Hace pocos días, en entrevista con W Radio, el nuevo cardenal colombiano y arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda, respondió de esta forma, y sin titubeos, a una pregunta sobre la falta de transparencia de la Iglesia Católica en Colombia a la hora de revelar la información que reposa en las diócesis y arquidiócesis del país sobre denuncias de casos relacionados con abusos a menores:
“Estamos trabajando en la transparencia. Y lo estamos haciendo con responsabilidad, con seriedad. Colombia tiene aproximadamente 5.000 parroquias (…), también las comunidades religiosas masculinas están trabajando el tema. Este es un proceso que nos ha copado bastante tiempo y bastantes energías. Aún no tenemos los resultados consolidados porque todas las diócesis están en el análisis de la información, tanto retrospectiva como actual, y se requiere un riguroso trabajo de revisión para poder poner algo serio en manos de la opinión pública”.
Aunque la respuesta resulta contundente y pareciera ser el anuncio de un esfuerzo voluntario de la Iglesia para por fin dejar en evidencia los abominables casos de pederastia que gracias al fuero sacerdotal han quedado en la impunidad, en realidad estamos ante una respuesta perfectamente confeccionada para con grandilocuencia no decir nada y sencillamente aplazar el problema.
Dice monseñor Rueda que aún no se consolidan los resultados y que antes de publicar cualquier cosa sobre ese tipo de denuncias se debe hacer un trabajo de revisión por parte de las diócesis.
¿Qué significa esto?
¿Que aquellos que serán señalados por no haber hecho nada ante las denuncias son quienes, previa publicación, podrán filtrar qué se revela y qué no se revela?
¿Quiénes están acompañando ese proceso de “revisión”?
¿Hay personas independientes?
¿O solo hay sacerdotes comprometidos con hacerle el menor daño posible a la institución ocultando y quien sabe si destruyendo información?
Pero la clave está en lo que no se dice: nunca el nuevo purpurado habla de una fecha (así sea aproximada) para la entrega de la información. Lo mismo que pasa con los anuncios de investigaciones de la Procuraduría que son contundentes y de alto impacto, pero con lentos y escasos resultados.
El evangelio de Mateo tiene una maravillosa y potente frase: por sus frutos los conoceréis. Expresión que queda perfecta para demostrar que una cosa dice el cardenal Rueda en La W Radio y otra muy distinta es la que hace.
Hace unos días, el periodista de investigación Juan Pablo Barrientos, hombre que ha dedicado ingentes esfuerzos a denunciar los casos de pederastia por parte de miembros de la Iglesia en Colombia, publicó en sus redes sociales la respuesta que recibió del despacho del Arzobispo de Bogotá (es decir, el ahora cardenal) a una solicitud de información sobre hechos de abuso a menores: una gigantesca caja llena de viejas ediciones de la revista La Iglesia, órgano oficial de información de la Arquidiócesis, donde no se publica una línea sobre abusos cometidos por sacerdotes.
¿Esa es la transparencia de la que habla el nuevo cardenal?
LUNES 17 DE JULIO DE 2023.