento adecuado de esta responsabilidad, debemos apoyar el establecimiento de un sistema de inmigración que apoye a las personas y las familias y respete las leyes de la nación”, dijo.
La entrevista de Vance se emitió apenas unos días después de que el zar de inmigración de Trump, Tom Homan, criticara al papa Francisco. Francisco había dicho el 19 de enero que el plan de Trump de deportar a los inmigrantes ilegales era una » vergüenza «.
“Déjenme darle un mensaje al Papa. Soy católico desde siempre. Nací católico. He pasado por la doctrina católica. Miren, él debería concentrarse en arreglar la Iglesia Católica… tiene grandes problemas allí”, dijo Homan en Newsmax.
“Tienen un muro alrededor del Vaticano”, continuó. “Y si entras ilegalmente al Vaticano, el delito es grave. Te acusarán de un delito grave y te encarcelarán. Así que él puede proteger el Vaticano donde vive. Puede construir un muro donde vive, pero ¿al pueblo estadounidense no se le permite eso? No. Asegurar la frontera salva vidas”.
Durante la presidencia de Biden, la Iglesia católica de Estados Unidos recibió 2.400 millones de dólares en pagos federales para facilitar el tráfico de migrantes. En cambio, durante la primera administración de Trump, la Iglesia recibió solo 384 millones de dólares. La financiación se recibió directamente a través de Catholic Charities, Catholic Social Service y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Solo en 2024, la USCCB recibió 219 millones de dólares del Departamento de Salud y Servicios Humanos y del Departamento de Estado.
El pasado mes de abril, el obispo izquierdista de El Paso, Mark Seitz, presidente del comité de migración de la USCCB, presentó una extensa carta al Congreso instando a los legisladores a gastar 20 mil millones de dólares en diversas causas de justicia social, incluidos los programas de inmigración de la USCCB.
Seitz es conocido por apoyar causas de izquierda. En el verano de 2020, fue fotografiado arrodillado y sosteniendo un cartel con la leyenda “Black Lives Matter” en una protesta. En un comentario de 2.500 palabras publicado en la revista jesuita America , elogió el “paso adelante” que supuestamente supondría una presidencia de Kamala Harris si fuera elegida. También dijo que se sentía “alentado por las promesas de la campaña de Biden de abordar” el llamado “cambio climático”. Seitz también ha repetido como un loro otros argumentos globalistas y a favor de fronteras abiertas en otras ocasiones.
Hace diez días, Barbara Graham, directora de programas y abogada de inmigración de Catholic Charities, publicó un video en YouTube en el que aconsejaba a los inmigrantes ilegales cómo evitar ser deportados. En X, la criticaron por alentar a las personas a quebrantar la ley.
Varios clérigos católicos han dado la voz de alarma sobre la apertura de fronteras y al mismo tiempo han defendido la enseñanza social católica sobre el tema.
En un artículo publicado en X a principios de este mes, el ex nuncio apostólico en Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Vigano, defendió las deportaciones como una política que se sustenta en la ley natural, pero a la que se oponen “la jerarquía bergogliana, el Partido Demócrata y las ONG atribuibles a George Soros”. Añadió que “detener la inmigración ilegal les haría perder una fuente inagotable de ganancias, pagadas con los impuestos de los ciudadanos”.
En 2017, el cardenal Robert Sarah de África dijo de manera similar : “algunas personas explotan la Palabra de Dios para justificar la promoción del multiculturalismo y aprovechan alegremente la excusa de la hospitalidad para justificar la admisión de inmigrantes”.
Por STEPHEN KOKX.
LUNES 27 DE ENERO DE 2025.
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