El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, amenazó el miércoles con que los residentes de la ciudad de Gaza, azotada por la hambruna, tienen una «última oportunidad» de huir al sur o se arriesgan a ser etiquetados como «terroristas», mientras el ejército israelí, respaldado por Estados Unidos, continúa su operación de limpieza étnica destinada a arrasar todos los edificios de la ciudad. Informes de LifeSite.
En un tuit en X, Katz anunció que el ejército de ocupación israelí (FDI) prácticamente había rodeado la ciudad de Gaza. «Esta es la última oportunidad para los residentes de Gaza que desean trasladarse al sur y dejar a los terroristas de Hamás aislados en la ciudad de Gaza, ante las operaciones de las FDI a plena capacidad».
Quienes permanezcan en Gaza serán considerados terroristas y partidarios del terrorismo”, advirtió.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), aproximadamente 780.000 civiles palestinos han huido de la ciudad de Gaza desde agosto, mientras que otras estimaciones sitúan la cifra en alrededor de 400.000, de un total de aproximadamente un millón.
Esto significa
que varios cientos de miles de personas
permanecen en la ciudad por diversas razones,
como enfermedades, debilidad por hambruna,
o la edad avanzada o la discapacidad,
sufriendo otro crimen de lesa humanidad:
el desplazamiento.
Entre quienes han decidido quedarse se encuentran clérigos y sacerdotes católicos y ortodoxos que han llegado a la conclusión de que su responsabilidad es quedarse con los discapacitados y desnutridos entre sus grupos desplazados, que han encontrado refugio en sus respectivas parroquias en la ciudad de Gaza.
En una declaración del 26 de agosto, los Patriarcados Latino y Griego de Jerusalén, encabezados por el Cardenal Pierbattista Pizzaballa y Teófilos III, respectivamente, explicaron que para aquellos debilitados y desnutridos por la hambruna provocada por el hombre en Israel, junto con los discapacitados, abandonar la ciudad de Gaza «e intentar huir al sur no sería nada menos que una sentencia de muerte».
Y así, por estas razones, las Misioneras de la Caridad de Santa Madre Teresa, junto con el clero que ha atendido a estas personas vulnerables, “hemos decidido quedarnos y seguir atendiendo a todos aquellos que estarán en los complejos”.
A principios del mes pasado, Tel Aviv ordenó la evacuación completa de la ciudad de Gaza, obligando a los palestinos desplazados a trasladarse al sur, a la región de Mawasi, que el ejército israelí ha designado como «zona segura» a pesar de bombardearla repetidamente.
Se llama zona segura, pero llevamos meses viviendo aquí y sabemos con certeza que no es segura», declaró a Al Jazeera un periodista desplazado.
¿Cómo puedo decir que es segura,
si Israel mató y bombardeó a mi hermana
justo dentro de esta ‘zona segura’?»
Debido a los bombardeos rutinarios y los frecuentes disparos de francotiradores israelíes apoyados por Estados Unidos contra palestinos desplazados y hambrientos que buscan ayuda humanitaria, muchos más han permanecido en la ciudad de Gaza.
El activista Jason Jones, en un artículo publicado el miércoles sobre estos acontecimientos, escribió que «la urgencia moral de la situación no puede subestimarse. Es imperativo que los cristianos de todo tipo y todas las personas de buena voluntad se solidaricen con la comunidad actualmente amenazada en Gaza».
Jones, fundador y presidente del Proyecto Personas Vulnerables, advirtió que “el presidente Trump parece contento de quedarse de brazos cruzados mientras las fuerzas israelíes matan a cristianos en Gaza, incluidas las Misioneras de la Caridad, junto con otros que la comunidad cristiana ha acogido bajo su cuidado”.
GAZA, PALESTINA.
SÁBADO 4 DE OCTUBRE DE 2025.
RENOVATIO.
