* Desde los asesinatos del presidente John F. Kennedy y su hermano Bobby, ambos con una relación tempestuosa con los dirigentes sionistas, ningún presidente estadounidense se ha atrevido a criticar o retirar su apoyo a las aventuras militares de Israel.
Este artículo contiene y hace referencia a un segmento de 95 minutos del impactante documental de 2 horas y 11 minutos, Israel’s Second 9/11 (El segundo 11 de septiembre de 2001) , producido por un ex judío sionista, Matthew Tower . El documental relata la tempestuosa relación que el presidente Kennedy y su hermano Bobby tenían con Israel, y sus posteriores asesinatos. Hemos señalado anteriormente que Israel ha cometido más asesinatos que cualquier otra nación para promover el objetivo a largo plazo de los sionistas más extremistas de crear un Gran Israel que domine a nivel mundial.
Les recomiendo encarecidamente que vean al menos el segmento mencionado que se incluye cerca del final de este artículo. El video completo , presentado por Kim Iversen, contiene muchas más revelaciones asombrosas y material fílmico histórico. Personalmente, después de ocho meses de intensas investigaciones por mi parte y seis de nuestros periodistas más competentes, considero que la mayoría, si no todas, las revelaciones del documental probablemente sean ciertas. Sin embargo, dejamos que nuestros espectadores determinen su validez y su relación con los acontecimientos actuales en Oriente Medio.
Por favor, no haga comentarios si no ha leído atentamente el artículo completo y sus enlaces, y si no ha visto el vídeo completo. Somos conscientes de que la mayoría de los lectores se sentirán perturbados por el vídeo y su información aparentemente increíble. Nosotros hemos pasado por lo mismo. Este es el artículo más importante que hemos publicado hasta la fecha sobre el conflicto entre Israel y Palestina.
Steve Jalsevac
La guerra contra el terrorismo se declaró tras la destrucción de las torres gemelas del World Trade Center y el Edificio 7 el 11 de septiembre de 2001. Nueve días después, el 20 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush declaró una guerra mundial sin fronteras.
“Nuestra guerra contra el terrorismo comienza con Al Qaida, pero no termina allí. No terminará hasta que se haya encontrado, detenido y derrotado a todos los grupos terroristas de alcance mundial”.
Lo que siguió fueron dos décadas de guerra perpetua que llevaron al mundo al borde de un conflicto global en Oriente Medio con un umbral nuclear peligrosamente bajo.
¿Cómo hemos llegado a esta situación?:
- Nos dijeron que las guerras detendrían el terrorismo, no que lo propagarían.
- Nos dijeron que un cambio de régimen traería paz y estabilidad a Oriente Medio...
Como informó el New York Times en 2015, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo al Congreso:
Si eliminan a Saddam, el régimen de Saddam, les garantizo que tendrá enormes repercusiones positivas en la región”.
El senador John Kerry, quien recordó a los estadounidenses que Netanyahu había instado al Congreso a iniciar guerras en Libia, Siria e Irak, dijo en ese momento: “Todos sabemos lo que sucedió entonces”.
Todos sabemos lo que ha ocurrido ahora. Nos han dicho mentiras para iniciar la guerra en Irak. Lo que está ocurriendo ahora en Occidente es consecuencia directa de estas guerras de terrorismo.
Ahora que Europa y los Estados Unidos ven llegar millones de migrantes a todo el mundo, el impacto de esta doctrina de destrucción está llegando a casa.
La democracia liberal se está volviendo más iliberal y menos democrática, a medida que la vigilancia masiva y la censura reemplazan el mundo libre que dábamos por sentado hace solo 25 años. Matt Taibbi y Michael Shellenberger se han dirigido al Congreso sobre el aterrador crecimiento de un vasto «complejo industrial de la censura» para reemplazar la libertad de pensamiento con el cumplimiento coordinado por el Estado profundo en todo el mundo occidental.
Estados Unidos ha perdido el control de Oriente Medio.
El mundo espera ver si Irán responderá a las reiteradas provocaciones israelíes y lanzará la guerra que Netanyahu anhela desde, al menos, el discurso que pronunció ante el Congreso en 2002 en el que la exigió. Algunos dicen que Estados Unidos perdió a su último presidente real, John F. Kennedy.
