La realidad es más importante que la idea

Mario Ángel Flores Ramos
Mario Ángel Flores Ramos

Hace falta seguir comentando las incongruencias de un gobierno mexicano que no sólo ha dejado de lado las promesas de campaña: Acabar con la inseguridad, combatir la corrupción, superar la desigualdad social, promover la justica y, sobre todo, primero los pobres. Han pasado dos años desde el triunfo electoral de esta propuesta de gobierno y 18 meses en el ejercicio del poder ejecutivo y nada se ha logrado, al contrario, cada paso que se da, cada decisión que se toma, cada día que pasa se aleja más de sus compromisos con el pueblo de México.

Una cosa es la narrativa que se lleva tratando de construir un escenario inexistente y otra la verdad sobre lo que sucede cada día. Nos encontramos con un gobernante que habla, habla y habla o cómo se dice con brevedad todo es bla, bla, bla… como queriendo que a fuerza de hablar se realicen las cosas: ya no somos como antes, ahora todo es distinto, ya no hay violencia, la justicia es un hecho, se atiende a todos…

Otra cosa muy distinta es lo que estamos viviendo, y ahora, de manera más dramática, por la pandemia: Un sistema de salud desestructurado y empobrecido, una institución educativa nuevamente en manos de los sindicatos, en riesgo la división democrática de poderes, anuladas las instituciones autónomas, presionado el instituto nacional electoral, amenazada la libertad de expresión, desatada burdamente la corrupción gubernamental y, sobre todo, un aumento alarmante de pobreza al cancelar las inversiones de todo tipo y provocar desde el propio gobierno miles y miles de desempleados.

El Papa Francisco en su extraordinaria exhortación apostólica La Alegría del Evangelio (2013), nos presenta 4 principios para construir un pueblo con justicia, paz y fraternidad (cfr. 221-237). Uno de ellos lo expresa en estos términos: ‘La realidad es más importante que la idea’, en otras palabras, los intentos de desconocer la realidad a partir de ideologías están destinados al fracaso, más todavía, cuando un pueblo entero vive y sufre una realidad que los gobernantes niegan o intentan maquillar con discursos, todo terminará mal, “las ideologías siempre terminan mal -dice el Papa-, no toman en cuenta al pueblo, piensan por el pueblo, pero no dejan pensar al pueblo. Hacen por el pueblo, pero no con el pueblo, siempre acaban en dictaduras” (Paraguay, 11 de julio 2015).

Hay muchas lecciones en la historia y en los tiempos presentes que nos advierten que este gobierno no va por buen camino. Debemos tomar en cuenta como ciudadanos la realidad y partir desde ella para construir juntos y solidariamente una realidad nueva y más justa, no nos dejemos envolver por ideologías estériles y palabrerías huecas y mentirosas -el canto de las sirenas, dicen los clásicos-, estamos a tiempo de darle un sentido nuevo a nuestra realidad antes que la ideología nos lleve al desastre.

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