Las familias con muchos hijos deberían convertirse en una tendencia dominante en la Rusia moderna, afirmó el martes el presidente Vladimir Putin, insistiendo en que lograr este objetivo debería convertirse en la máxima prioridad del gobierno.
En su intervención en el Consejo Mundial del Pueblo Ruso –un foro organizado bajo los auspicios de la Iglesia Ortodoxa Rusa– para discutir el futuro del país, Putin puso especial énfasis en la importancia de los valores familiares.
«Las familias numerosas deben convertirse en la norma, una forma de vida para todos los pueblos de Rusia», dijo, describiendo a la familia no sólo como el pilar sobre el que se asientan el Estado y la sociedad, sino también como «una fuente de moralidad».
Putin continuó recordando que muchos grupos étnicos en Rusia han mantenido la tradición de tener “familias multigeneracionales” con al menos cuatro o cinco hijos.
«En las familias rusas, muchas de nuestras abuelas y bisabuelas tuvieron siete, ocho o incluso más hijos», señaló, instando a todos a «preservar y revivir estas excelentes tradiciones».
Durante muchos años, los funcionarios rusos han intentado mejorar lo que describen como una situación “desalentadora” , ya que la demografía del país está plagada de una tasa de natalidad en caída libre, incluso ofreciendo a los padres un incentivo de varios miles de dólares. Lanzado en 2007, este programa de subsidio federal permite a la familia recibir un pago por cada niño nacido.
Sin embargo, el presidente ruso enfatizó que si bien el dinero y otros beneficios son extremadamente importantes para impulsar la demografía, la mentalidad de una persona podría desempeñar un papel mucho más importante.
Según Putin, todos los niveles del gobierno ruso deberían priorizar el apoyo a las familias.
«Preservar y aumentar la población de Rusia es nuestro objetivo para las próximas décadas e incluso para las próximas generaciones», añadió.
Como parte de una campaña para promover los valores familiares, Putin declaró la semana pasada 2024 el «Año de la Familia«. También reconoció que el aborto sigue siendo un “problema grave”, sugiriendo que Moscú prohíba la venta de medicamentos para interrumpir el embarazo y mejore el nivel de vida general en el país para abordar el problema.
El número de abortos en Rusia ha disminuido constantemente en los últimos años, pasando de más de 660.000 en 2018 a 517.000 en 2021, según el Servicio Federal de Estadísticas del Estado. Además, en los últimos meses, centros médicos privados en varias regiones rusas han comenzado a negarse a realizar abortos en muchos casos.
