Hace meses que el gobierno del Reino Unido está buscando posicionarse como el país que ofrezca «los más altos estándares de bienestar animal en cualquier parte del mundo», en palabras del ministro Zac Goldsmith.
Y para ello, una de sus medidas estrella es el proyecto de ley de Bienestar Animal, medida que está cerca de ser aprobada.
Según este documento, el gobierno británico reconoce a todos los vertebrados como seres capaces de sentir (entre ellos las ranas, perros y caballos).
Recientemente, la London School of Economics and Political Science publicó un estudio que reconoce al pulpo, la sepia, la langosta o la nécora como otros seres «susceptibles de sentir» por su complejidad del sistema nervioso.
La sensibilidad, explica el informe, no solo es entendida como la «capacidad de experimentar dolor, angustia o daño«, sino también «placer, hambre, sed, calidez, alegría, consuelo o emoción».
«Después de revisar más de 300 estudios científicos, llegamos a la conclusión de que los moluscos cefalópodos y los crustáceos decápodos deben incluirse dentro del alcance de la ley de bienestar animal«, dijo Jonathan Birch, filósofo de ciencias biológicas en LSE, según Ciencia viva. «Me complace ver que el gobierno está implementando una recomendación central del informe de mi equipo», añadió.
De este modo, el gobierno pretende que también los cangrejos, cefalópodos y otros crustáceos «sean reconocidos como seres sensibles en la toma de decisiones políticas gubernamentales» ya que, en palabras de Goldsmith, «los animales experimentan sentimientos de la misma manera que los humanos«.
El ministro de Estado de Medio Ambiente e impulsor del proyecto de ley de Bienestar Animal, Zac Goldsmith.
La periodista Laura Nicole, de Live Action, lamenta que el gobierno británico no ponga tanto énfasis en preservar la sensibilidad «de los seres humanos no nacidos, que disponen de muy pocos recursos ante la ley» y que, al contrario que los pulpos o cangrejos, no ven garantizado su bienestar y la ausencia de sufrimiento.
De aprobarse definitivamente el proyecto de ley, las langostas podrían tener más protecciones que los no nacidos.
La ciencia, explica Nicole, no puede descartar de manera definitiva el dolor fetal antes de las 24 semanas. «De hecho, la práctica estándar del NHS (National Health Service) al realizar una cirugía intrauterina de espina bífida es administrar analgésicos al bebé antes de nacer», añade Nicole.
(Al respecto, lea aquí las novedades científicas que reconocen el sufrimiento fetal a partir de las 12 semanas).
Este dato le hace cuestionar la ironía de un informe y una medida que pretende probar científicamente la capacidad sensitiva de los animales para preservar su bienestar al mismo tiempo que elude la ya demostrada capacidad de los fetos de sufrir, escuchar, reconocer o alegrarse y permite su asesinato.
José María Carrera /. ReL.
31 diciembre 2021.