Los cardenales creados por el papa Francisco: una movida para contar con intérpretes fieles

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* De los 137 purpurados en condiciones de votar, 99 fueron creados por el actual pontífice, o sea, el 72%. Y 29 de ellos por Benedicto XVI y 9 por Juan Pablo II.

Después de más de una década de pontificado en que no había llevado argentinos al Vaticano ni creado casi ningún cardenal de su patria, el papa Francisco comenzó a tener muy en cuenta a la Iglesia argentina y a proyectar su legado en el catolicismo criollo más allá de su paso por este mundo. Hace una semana sorprendió con el nombramiento del arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández –en buena medida su mente teológica– al frente de uno de los ministerios más importantes de la curia romana.

Este domingo anunció que creará cardenales a tres compatriotas: el propio Fernández; el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, y el fraile capuchino Luis Pascual Dri.

Fernández, próximo a cumplir 61 años, y Rossi, de 64, se suman al cardenal Mario Poli, de 75, como purpurados argentinos en condiciones de votar la elección de un pontífice dado que los tres tienen menos de 80 años, la edad límite para sufragar. Un cuarto, el cardenal Leonardo Sandri, llegará a esa edad en noviembre.

En cuanto al padre Dri, que fue uno de los principales confesores de Jorge Bergoglio y hoy vive en el santuario porteño de Nuestra Señora de Pompeya, se trata de un cardenalato honorífico porque tiene 96 años como es el caso de los que ostentan actualmente en Paraná Estanislao Karlic, de 97 años, y en Tucumán Luis Villalba, 89.

El Papa anunció que creará cardenales a tres compatriotas: el propio Fernández; el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, y el fraile capuchino Luis Pascual Dri. Foto AP

El Papa anunció que creará cardenales a tres compatriotas: el propio Fernández; el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, y el fraile capuchino Luis Pascual Dri. Foto AP

La avanzada de los jóvenes

Con la salvedad de que un futuro papa podrá reemplazar a Fernández de su flamante cargo de prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe, el dato más significativo es que con él y Rossi, más el designado arzobispo de Buenos Aires y seguro cardenal en algún momento, Jorge García Cuerva, de 55 años, Francisco contará a nivel mundial y nacional con fieles intérpretes en lugares clave por mucho tiempo.

En rigor, ya viene sorprendiendo encumbrando a prelados jóvenes que sintonizan con su perfil como acaba de ocurrir con José Cobo, de 57 años, que pasó de ser obispo auxiliar a arzobispo de la arquidiócesis de Madrid.

Habrá que ver hasta donde se proyecta en el colegio de cardenales la impronta de Francisco, caracterizada por la promoción de una Iglesia más abierta –por ejemplo, hacia los divorciados en nueva unión y los gays -, austera y especialmente preocupada por los pobres.

De los 137 purpurados en condiciones de votar –sumando los nuevos 21- 99 fueron creados por el actual papa, o sea, el 72 %; 29 por Benedicto XVI y 9 por Juan Pablo II. Además, hay que considerar que convirtió en más internacional el colegio con purpurados de regiones periféricas en detrimento de la fuerte presencia que tuvo Europa.

El caso de Fernández es particularmente relevante no sólo por el cargo que ocupará, sino porque es un teólogo claramente progresista. Entre sus inmediatos antecesores se cuenta el cardenal alemán Gerard Müller, un severo crítico de Francisco que, por caso, se opuso a que los católicos divorciados en nueva unión puedan comulgar bajo ciertas condiciones.El hasta ahora arzobispo de La Plata, el argentino Víctor Manuel Fernández. Foto EFE

El hasta ahora arzobispo de La Plata, el argentino Víctor Manuel Fernández. Foto EFE

Resistencias

La elección de Fernández provocó la inmediata resistencia de los sectores más conservadores. Pero este no se amilana. Llegó a decir este fin de semana que “no estaría mal repensar” la prohibición de la bendición a las parejas de homosexuales.

En cuanto a la Iglesia en la Argentina la expectativa papal parece no ser sólo que Rossi y García Cuerva sean fieles a su línea religiosa, sino también que lleven a la institución a tener un papel más activo en la vida pública promoviendo el diálogo y la búsqueda de consensos.

Y si bien la preocupación por los pobres será central, deberán desactivar todo foco de ideologización o partidización, tarea que seguramente no les resultará fácil. Por lo pronto, tendrán que contribuir a la creación de un mejor clima político post electoral ante la proyectada visita de Francisco al país el año que viene.

PB

Sergio Rubin

Por Sergio Rubin.

BUENOS AIRES, ARGENTINA.

CLARIN.

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