Desde su muerte, Estados Unidos ha estado dirigido por “presidentes factótum”, que harán cualquier cosa por Israel y nada para impedir que Israel incendie la región.
En marzo de 2024, Foreign Policy afirmó sin rodeos que “Israel es un lastre estratégico para Estados Unidos” y que “la relación especial [entre Israel y Estados Unidos] no beneficia a Washington y está poniendo en peligro los intereses estadounidenses en todo el mundo”.
Para entender esta situación, debemos remontarnos más de 60 años atrás, al único mandato de la última administración que se enfrentó a los sionistas en Israel –y en los propios Estados Unidos.
‘La batalla de las letras’
En 1961, cuando la CIA informó a John F. Kennedy de que los israelíes estaban llevando a cabo un programa nuclear secreto en Dimona, el presidente se puso furioso.
Ante la evidencia contundente de que el programa era de doble uso (con capacidades civiles y militares), Kennedy empezó a presionar a los israelíes para que se sometieran a las inspecciones estadounidenses.
Pensó que el desarrollo de armas nucleares en secreto desestabilizaría Oriente Medio y desencadenaría una carrera armamentística. Tenía razón .
Cuando Estados Unidos no logró detener a Israel, fue entonces que Irak e Irán comenzaron a desarrollar sus propias armas de destrucción masiva. Las de Irak se detuvieron y desmantelaron a mediados de los años 90, mucho antes de la guerra.
Recientemente han surgido rumores de que Irán ha desarrollado armas nucleares.
Este escenario de pesadilla es lo que Kennedy quería evitar.
JFK pasó dos años intentando, sin éxito, obligar a los israelíes a rendir cuentas por su programa de armas de destrucción masiva.
Kennedy dirigió las demandas de Estados Unidos al primer hombre que dirigió Israel, David Ben-Gurion. Esto culminó en un tenso intercambio de comunicaciones entre los dos líderes, que dio como resultado un ultimátum a Israel.
La “ batalla de las cartas ” , como se la conoce, documenta el único esfuerzo serio por frenar las ambiciones israelíes de supremacía nuclear regional. El archivo de estas comunicaciones se abrió en 2019, haciendo públicos 46 documentos secretos del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos que detallan el momento que casi dejó a Israel aislado de Estados Unidos.
La doctrina nuclear de Israel es única por dos razones:
- Nunca ha admitido que posee armas nucleares
- Y, además, tiene la aterradora política de utilizarlas para provocar una guerra termonuclear global si alguna vez se ve amenazado por una derrota militar.
Se trata de la denominada “Opción Sansón”, que establece que Israel lanzará misiles nucleares desde submarinos, camiones y silos contra cualquier ciudad importante que pueda atacar si se enfrenta a lo que describe como una amenaza existencial.
Descrita como “un espasmo de último recurso de pura venganza nacional”, no tiene ningún efecto disuasorio significativo, como se argumentó en un artículo publicado por el Instituto de Guerra Moderna de la Academia de West Point.
Israel enfrenta hoy una amenaza existencial en esta guerra con Irán, a la que su líder ha hecho campaña, ha instado a Estados Unidos y ha intentado provocar durante décadas. Israel nos está amenazando a todos de esta manera.
Kennedy exigió a los israelíes que abrieran Dimona para su inspección. Esto se hizo, pero con una obstrucción y un engaño tan evidentes que Kennedy se exasperó.
En 1963, JFK envió un ultimátum el 15 de junio a Ben-Gurion amenazando con retirar completamente el apoyo estadounidense a Israel si continuaba la política de negación nuclear y engaño.
Ben Gurion, que sabía que la carta iba a llegar, dimitió al día siguiente, alegando motivos personales que nunca explicó. Para los sionistas, se trataba de un héroe, pero lo consideraron un insulto al hombre que había dirigido por primera vez el Estado recién creado.
Kennedy fue asesinado seis meses después por un hombre armado que presuntamente actuó solo.
No fue el único Kennedy que murió en circunstancias fortuitas.
