Legado de Premio Nobel de Química, camino para civilización digna: CEM

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La aprobación en lo general de eliminar fideicomisos de ciencia y tecnología, impulsada por diputados, no sólo despertó protestas y manifestaciones por parte de la comunidad científica, también la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), fijó su postura al señalar que esa partida, por extinguirse, era vital para “transformar esta realidad social y ambiental tan apremiante”.

En un comunicado, la CEM de forma categórica indicó que “la ciencia, la educación y la cultura, son los únicos caminos para promover una civilización cada vez más digna, fraterna y solidaria”.

En el marco del fallecimiento del renombrado Dr. José Mario Molina-Pasquel, Premio Novel de Química, suceso por el que expresó su pésame, confió en que “la huella de este gran educador, que impulsó el aprendizaje lúdico como base de la actividad científica nos interpele a todos a seguir promoviendo, en todo momento, una pasión por educar a tantos niños, niñas, adolescentes y jóvenes con el fin de que seamos capaces de transformar esta realidad social y ambiental tan apremiante”.

“Nos solidarizamos con su esposa, hijos y familiares; con los integrantes y colaboradores del Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, A.C., la comunidad educativa de la Universidad Nacional Autónoma de México, los científicos de México, así como la sociedad organizada que trabajó con él en múltiples proyectos científicos, educativos y sociales”,

subraya el documento firmado por varios obispos de la Conferencia Episcopal.

Destacó

“su autenticidad al llevar sus creencias religiosas de manera inteligente y propositiva, en un ámbito secularizado; sus grandes aportes con relación al estudio científico del cambio climático, expuestos sobre todo en el Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas; así como todos sus estudios que le hicieron acreedor al Premio Nobel de Química en el año de 1995. Su legado en México y muchos otros países del mundo, nos enorgullecen y nos llenan de celo apostólico”.

“Pedimos a Jesucristo, Divino Maestro, recompense todas sus buenas obras y le dé el descanso eterno”, concluye el texto que firman: Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, y presidente de la CEM; Alfonso G. Miranda Guardiola, obispo Auxiliar de Monterrey y Secretario General de la CEM, y Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM.

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