* Graves errores de comunicación de la Compañía de Jesús respecto a las investigaciones sobre el artista-teólogo.
* El preboste resta importancia a los hechos, pero el descontento no cede, agravado si cabe, por la indiscreción sobre la excomunión latae sententiae retirada «motu proprio» por el Papa.
En la homilía del tercer domingo de Adviento, el padre Marko Rupnik se encontró comentando el pasaje en el que el evangelista Mateo habla de Juan Bautista encarcelado por orden del rey Herodes que duda del mesianismo de Jesucristo. Su contemplación se detiene en el hecho de que el destino del Precursor se anticipa al de Cristo porque él está en prisión como hombre, solo, se siente autorizado a juzgar de manera diferente a como lo hace Dios.
No sabemos si la grabación es anterior al estallido del caso que lo afecta, pero lo cierto es que también este domingo se publicó debidamente en el canal de Youtube del Centro Aletti, la reflexión sobre el Evangelio festivo de Rupnik.. Y esto a pesar de que sigue vigente la prohibición de ejercer actividades públicas sin el permiso del superior local: ¿la homilía en internet no se considera tal o se otorga el permiso semanalmente?
En cualquier caso, lo que en la nota de prensa de la Domus Interprovincialis Romanae de la Compañía de Jesús se han definido como «medidas cautelares» representan quizás la parte menos relevante de la historia.
De hecho, es sobre todo el manejo de la investigación sobre el artista-teólogo esloveno tanto por parte de la Santa Sede como de la orden religiosa lo que genera discusión. Después de los escándalos de las últimas dos décadas, la Iglesia católica no puede permitirse un desliz en la transparencia de los casos de abuso, sean o no menores las víctimas. Así como la Compañía de Jesús no puede permitírselos, que con el Padre Hans Zollner expresa el rostro simbólico en el compromiso universal de la Iglesia para la protección y prevención de los abusos. El jesuita alemán, además, ha insistido en reiteradas ocasiones en la necesidad de ser más sinceros con respecto a los «crímenes del pasado».
Por eso, las respuestas del preboste general , Arturo Marcelino Sosa Abascal al periodista de 7Margens, António Marujo, a quien replicó que lo que se impugnaba contra Rupnik estaba «prescrito» y por tanto «no hay calificación de las víctimas sino más bien» una sospecha de hechos que ha rebasado los límites de lo que se hace entre adultos». Las declaraciones de Miran Žvanut, provincial de los jesuitas eslovenos, son del mismo tenor, argumentando perentoriamente que el caso está «cerrado porque los hechos han quedado obsoletos», luego acusando a los órganos de prensa que escribieron al respecto de haber inflado los hechos con » mucha falsedad».
Hay que decir, sin embargo, que las reconstrucciones realizadas por los periódicos no pudieron nutrirse de declaraciones oficiales ya que la noticia de la existencia de una investigación sobre algunas de las conductas de los jesuitas, concluida el pasado mes de octubre por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sólo se hizo público a principios de diciembre gracias a los artículos del blog Silere Non Possum y de la revista Left ,que recogían extractos de una carta-queja de una exmiembro de la Comunidad Loyola que hablaba por primera vez de supuestas «psicofísicas». abuso -espiritual» del que supuestamente es responsable el artista esloveno.
La primera confirmación llegaba en la citada nota de la Domus Interprovincialis Romanae de los jesuitas del 2 de diciembre -pero relanzada por los medios de comunicación en los días siguientes- en la que se admitía que el ex Santo Oficio había recibido una denuncia en 2021 por «la forma de ejerciendo el ministerio» de Rupnik y que en consecuencia había pedido a la Compañía que iniciara una investigación que resultó en un informe en virtud del cual el Dicasterio cerró el caso en octubre de 2022, declarando los hechos prescritos. El comunicado de prensa mencionaba por primera vez las «medidas cautelares» adoptadas por la Compañía contra los jesuitas y aún vigentes. Medidas que no parecerían haberle impedido ser el protagonista de aquellos vídeos de Youtube que atraían a la Left y Silere Non Possum sin los cuales, quizás, no se hubiera conocido el procedimiento.
El padre Sosa defendió la no divulgación de la noticia de la investigación a Rupnik y luego de su prescripción, argumentando que “las declaraciones públicas deben hacerse cuando (un hecho, ndr) es público; cuando no es público, no hay nada que hacer y eso no significa ocultarlo”. El superior general de los jesuitas también redujo la gravedad de los hechos controvertidos, siendo cuidadoso en aclarar que no hay menores involucrados y declarando que “ son problemas entre adultos«.
La estrategia de comunicación adoptada por los responsables de la Compagnia sobre el caso Rupnik no fue del agrado de todos dentro de la orden y hubo voces autoritarias discordantes como la del ex provincial italiano Gianfranco Matarazzo que se quejó de que «nos aferramos a la prescripción y.. .esperemos que todo pueda parar aquí». Sin embargo, la reticencia a esclarecer todos los puntos de la historia que involucra al artista-teólogo esloveno ha tenido el efecto de generar más interrogantes: hasta ahora no ha habido ningún desmentido oficial sobre la indiscreción de Messainlatino.it, relativo a la supuesta existencia de un nuevo procedimiento contra Rupnik, debido a la absolución a través del sacramento de la Confesión de un penitente cómplice, y por el que -según fuentes del blog- el Dicasterio para la Doctrina de la Fe dictó una sentencia de excomunión latae sententiae contra el jesuita Ruopnik, pero que fue revocada inmediatamente después.
A la espera de que se sepa algo sobre esta otra corriente también , queda la duda de por qué, si es cierto lo dicho por el líder jesuita según el cual «no hay un proceso que diga que hay una víctima aquí y una víctima allá» habiendo prescrito los hechos impugnados por las ex monjas de la Comunidad de Loyola y que se remontan a principios de la década de 1990, la Compañía ha decidido mantener las «medidas cautelares» contra Rupnik.
En efecto, la prescripción no permite decretar si las acusaciones vertidas contra el artista esloveno son ciertas o no, dejándolo en una especie de limbo porque a pesar de no tener convicciones canónicas aún se ve obligado a respetar las medidas cautelares -que en todo caso no debe tener efecto lo que se haga con la prescripción – que le impone la orden.
Por Nico Spuntoni.
CIUDAD DEL VATICANO.
LUNES 12 DE DICIEMBRE DE 2022.
LANUOVABQ.