La Signatura Apostólica ha rechazado las cuatro peticiones de José María Martínez, ha retirado el reconocimiento a sus abogados y le ha obligado a aceptar un abogado de oficio.
Martínez, ex profesor del Colegio Gaztelueta del Opus Dei, ha sido acusado falsamente de abusos. La Signatura Apostólica es la máxima autoridad judicial de Roma.
En su blog, Martínez señala que la respuesta de Roma avergüenza a cualquier jurista decente. Su versión:
• Un periodista conoció el decreto antes de Martínez: “Todo lo que pasa en Roma carece de discreción”.
• El decreto iba dirigido al Opus Dei, que sin embargo no está implicado en el caso.
• La respuesta la ha emitido una sección de la Signatura, de la que forma parte el cardenal barcelonés Juan José Omella, quien ha defendido al falso acusador, Juan Cuatrecasas.
• Se anula el principio de irretroactividad de la ley penal, privando a Martínez de un derecho “que ni siquiera se le niega a un criminal de guerra”.
• El decreto no es firmado por los jueces como es costumbre en los países normales.
• Martínez piensa que el poder universal del Papa sobre la Iglesia no puede ejercerse contra el Derecho canónico o natural.
• El obispo de Teruel-Albarracín, monseñor José Antonio Satué, que está juzgando el caso, perdió su imparcialidad cuando le dijo a un inocente Martínez que “pidiera perdón”.
• A Martínez no se le permitió ver el contenido de la investigación previa.
• Como laico, está siendo juzgado mediante procedimientos canónicos que sin embargo están reservados a los sacerdotes y religiosos.
• Martínez prevé un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos.
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