Recientemente la escuela de “Líderes Católicos”, emitió un comunicado indicando el lanzamiento de un evento que se llevará a cabo el 3 de diciembre a las 18:000 horas en la Universidad Panamericana. En dicho evento, habrá un panel titulado Iglesia-Mundo (¿Qué le dice el mundo a la Iglesia? y ¿qué le dice la Iglesia al mundo?).
Lo novedoso de esta situación es que los ponentes que formarán parte del panel son: Ricardo Monreal Ávila, senador de la República por Morena y perteneciente a la masonería (grado 33), quién ha votado reformas que promueven la ideología de género; Santiago Taboada Cortina, promotor del movimiento LGBTQ+ y finalmente, Luis Donaldo Colosio Rioja, senador de la República por Movimiento ciudadano. Este último anticipó la impugnación contra veto al aborto en Nuevo Léon y también resulta ser promotor de la ideología de género.
Como respuesta y justificación del evento, la Academia Internacional de Líderes Católicos argumentó la necesidad de encontrar “espacios abiertos”, “promover el diálogo” y realizar un “intercambio de ideas que contribuya a eliminar la polarización”1. Es decir, un show de diálogo y performance de tolerancia, que permita ver al mundo como la Iglesia abandona su “trinchera” rígida y se suma a la iniciativa del mundo feliz que propone como solución el diálogo habermasiano ad infinitum.
La obsesión posmoderna por el diálogo habermasiano se impone como regla general que se tiene que aplicar a todos los criterios y valores (incluidos los de la Iglesia), para cumplir con los cánones de la democracia. Este proceso deliberativo, lejos de ser neutro y benigno es completamente perjudicial, pues relativiza el contenido de las ideas cristianas. Rebaja la doctrina sólida e inmutable de la ley natural a una simple opinión que puede ser discutida o en el mejor de los casos, negociada.
Los requisitos del diálogo en boca de Habermas serían: el “descentramiento de la propia perspectiva, un impulso para la reflexión y para el distanciamiento de ideas preconcebidas, un motivo para la superación del particularismo, para aprender formas tolerantes de trato con los demás y para institucionalizar las diferencias”2. Para cumplir con las exigencias de este proceso, habría que por ejemplo: distanciarse de ideas preconcebidas sobre el crimen del aborto e institucionalizar las diferencias. Así, el mensaje de la caridad cristiana es reinterpretado como inclusión, aceptación y afirmación. No interesa tanto lo que se resuelve, sino cómo se resuelve; mediante el proceso deliberativo.
La Iglesia no tiene que hacer lo que todo el mundo hace, porque no es una opción más dentro del menú. Lejos de aparentar tolerancia y sumarse a la confusión del mundo, debe de ser guía y luz que ilumine lo verdadero y bueno, frente a lo falso y malo. ¿Qué necesita saber la Iglesia de la opinión de Monreal? ¿Por qué se identifica a Monreal con “mundo”? ¿Desde cuándo se confunde la noción de líder con parásito político? “Las estadísticas nos dicen, por un lado, que cuanto más se adaptan las iglesias a los patrones de la secularización, tantos más seguidores pierden y, por el otro, que se vuelven más atractivas cuando ofrecen un punto de referencia sólido y una orientación igualmente clara”.3
No obstante, no habría que preocuparse, pues los amantes de la novedad siempre han existido, León XIII nos advirtió hace tiempo: “el fundamento sobre el que se fundan estas nuevas ideas es que, con el fin de atraer más fácilmente a aquellos que disienten de ella, la Iglesia debe adecuar sus enseñanzas más conforme con el espíritu de la época, aflojar algo de su antigua severidad y hacer algunas concesiones a opciones nuevas…No se necesitan muchas palabras querido hijo para probar la falsedad de estas ideas, si se trae a la mente la naturaleza y el origen de la doctrina que la Iglesia promueve…tal política tendería a separar a los católicos de la Iglesia en vez de atraer a los que disienten. No hay nada más cercano a nuestro corazón que tener de vuelta en el rebaño de Cristo a los que se han separado de Él, pero no por un camino distinto señalado al de Cristo”.4
Es decir que la Iglesia no necesita reinventarse a la luz del mundo, no necesita transformarse en una institución “atrapa todo” y “empática”, a la manera de partido político. Paradójicamente, si algo caracteriza la crisis de partidos políticos es que se han vaciado de contenido, han licuado su identidad, sometiendo sus principios al proceso relativizador e incluyente, véase el caso del Acción Nacional, quién se ha vuelto el “saco de boxeo” de todo México.“La iglesia sólo puede representar lo que tiene y lo que es. No se puede empezar por una representación sino que hace falta volver a la raíz. Si no existen fuerzas dentro de la Iglesia que tengan algo que ofrecer a nuestro tiempo, la representación sirve de muy poco. No existen estrategias para fabricar la esperanza, Cristo es la esperanza”.5
Joseph Ratzinger supo leer muy bien estas circunstancias, señalando este fenómeno como la “dictadura del relativismo”. Que lejos de ser una postura filosófica como algunos creen, es un proceso político-cultural que tiende hacia el debilitamiento de la idea de verdad y, en último término, de realidad”6. “Se puede verificar hoy un cierto relativismo cultural, que se hace evidente en la teorización y defensa del pluralismo ético, que determina la decadencia y disolución de la razón y los principios de la ley moral natural”7.
Habría que recordarles a nuestros amigos de la Escuela de Líderes Católicos que “la pluralidad de las orientaciones y soluciones, que deben ser en todo caso moralmente aceptables”8
“En circunstancias recientes ha ocurrido que, incluso en el seno de algunas asociaciones u organizaciones de inspiración católica, han surgido orientaciones de apoyo a fuerzas y movimientos políticos que han expresado posiciones contrarias a la enseñanza moral y social de la Iglesia en cuestiones éticas fundamentales. Tales opciones y posiciones, siendo contradictorios con los principios básicos de la conciencia cristiana, son incompatibles con la pertenencia a asociaciones u organizaciones que se definen católicas”.9
1 Aclaración del Evento: Lanzamiento de la Escuela de Líderes Católicos en la Ciudad de México.
2 Jurggen Habermas. “La constelación posnacional y el futuro de la democracia”, pág 135.
3 Joseph Ratzinger. Ser cristiano en la era neopagana. Ediciones Encuentro 1995, pág 115..
4 León XIII, Carta Testem benevolentiae al Emmo. Card. James Gibbons, 22 de enero de 1889.
5 Joseph Ratzinger. Ser cristiano en la era neopagana. Ediciones Encuentro 1995, pág 131.
6 Gianni Vattimo, After Christianity, p 68.
7 Joseph Ratzinger. Nota doctrinal: sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política. Dado en Roma, en la sede de la Congregación por la Doctrina de la Fe, el 24 de noviembre de 2002, Solemnidad de N. S Jesús Cristo, Rey del universo.
8 Ibid…
9Joseph Ratzinger. Nota doctrinal: sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política. Dado en Roma, en la sede de la Congregación por la Doctrina de la Fe, el 24 de noviembre de 2002, Solemnidad de N. S Jesús Cristo, Rey del universo.