* Sigamos rezando por la paz en Oriente Medio, en Ucrania y en todo el mundo, pide León XIV
El mundo de hoy tiene gran necesidad de vías para construir la paz como el deporte, «una escuela de respeto y lealtad, que hace crecer la cultura del encuentro y de la fraternidad». Un estilo de vida que debe practicarse conscientemente, «oponiéndose a toda forma de violencia y opresión». Así se expresó el Papa León XIV antes de la oración del Ángelus, recitada en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles congregados a pesar del gran calor estival. Y recordó los numerosos conflictos armados en el mundo.
El atleta que nunca se equivoca, que no pierde jamás, no existe. Los campeones no son máquinas infalibles, sino hombres y mujeres que, incluso cuando caen, encuentran el valor para levantarse, añadió.
Ser deportivos es darse por los demás
León recuerda a un proverbial deportista, San Juan Pablo II que del deporte decía que era “alegría de vivir, juego, fiesta, y como tal debe valorarse mediante la recuperación de su gratuidad, de su capacidad para estrechar lazos de amistad, para favorecer el diálogo y la apertura de unos hacia otros, por encima de las duras leyes de la producción y el consumo”.
No se trata solo de dar una prestación física, quizá extraordinaria, sino de darse uno mismo, de «jugársela». Se trata de entregarse por los demás -por el propio crecimiento, por los aficionados, por los seres queridos, por los entrenadores, por los colaboradores, por el público, incluso por los adversarios – y, si se es verdaderamente deportista, esto vale independientemente del resultado.

El Papa ingresa en la Basílica de San Pedro (@Vatican Media)
El deporte instrumento de encuentro
El Papa Prevost menciona a continuación tres aspectos que hacen del deporte, hoy en día, “un medio valioso para la formación humana y cristiana”.
En primer lugar, «en una sociedad marcada por la soledad, en la que el individualismo exagerado ha desplazado el centro de gravedad del “nosotros” al “yo”, terminando por ignorar al otro, el deporte – especialmente cuando se practica en equipo – enseña el valor de la colaboración, de caminar juntos, de ese compartir que, como hemos dicho, está en el corazón mismo de la vida de Dios».
De este modo, puede convertirse en un importante instrumento de recomposición y encuentro, entre los pueblos, en las comunidades, en los entornos escolares y laborales, en las familias.
El deporte y el valor de estar juntos
Según el Obispo de Roma, el deporte puede servir también como antídoto “frente a la tentación de huir a mundos virtuales, ayuda a mantener un contacto saludable con la naturaleza y con la vida concreta, único lugar en el que se ejerce el amor”.
En una sociedad cada vez más digital, en la que las tecnologías, aunque acercan a personas lejanas, a menudo alejan a quienes están cerca, el deporte valora la concreción de estar juntos, el sentido del cuerpo, del espacio, del esfuerzo, del tiempo real.
Perder y levantarse
El Pontífice observa además que en una sociedad competitiva, donde parece que sólo los fuertes y los ganadores merecen vivir, el deporte también enseña a perder y señala que en el «arte de la derrota» el hombre se encuentra con una de las verdades más profundas de su condición: la fragilidad, el límite, la imperfección. Es a partir de la experiencia de esta fragilidad que nos abrimos a la esperanza:
El atleta que nunca se equivoca, que no pierde jamás, no existe. Los campeones no son máquinas infalibles, sino hombres y mujeres que, incluso cuando caen, encuentran el valor para levantarse.
En Myanmar, a pesar del alto el fuego, continúan los combates, con daños también a las infraestructuras civiles. Hago un llamamiento a todas las partes para que emprendan el camino del diálogo inclusivo, el único que puede conducir a una solución pacífica y estable.
La terrible masacre de Nigeria: 200 víctimas entre los desplazados
El Papa habló a continuación de la terrible masacre en la que fueron asesinadas «con extrema crueldad» unas 200 personas en Nigeria, en la noche del 13 al 14 de junio, en la localidad de Yelwata, en el área administrativa local de Gouma, en el Estado de Benue. La mayoría, recuerda, eran desplazados internos, acogidos por la misión católica local.
Rezo para que la seguridad, la justicia y la paz prevalezcan en Nigeria, un país amado y tan afectado por diversas formas de violencia. Y rezo de manera especial por las comunidades cristianas rurales del Estado de Benue, que han sido incesantemente víctimas de la violencia.
Un párroco fallecido en Sudán: llamamiento a la asistencia humanitaria
A continuación, León XIV dirige su pensamiento a la República de Sudán, «devastada por la violencia desde hace más de dos años». Y a la muerte del P. Luke Jumu, párroco de El Fasher, víctima de un bombardeo.
Al tiempo que aseguro mis oraciones por él y por todas las víctimas, renuevo mi llamamiento a los combatientes para que se detengan, protejan a los civiles y entablen un diálogo por la paz. Insto a la comunidad internacional a intensificar sus esfuerzos para proporcionar al menos la asistencia esencial a la población, gravemente afectada por la grave crisis humanitaria. Sigamos rezando por la paz en Oriente Medio, en Ucrania y en todo el mundo.
La beatificación de Floribert, testigo de esperanza para los jóvenes
Por último, el Pontífice recordó que esta tarde, en la basílica de San Pablo Extramuros, será proclamado beato Floribert Bwana Chui, joven mártir congoleño.
Fue asesinado a los veintiséis años porque, como cristiano, se oponía a la injusticia y defendía a los pequeños y a los pobres. Que su testimonio dé valor y esperanza a los jóvenes de la República Democrática del Congo y de toda África.
Por último, la invitación a los jóvenes:
¡Los espero dentro de mes y medio en el Jubileo de los jóvenes! Que la Virgen María, Reina de la Paz, interceda por nosotros.
En la solemnidad de la Santísima Trinidad, el Papa presidió en la Basílica de San Pedro la misa por el Jubileo del Deporte, “un precioso medio de formación humana y cristiana” porque enseña a colaborar y valora la concreción del estar juntos.
La Trinidad es una danza de amor recíproco
Al inicio de la homilía, el Papa se remite a San Agustín y subraya cómo para el teólogo Trinidad y sabiduría «están íntimamente ligadas». «La sabiduría divina -señala- se revela en la Santísima Trinidad, y la sabiduría nos conduce siempre a la verdad».
«Dios no es estático, no está cerrado en sí mismo. Es comunión, relación viva entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se abre a la humanidad y al mundo”. Es “una danza de amor recíproco”, afirma el Pontífice ante unos 6.500 fieles congregados en la Basílica vaticana. Y cita a dos Padre de la Iglesia, Salonio de Ginebra y san Gregorio Nacianceno que hablan de un “Deus ludens, de un Dios que se divierte”. Es de este dinamismo divino que brota la vida.
Es por eso que el deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad: porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, ciertamente exterior, pero también y sobre todo interior. Sin esto, se reduce a una estéril competencia de egoísmos.
CIUDAD DEL VATICANO.
DOMINGO 15 DE JUNIO DE 2025.