En 1968, su hermano Robert F. Kennedy fue asesinado a tiros por un hombre armado que supuestamente actuaba solo. Esto también fue un golpe devastador para la moral del pueblo estadounidense. RFK había anunciado que se presentaría como candidato a la presidencia de los Estados Unidos.
RFK Sr. fue el último fiscal general de Estados Unidos que amenazó al lobby sionista en Estados Unidos. Bajo su mando, el Departamento de Justicia inició en 1962 un proceso legal para ordenar al Consejo Sionista Americano que se registrara bajo FARA como agente extranjero del Estado de Israel.
Tuvo éxito, pero en 1967 fue reemplazado por otro importante grupo de presión: el AIPAC .
Junto con una poderosa base de donantes, el AIPAC y el lobby sionista han visto “al establishment político de los Estados Unidos comprado y pagado por el lobby israelí”. Estados Unidos está “bajo ocupación sionista”.
Éstas son las conclusiones, respectivamente, del coronel retirado Douglas Macgregor y del periodista judío independiente Max Blumenthal, quien ha prestado su voz a una campaña que afirma que la ocupación sionista se extiende más allá del gobierno de Estados Unidos y llega a las mentes de los propios estadounidenses.
Esta carta de 1963 de un joven Donald Rumsfeld advierte gentilmente a Kennedy sobre los amigos influyentes de Rumsfeld, cuyas preocupaciones eran impedir la medida de registrar el lobby sionista del gobierno de Estados Unidos como agente extranjero de Israel:
Rumsfeld continuó planteando estas preocupaciones como secretario de Defensa de Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush. Fue Rumsfeld quien “condujo a Estados Unidos a la guerra” después del 11 de septiembre.
Una guerra de terror
Los asesinatos de Kennedy fueron un espectacular acto de terrorismo que traumatizó al pueblo estadounidense. Desde entonces, ningún presidente de Estados Unidos ha intentado limitar las acciones de los sucesivos líderes de Israel.
El parlamento israelí ha pedido el uso de armas nucleares en Gaza en los últimos meses, y hay sugerencias de que se utilizarán armas nucleares “tácticas” de bajo rendimiento en una guerra terrestre en el Líbano.
Israel no puede ganar por sí solo las guerras que desea iniciar contra Hezbolá e Irán. Estados Unidos sabe que la doctrina nuclear israelí amenaza con una guerra nuclear mundial si el Estado sionista se enfrenta a una derrota. Esto no es diplomacia. No es una guerra contra el terrorismo.
Se trata de una política de chantaje nuclear para asegurar la entrada de Estados Unidos en una guerra que nadie desea, excepto los dirigentes israelíes.
Se rumoreó por primera vez que este “chantaje nuclear” había logrado el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra árabe-israelí de 1973.
Israel volvió a movilizar su arsenal nuclear no declarado en 1991, amenazando con lanzar misiles contra el Iraq de Saddam Hussein. Esto se detalla en el libro de Seymour Hersh The Samson Option, cuya reseña en el New York Times de 1991 repite las afirmaciones de que Israel movilizó su arsenal nuclear en tres ocasiones.
El libro, escrito por Seymour M. Hersh, un reconocido periodista de investigación, dice que los israelíes han estado en alerta nuclear total –lo que significa que se han sacado misiles nucleares de los silos y se han colocado en lanzadores– tres veces, dos veces durante la guerra de 1973 y una vez este año, mientras Israel estaba bajo ataque con misiles desde Irak”, dice la reseña.
Netanyahu había dicho al Congreso de Estados Unidos que la eliminación de Saddam, Muammar Gaddafi y Bashar al-Assad conduciría a una nueva era de paz y estabilidad en Oriente Medio. Así lo afirmó en su discurso ante el Congreso el 12 de septiembre de 2002.
Veintidós años después, estamos al borde de una guerra mundial.
Misteriosamente, ningún presidente estadounidense ha intervenido para decir no a los israelíes durante casi seis décadas.
