La oración y de forma especial el ayuno redundan en beneficio personal, pero la limosna muestra externamente las actitudes internas. Para que la limosna propuesta por JESÚS al comienzo del tiempo de Cuaresma sea significativa, tiene que estar revestida del Amor de DIOS: “cuando hagas limosna no lo vayas pregonando como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por los hombres; os digo que ya han recibido su paga. Tú en cambio cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en lo secreto, y tu PADRE que ve lo secreto te lo pagará” (Cf. Mt 6,1-4) Todo lo que somos y tenemos pertenece a la Divina Providencia; por tanto si algo damos o compartimos responde a la condición de administradores, de lo que hemos recibido. JESÚS nos quiere prevenir de la vanagloria que vuelve estéril una acción que nos podría ayudar. Dice el libro del Apocalipsis que nuestras obras nos acompañan (Cf. Ap 14,13) el día que dejemos este mundo. No nos salvan las obras, pues ninguna de ellas abre por sí misma la puerta del Cielo. Sólo nos salva la acción misma de JESUCRISTO, por quien nues
Limosna o misericordia
1Samuel 16,1b.6-7.10-13a | Salmo 22 | Efesios 5,8-14 | Juan 9,1-41
