León XIV pide a periodistas no sucumbir a la mediocridad y elegir «consciente y valientemente el camino de comunicar la paz»

ACN
ACN

“Os invito a elegir consciente y valientemente el camino de la comunicación de la paz”, afirmó León XIV al recibir en audiencia en el Aula Pablo VI a los periodistas acreditados ante el Vaticano con motivo de la elección del nuevo Papa.

Buenos días y gracias por la maravillosa bienvenida. Dicen que los aplausos al principio no significan mucho. Sin embargo, si al final todavía estás despierto y aún quieres aplaudir, muchas gracias.

¡Hermanos y hermanas!

Hola, representantes de los medios de comunicación de todo el mundo. Gracias por el trabajo que habéis realizado y seguís realizando en este tiempo que es esencialmente un tiempo de gracia para la Iglesia.

En el Sermón de la Montaña, Jesús declaró:

Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mt 5,9).

Es una bendición que nos interpela a todos y os concierne de modo especial, llamando a cada uno a comprometerse en desarrollar una comunicación distinta, que no busque a toda costa el consenso, que no utilice palabras agresivas, que no adopte un modelo de competencia, que no separe nunca la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla.

La paz comienza con cada uno de nosotros: desde la manera en que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; Y en este sentido la manera como nos comunicamos es de fundamental importancia: debemos decir “no” a la guerra de palabras e imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra.

Permítanme, por tanto, reiterar la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por intentar transmitir la verdad y orar por su liberación. La Iglesia ve en estos testigos –pienso en aquellos que informan sobre la guerra incluso a costa de su vida– la valentía de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a la información, porque sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres. El sufrimiento de estos periodistas encarcelados toca la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional y nos llama a todos a proteger el preciado bien de la libertad de expresión y de prensa.

Gracias, queridos amigos, por vuestro servicio a la verdad. Usted ha estado en Roma en las últimas semanas para hablar de la Iglesia, de su diversidad y al mismo tiempo de su unidad. Usted acompañó los ritos de la Semana Santa y luego habló del dolor provocado por la muerte del Papa Francisco, ocurrida sin embargo a la luz de la Pascua. La misma fe pascual nos ha introducido en el espíritu del cónclave, en el que os habéis comprometido particularmente en estos días cansados; Y también en esta ocasión habéis podido hablar de la belleza del amor de Cristo que nos une a todos y nos hace un solo pueblo, guiado por el Buen Pastor.

Estamos atravesando momentos difíciles de superar y describir, que constituyen un reto para todos nosotros del cual no podemos escapar. Al contrario, exigen de cada uno de nosotros, en nuestros diferentes roles y ministerios, que nunca sucumbamos a la mediocridad.

La Iglesia debe estar a la altura del desafío del tiempo, así como la comunicación y el periodismo no pueden existir al margen del tiempo y de la historia. Como nos recuerda San Agustín:

Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Los tiempos son lo que somos» (Discurso 311).

Así que gracias por lo que habéis hecho para ir más allá de los estereotipos y lugares comunes a través de los cuales a menudo percibimos la vida cristiana y la vida de la Iglesia misma. Gracias porque has captado la esencia de quienes somos y la has transmitido por todos los medios posibles al mundo.

Hoy en día, uno de los desafíos más importantes es promover una comunicación que nos permita salir de la “Torre de Babel” en la que a veces nos encontramos, de la confusión de lenguajes carentes de amor, muchas veces ideológicos o sesgados.

Por lo tanto, tu ministerio, las palabras que usas y el estilo que adoptas son importantes. La comunicación no es sólo transmitir información, sino también crear cultura, entornos humanos y digitales que se conviertan en espacios de diálogo e intercambio de opiniones. Mirando la evolución de la tecnología, esta misión se hace aún más necesaria. Pienso aquí en particular en la inteligencia artificial con su enorme potencial, lo que, sin embargo, exige responsabilidad y discernimiento para que estas herramientas se utilicen para el bien de todos, para que aporten beneficios a la humanidad. Esta responsabilidad se aplica a todos, de manera proporcional a la edad y al rol social.

Queridos amigos, con el tiempo aprenderemos a conocernos mejor.

Hemos vivido –podríamos decir juntos- días realmente excepcionales. Los compartimos a través de todos los medios de comunicación: televisión, radio, internet, redes sociales. Me encantaría que cada uno de nosotros pudiera decir que estos días nos han revelado un poco del misterio de nuestra humanidad y nos han dejado con deseos de amor y de paz. Por eso, hoy repito la invitación del Papa Francisco contenida en su último mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: desarmar la comunicación de todo prejuicio, aversión, fanatismo y odio; para limpiarlo de la agresión. No necesitamos una comunicación ruidosa y agresiva, sino una comunicación que sepa escuchar, que sepa recoger la voz de los débiles, de los que no tienen voz.

Desarmemos las palabras y contribuiremos al desarme de la Tierra. Desarmar y desarmar la comunicación nos permite compartir una perspectiva diferente del mundo y actuar de un modo coherente con nuestra dignidad humana.

Estáis en primera línea, contando historias de conflicto y de esperanza de paz, de situaciones de injusticia y de pobreza, y del trabajo silencioso de tantas personas por un mundo mejor. Por eso os pido que elijáis consciente y valientemente el camino de comunicar la paz.

Gracias. ¡Que Dios te bendiga!

CIUDAD DEL VATICANO.

LUNES 123 DE MAYO DE 2025.

KAI

Comparte:
ByACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.