El vaticanista Luigi Casalini escribe que el arzobispo de Nápoles, Italia, Domenico Battaglia, fue incluido en la reciente lista de cardenales de Francisco, pero fue retirado en el último momento, a pesar de su identificación plena con Francisco.
El blog explica que las relaciones entre Battaglia y Francisco ya no son buenas, en parte debido a los escándalos en la Facultad Teológica Pontificia del Sur de Italia, desde agosto pasado.
En efecto, en agosto, monseñor Antonio Foderaro, decano de la Pontificia Facultad Teológica del Sur de Italia, «se suspendió a sí mismo» tras la detención de Daniel Barillà, a quien había puesto al frente de los recursos humanos, las finanzas y las comunicaciones de la Facultad.
Barillà, yerno y estrecho colaborador del jefe mafioso Domenico Araniti, es sospechoso de connivencia con la Mafia.
Monseñor Foderaro le nombró sin transparencia. El propio Foderaro figura ahora en la lista de sospechosos. Sin embargo, con la aprobación del arzobispo Battaglia, sigue siendo el decano de facto de la facultad.
Aún más. La archidiócesis se puso en contacto con el Dicasterio para la Cultura y la Educación Católica del Vaticano para pedir la revocación de la autosuspensión de monseñor Foderaro, pero el Dicasterio se negó.
El asunto ha causado un gran revuelo en la archidiócesis: protestas internas, al menos seis cartas anónimas y expedientes enviados a los dicasterios para los obispos y el clero, a los cardenales y a Francisco.
Según Luigi Casalini, en la archidiócesis de Nápoles hay muy mal ambiente entre el arzobispo y el clero.
Ante esta situación, monseñor Battaglia tuvo que actuar. El 14 de octubre convocó una reunión plenaria urgente de los miembros del Consejo de los Sacerdotes, sus delegados, los directores de las oficinas diocesanas y todos los empleados y colaboradores de la Curia.
Consideró tan importante esta reunión que renunció a participar en el actual Ex Sínodo del que es miembro. La reunión pretendía calmar la situación, pero se cebó con Battaglia, que durante la misma mostró una actitud agresiva hacia su clero.
Cuando Battaglia fue nombrado arzobispo de Nápoles, los medios de comunicación oligárquicos lo presentaron como «un amigo de los pobres» y «el heredero espiritual de Francisco».
Desde entonces ha quedado claro que su capacidad de gestión es escasa. A menudo se ausenta de Nápoles debido a sus frecuentes viajes a Calabria, y no tiene tiempo para sus sacerdotes, mientras que está muy preocupado por su imagen y su carrera eclesiástica el llamado «heredero espiritual» de Francisco.
LUIGI CASALINI.
CIUDAD DEL VATICANO.
MIL/ESNEWS.