León. La fe es Don de Dios y acto profundamente libre y humano

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Entre los acontecimientos que van dando sentido a nuestra vida, nos hemos topado con esta experiencia que ha marcado nuestras vidas y que no ha parado: la Pandemia. Los seres humanos hemos sido cimbrados en muchos sentidos, en nuestra fe, en la economía, en nuestras relaciones sociales, en el ambiente familiar y en la vida personal.

Cada uno ha enfrentado esta realidad de diferentes maneras, pero estamos convencidos de que la fe, aún estando mar adentro, es la que nos sostiene y nos ayuda a leer, interpretar y enfrentar esta realidad con valentía y buscando alternativas para no quedarnos con los brazos cruzados y salir adelante pese a las circunstancias.

El Papa Benedicto XVI, en una Audiencia General dijo que La fe es don de Dios, pero es también acto profundamente libre y humano. Y citando el Catecismo de la Iglesia Católica  dice:

“Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre” (n. 154).

Y el Papa continúa:

Es más, las implica y exalta en una apuesta de vida que es como un éxodo, salir de uno mismo, de las propias seguridades, de los propios esquemas mentales, para confiarse a la acción de Dios que nos indica su camino para conseguir la verdadera libertad, nuestra identidad humana, la alegría verdadera del corazón, la paz con todos.

Creer es fiarse con toda libertad y con alegría del proyecto providencial de Dios sobre la historia, como hizo el patriarca Abrahán, como hizo María de Nazaret. Así pues la fe es un asentimiento con el que nuestra mente y nuestro corazón dicen su Sí a Dios, confesando que Jesús es el Señor. Y este Sí transforma la vida, le abre el camino hacia una plenitud de significado, la hace nueva, rica de alegría y de esperanza fiable. Termina la cita del Papa.

Esa misma fe que describe el Papa, es la que nos mueve a los creyentes a no encerrarnos en nosotros mismos, ni en las dificultades, porque para quien cree en Dios todos tiene solución y siempre habrá una luz para encontrar nuevos motivos para seguir adelante.

Hoy estamos llamados a manifestar nuestra Fe, a mantenernos firmes porque Dios cumple sus promesas. Así como Jesús le dio la confianza a Pedro para caminar por las aguas y mantenerse seguro con su presencia, así nos pide manifestarnos. Dios vive entre nosotros y desea que que manifestemos día a día esa confianza.

Ante nuestras situaciones personales y sociales estamos llamados a no desanimarnos y acrecentar nuestra Fe en Dios, porque es un regalo suyo. Las palabras del Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda la grandeza de este don recibido y el compromiso perseverante que nos toca manifestar a cada uno de nosotros: “La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre. Este don inestimable podemos perderlo; San Pablo advierte de ello a Timoteo: «Combate el buen combate, conservando la fe y la conciencia recta; algunos, por haberla rechazado, naufragaron en la fe» (1 Tm 1,18- 19).

Alimentemos esa fe con la escucha fiel de la Palabra de Dios y pedir a Dios que nos la aumente mucho más para manifestarnos fuertes y perseverantes en medio de la incredulidad de quienes viven lejos de Dios.

Con información de Gaudium/Pbro. Marcos Cortes Muñiz

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