Como dijo JD Vance en su discurso de mayo de 2024 en el Instituto Quincy para una gestión responsable del Estado:
Si George W. Bush se hubiera presentado ante el pueblo estadounidense en 2003 y hubiera dicho: «Chicos, vamos a ir a la guerra no para erradicar las armas de destrucción masiva ni para difundir la democracia, sino para crear un representante regional de Irán y para masacrar a más de un millón de cristianos históricos». No es que vayan a ser masacrados por nuestras manos, pero nuestras acciones conducirán al genocidio de la comunidad cristiana histórica.
No creo que los estadounidenses lo hubieran apoyado.
Vance es el primer hombre de su rango en la política estadounidense que dice lo obvio. Una consecuencia del cambio de régimen en el país es que lo obvio ahora es profundamente controvertido. ¿Por qué? La exposición de los hechos deja claro que las mentiras nos han llevado al desastre.
Continuó diciendo que a los estadounidenses no les importaba “si Irak era una democracia o no”.
La principal razón por la que el pueblo estadounidense apoyó la guerra en Irak al principio fue porque pensaban que Saddam tenía armas de destrucción masiva que serían utilizadas contra nuestros ciudadanos”, dijo.
Esta fue una mentira. No es la única que nos han dicho para movilizar a la opinión pública a favor de una serie de guerras, exigidas por el supuesto mayor aliado de Estados Unidos, que han matado a millones de personas y siguen destruyendo naciones extranjeras y la nuestra.
La democracia liberal, creada en la década de 1920 para sostener un gobierno de élite mediante la creación de consenso a través de los medios de comunicación, ha llevado a todo nuestro mundo a un estado de emergencia permanente.
La primera señal de alarma sonó hace 60 años, cuando fue asesinado el líder del mundo libre. El mundo que dirigía murió con él.
Se necesitaron cuatro décadas para lanzar las guerras que consolidarían la política del suicidio nacional como el deber patriótico de todos los estadounidenses y sus aliados.
El estado de excepción permanente en el que vivimos ha sido creado por la guerra contra el «terrorismo», que dura ya 23 años. Declarada en el extranjero, pero no declarada en el país, sus víctimas incluyen ahora a todos, en todas partes, cuyas carreras no dependen de la guerra perpetua y en constante escalada sin fronteras que ha sustituido nuestro modo de vida.
<a href="http://<iframe width="640" height="360" src="https://lsntv.com/videoEmbed/2940/excerpt-israel_s-second-911?channelName=_63d159e078002&modestbranding=1&showinfo=1&autoplay=1&controls=1&loop=&mute=1&t=0&objectFit=" frameborder="0" allow="fullscreen;autoplay;" allowfullscreen="allowfullscreen">ESTE VIDEO ofrece una cronología clara y sencilla de los acontecimientos que han producido la crisis que vivimos hoy. Producido por el “ex sionista” y “ex judío” Matthew Tower, es un llamamiento no partidista a considerar las pruebas que ha reunido:
Para obtener más información sobre Matthew Tower y su TruthTower.com , sígalo en X en @TruthTowerPod y en YouTube en @TruthTowerPod .
Es un intento de corregir el historial de engaños, censura y mentiras que han sido, como dice Vance, “un desastre”.
Uno de mis pasajes favoritos de la Biblia es: por vuestros frutos los conoceréis. ¿Cuáles son los frutos de los últimos 40 años de la política exterior estadounidense?”, preguntó.
Vance apela a la influencia radicalizadora de la realidad sobre las peligrosas fantasías de la política exterior estadounidense pasada y presente: “Piensen en los escombros y piensen en los resultados reales”.
Nadie más ha planteado esta obvia y terrible pregunta a los EE.UU.: “¿Por qué no dejamos de genocidar a las comunidades cristianas históricas?”
Los próximos cristianos que mueran en número podrían muy bien ser los propios estadounidenses, si la guerra sionista se extiende a Irán y al Líbano.
Ésta es la única manera de lograr la paz, nos dicen.
Nos han dicho esto durante décadas y mire dónde nos ha llevado.
Es hora de dejar de escuchar los argumentos que piden más muerte y destrucción.
Por FRANK WRIGHT.
VIERNES 23 DE AGOSTO DE 2024.
