Eso es lo que reclama el pueblo católico. Y si no se les da se pasan en riada a las sectas. La teología de la liberación solo libera a sus propagandistas. El pueblo fiel busca otra cosa: a Dios. Y se parece más a Dios el que les ofrecen las sectas que lo que les brinda la Iglesia Católica.
Sucumbíos fue evangelizado después de un desierto carmelita. Con resultados espectaculares. Que comprometían tanto fracaso al uso. No aguantaron tanto éxito pastoral y acabaron con él. El pueblo fiel todavía lo recuerda con nostalgia.
https://www.youtube.com/watch?v=TNaBJ8OwpDA
«Un antes y un después en Sucumbíos
Tuve ocasión de visionar un breve e interesante reportaje hecho por los Heraldos
del Evangelio de Brasil editado el 14 de enero en internet como parte de la serie
“Arautos sem segredos” (Heraldos sin secretos). Es un informativo audiovisual que la
entidad cuelga regularmente para mostrar con transparencia cosas de su vida y obra.
El reportaje recoge entrevistas hechas durante las pasadas navidades a varios
residentes de Lago Agrio allegados a aquella congregación que estuvo tan en foco
cuando hubo cambio de administración en el Vicariato de Sucumbíos hacia fines del
2010. Los entrevistados manifiestan una gran complacencia con la misión apostólica
que realizaron los Heraldos, muestran la tristeza que ocasionó su salida y exponen un
vehemente deseo y esperanza de que regresen.
Impresiona como los lugareños añoran las bendiciones que trajeron los
Misioneros Heraldos y las Misas y Sacramentos celebrados con piedad y frecuencia.
Un observador superficial podría pensar que la labor de los Heraldos en
Sucumbíos fue malograda, ya que duró poco, algo así como seis o siete meses, tiempo
en que los sembradores no tuvieron oportunidad de cosechar. La verdad es que Pablo
planta, Apolo riega y Dios hace crecer… Lo positivo del caso es que entonces fue
desvencijada la estructura de una pastoral que desafinaba con los lineamientos del
catolicismo y que se abrió un nuevo horizonte de Fé que no ha conocido crepúsculo.
Los testimonios recogidos en el reportaje hablan en ese sentido. No son
declaraciones de “pelucones”, de empresarios petroleros o de gente preconciliar. Son
personas de todas las condiciones, colonos valientes que dieron y dan vida a la
provincia.
Un detalle simpático, novedoso e inesperado: Cuando los Heraldos tuvieron el
encargo de la misión en Sucumbíos, hubo una campaña de descredito contra los nuevos
misioneros soplada por la extinta iglesia de isamis y difundida fastidiosamente por una
cierta radio local. Entre otras mentiras, se llegó a decir algo inverosímil: que los
heraldistas despreciaban a las mujeres porque “las consideraban impuras”.
Pues bien, quienes hicieron presencia en Lago Agrio para realizar el reportaje aludido fueron
hermanas consagradas del sector femenino de los Heraldos, con los mismísimos hábitos,
botas, cadenas, escapularios y rosarios que portaban los Heraldos Misioneros en 2010 –
2011; aquella indumentaria que horrorizó al economista Rafael Correa que la decretó
“medieval” e inadecuada para vestir “en plena selva amazónica”. Lo dijo algo exaltado
en uno de sus soporíferos informes semanales.
Resta indagar si hoy los sucumbienses están satisfactoriamente servidos en
materia eclesial.
Juan del Oriente,
20 de enero de 2022″
La Iglesia es hoy especialista en pegarse un tiro en el pie. ¿Será la sinodalidad?
30 enero, 2022.
InfoVaticana.