En la Conferencia Anual de Acción Política Conservadora en Washington, DC, el vicepresidente JD Vance expresó la verdad de que “la vida no nacida es sagrada a los ojos de Dios”.
Cuando se le preguntó directamente sobre el compromiso de la administración Trump con la posición pro vida, Vance alentó a los asistentes a defender a los no nacidos, diciendo que la vida en el útero es «sagrada a los ojos de Dios y también debería ser sagrada a los ojos del hombre».
Vance dijo a la multitud que los estadounidenses deben “tomar la antorcha” y llevar el mensaje pro vida, en particular la idea de que “los bebés son buenos” y que “las familias son buenas”. También insistió en que los estadounidenses deben contrarrestar la cultura pro aborto que ve a los bebés como “inconvenientes que hay que descartar” y, en cambio, promover una sociedad que vea a los bebés como “bendiciones que hay que valorar”.
Poco después, le preguntaron a Vance, un converso al catolicismo, sobre su fe, a lo que afirmó a los asistentes que cree que Jesucristo verdaderamente es Dios y verdaderamente se hizo hombre para la redención de las almas, enfatizando la importante verdad de que uno debe estar más preocupado por perder su alma que por perder su vida.
Si bien Vance y la administración Trump han tomado una serie de medidas positivas en el frente pro vida y pro familia, la administración continúa oponiéndose a la enseñanza infalible de la Iglesia Católica en una serie de temas importantes.
Entre estos males morales se encuentra la reciente orden ejecutiva de la administración Trump que amplía la fertilización in vitro (FIV) que destruye embriones, su oposición a una prohibición federal del aborto y su respaldo, al menos tácito, a la peligrosa píldora abortiva .
En un caso preocupante, Vance afirmó directamente su apoyo al acceso a la píldora abortiva en Estados Unidos.
